Jornada reducida: el caso Amazon
Redacción Protección Laboral21/10/2016
Desde el pasado verano, el gigante mundial de la venta online, Amazon, ha implementado las jornadas reducidas entre sus empleados, como un plan piloto para mejorar la conciliación entre vida familiar y laboral de su plantilla. Éstas serán de 30 horas semanales, aunque por el momento, sólo lo probarán 12 personas. Eso sí, el nuevo horario afectará a diversos departamentos de la empresa, llegando incluso a su directiva.
La compañía explicó al periódico “The Washington Post” que aunque a día de hoy buena parte de sus trabajadores lo son a tiempo parcial, esta nueva opción que lanzará la compañía permitirá "crear un ambiente de trabajo que se adapte a un horario reducido y fomente el crecimiento del empleado”. El horario que se ha planteado ha sido de lunes a jueves de 10:00 a 14:00 horas, con horas flexibles adicionales elegidas por cada empleado.
La jornada laboral de 30 horas es un horario que no se acostumbra a aplicar a no ser que por un caso especial la persona la solicite. En España, la reducción voluntaria de jornada es un derecho recogido en el Estatuto de Trabajadores, al que podemos acogernos en caso de tener a otra persona con algún tipo de dependencia a nuestro cuidado (niños, personas con enfermedades o aflicciones etc). Algunas empresas, por iniciativa propia, también ofrecen este tipo de jornada cuando sus empleados están estudiando algún máster o especialización.
Lo cierto es que, en todos los casos descritos, la reducción de horas también equivale a una reducción de salario, con lo que no todo el mundo puede permitírsela. El 75% de muchos salarios de 40 horas actuales no garantizaría cubrir gastos personales.
Por otro lado, quien sí pueda permitirse una jornada reducida, disfrutará de más horas de vida personal, ya sea para dedicarse a otras cosas o para descansar más. Y, en algunos casos, una reducción de un 25% de las horas también puede conllevar menos desplazamientos.
Para la empresa, no cabe duda, la reducción de jornada implica una reducción de costes. Pero además, según el INSHT, también supone una reducción de tiempos muertos al inicio y al fin de la jornada; cosa que se podría traducir en más productividad por tiempo trabajado. A veces es la solución que propone la misma empresa para evitar el despido de un trabajador por motivos económicos.
Un ejemplo más “ideal” de jornada reducida es el que se probado en algunas instituciones de Suecia, donde los trabajadores han podido pasar de 8 horas diarias a 6, por el mismo sueldo. Los resultados, sorprendentemente (o no tanto), han sido aumento del beneficio y de la productividad, disminuyendo el absentismo. Igual que en Amazon, algunos de estos casos empezaron como experimentos. ¿Merecería la pena experimentar más en esa dirección?
La compañía explicó al periódico “The Washington Post” que aunque a día de hoy buena parte de sus trabajadores lo son a tiempo parcial, esta nueva opción que lanzará la compañía permitirá "crear un ambiente de trabajo que se adapte a un horario reducido y fomente el crecimiento del empleado”. El horario que se ha planteado ha sido de lunes a jueves de 10:00 a 14:00 horas, con horas flexibles adicionales elegidas por cada empleado.
Pros y contras de la jornada
La jornada laboral de 30 horas es un horario que no se acostumbra a aplicar a no ser que por un caso especial la persona la solicite. En España, la reducción voluntaria de jornada es un derecho recogido en el Estatuto de Trabajadores, al que podemos acogernos en caso de tener a otra persona con algún tipo de dependencia a nuestro cuidado (niños, personas con enfermedades o aflicciones etc). Algunas empresas, por iniciativa propia, también ofrecen este tipo de jornada cuando sus empleados están estudiando algún máster o especialización.
Lo cierto es que, en todos los casos descritos, la reducción de horas también equivale a una reducción de salario, con lo que no todo el mundo puede permitírsela. El 75% de muchos salarios de 40 horas actuales no garantizaría cubrir gastos personales.
Por otro lado, quien sí pueda permitirse una jornada reducida, disfrutará de más horas de vida personal, ya sea para dedicarse a otras cosas o para descansar más. Y, en algunos casos, una reducción de un 25% de las horas también puede conllevar menos desplazamientos.
Para la empresa, no cabe duda, la reducción de jornada implica una reducción de costes. Pero además, según el INSHT, también supone una reducción de tiempos muertos al inicio y al fin de la jornada; cosa que se podría traducir en más productividad por tiempo trabajado. A veces es la solución que propone la misma empresa para evitar el despido de un trabajador por motivos económicos.
Un ejemplo más “ideal” de jornada reducida es el que se probado en algunas instituciones de Suecia, donde los trabajadores han podido pasar de 8 horas diarias a 6, por el mismo sueldo. Los resultados, sorprendentemente (o no tanto), han sido aumento del beneficio y de la productividad, disminuyendo el absentismo. Igual que en Amazon, algunos de estos casos empezaron como experimentos. ¿Merecería la pena experimentar más en esa dirección?