Hoy, déjalo en el garaje
Paula Llull22/09/2014
Un año más desde los 70, se celebra el Día Internacional Sin Automóviles. Se trata de una iniciativa que consiste en hacer un llamamiento a los ciudadanos para que dejen de utilizar, por un día, su vehículo privado.
Aunque dicha iniciativa surgió motivada por la crisis petrolera de aquella época, los años le han ido dando otro sentido a este día. Estamos acabando con los recursos naturales, y los planes para la implementación total y el uso frecuente de energías renovables, aunque avanzan, aún están muy verdes.
Dejando aparte consideraciones ecologistas, lo nuestro es la prevención laboral y queremos aprovechar este día para volver a llamar la atención sobre la peligrosidad de las malas costumbres al volante.
Queremos hacer hincapié en nuestro post de hace unos días, referente a la elevada tasa de accidentalidad laboral en las carreteras, y aprovechar para daros algunos motivos de peso para reducir el uso del automóvil privado.
Hoy, déjalo en el garaje.
No todos podemos ir a trabajar sin coger el coche, pero si existe esa posibilidad, las ventajas de ir andando, en bici o en transporte público son incontables. Y no solo hablamos de ventajas como la sostenibilidad y la contribución a mantener una ciudad más limpia, sino también ventajas de carácter privado.
En las ciudades grandes, los atascos están a la orden del día, y lo que tenía que ser un viaje en coche de 20 minutos se convierte en fichar a las 10 de la mañana en la oficina, habiéndote levantado a las siete y alargando dos horas más la jornada para recuperar el tiempo perdido.
Ir a la estación a coger el metro o el tren puede parecer a priori más engorroso, pero lo que es seguro es que al llegar no habrá atascos ni problemas para aparcar. El ejercicio físico que implica andar o subir y bajar escaleras es imprescindible para combatir el sedentarismo. De esa forma, sin quererlo ni hacer ningún esfuerzo adicional, se combaten las enfermedades derivadas de éste, como la mala circulación y la obesidad.
Además, el ahorro en combustible en estos tiempos parece también un factor decisivo para aparcar el coche en el garaje entre semana y empezar a hacer de nuestras ciudades un lugar más seguro.
Si existe la masa crítica suficiente, sumarse al plan “déjalo en el garaje” será cada vez más fácil y la reducción de la tasa de accidentalidad laboral en carretera será, por fin, una realidad. En Protección Laboral nos sumamos a la iniciativa, y hoy, más que nunca, todos aparcamos el coche.
Aunque dicha iniciativa surgió motivada por la crisis petrolera de aquella época, los años le han ido dando otro sentido a este día. Estamos acabando con los recursos naturales, y los planes para la implementación total y el uso frecuente de energías renovables, aunque avanzan, aún están muy verdes.
Dejando aparte consideraciones ecologistas, lo nuestro es la prevención laboral y queremos aprovechar este día para volver a llamar la atención sobre la peligrosidad de las malas costumbres al volante.
Queremos hacer hincapié en nuestro post de hace unos días, referente a la elevada tasa de accidentalidad laboral en las carreteras, y aprovechar para daros algunos motivos de peso para reducir el uso del automóvil privado.
Hoy, déjalo en el garaje.
¿Qué mejor manera de reducir los accidentes que aparcando el coche?
No todos podemos ir a trabajar sin coger el coche, pero si existe esa posibilidad, las ventajas de ir andando, en bici o en transporte público son incontables. Y no solo hablamos de ventajas como la sostenibilidad y la contribución a mantener una ciudad más limpia, sino también ventajas de carácter privado.
En las ciudades grandes, los atascos están a la orden del día, y lo que tenía que ser un viaje en coche de 20 minutos se convierte en fichar a las 10 de la mañana en la oficina, habiéndote levantado a las siete y alargando dos horas más la jornada para recuperar el tiempo perdido.
Ir a la estación a coger el metro o el tren puede parecer a priori más engorroso, pero lo que es seguro es que al llegar no habrá atascos ni problemas para aparcar. El ejercicio físico que implica andar o subir y bajar escaleras es imprescindible para combatir el sedentarismo. De esa forma, sin quererlo ni hacer ningún esfuerzo adicional, se combaten las enfermedades derivadas de éste, como la mala circulación y la obesidad.
Además, el ahorro en combustible en estos tiempos parece también un factor decisivo para aparcar el coche en el garaje entre semana y empezar a hacer de nuestras ciudades un lugar más seguro.
Si existe la masa crítica suficiente, sumarse al plan “déjalo en el garaje” será cada vez más fácil y la reducción de la tasa de accidentalidad laboral en carretera será, por fin, una realidad. En Protección Laboral nos sumamos a la iniciativa, y hoy, más que nunca, todos aparcamos el coche.