La precariedad de vender solidaridad

A raíz de un documental francés ha salido a la luz de nuevo un tema quizás conocido por muchos, pero sistemáticamente olvidado: la precariedad laboral de los captadores de fondos para ONG’s.

Llama especialmente la atención su situación laboral porque, aparte de sus sueldos precarios, trabajan directamente ligados a una organización supuestamente ética, sin ánimo de lucro, comprometida con los derechos humanos –y por consiguiente, laborales- y la justicia social.

Dicho documental se estructura en varias partes, pero la que nos interesa para este post es la primera de ellas, que habla del fundraising. Se trata de un concepto que en los últimos 5 años ha entrado de forma generalizada en los presupuestos anuales de las ONG’s: contratar empresas de marketing que se dedican exclusivamente a prestar servicios de venta directa.

Según cuentan en “El negocio de la caridad”, las ONG pagan a estas empresas más de 70.000 euros por campaña, y parece ser que tienen un retorno cuatro veces mayor.

Pero claro, eso significa que muchos de los socios altruistas y solidarios que han aceptado pagar una cuota mensual para los niños bolivianos o la prevención del SIDA en Mozambique en realidad estarán pagando, durante muchos meses, los servicios de una empresa poco o nada ética, que trabaja con ánimo de lucro y para generar beneficios.

Y que además, tiene una plantilla inacabable de trabajadores jóvenes, comprometidos… y precarios.

Marketing solidario

Aunque no es justificable en ninguna coyuntura, en momentos de crisis es cuando la gente más cuestiona y denuncia este tipo de actividades laborales. Estos jóvenes trabajan por objetivos con un sueldo fijo de entre 400 y 800 euros brutos al mes. El pero más grande es que día a día luchan por conseguir esos objetivos a un precio muy elevado: su despido. La mayoría de empresas de fundraising pueden asegurar ese retorno de capital a las ONG’s después de su inversión precisamente por los métodos poco éticos que utilizan para captar socios.

Así, cuentan los testimonios que después de asistir a un training básico sobre motivación y venta en frío, les dejan en la calle para empezar a vender. Tienen entre uno y cuatro días de prueba en los que deben conseguir al menos un socio al día. Si lo hacen, serán contratados. Pero el primer día que no logren su objetivo (no importa que llueva, nieve o haya un terremoto) serán despedidos automáticamente y pasarán a ser sustituidos por un nuevo joven que todavía crea en la justicia social.

¡¡COLABORADOR DE ONG HUMANITARIA TARDE O MAÑANA!! > Trabajo en Equipo, a pie de calle, con material de apoyo incluido, ropa identificativa de la Organización. > Sueldo fijo de 414 EUR ( 5 horas en jornada de TARDE) + > variable en función de la consecución de tus objetivos ( puedes duplicar tu sueldo, a más socios + variable).

Eso sí, dichas empresas, que recordemos que no tienen absolutamente nada que ver con la ONG de turno que viste las campañas, permiten que los chicos o chicas que no han conseguido hacer ningún socio ese día, hagan horas de más para evitar su despido. Pero esas horas son como voluntario (voluntario ficticio, ya que ninguno de estos pertenece a la ONG que paga la campaña) y sin cobrar.

Todo para conseguir un día más de sueldo. Por lo tanto, más allá de cuestionar los principios y/o actuaciones poco éticas de las organizaciones no gubernamentales –cuyo primer objetivo es, obviamente, subsistir- aquí queremos cuestionar el trato y las condiciones de precariedad en las que trabajan muchos jóvenes en nombre de la solidaridad, y llamar la atención de algunas ONG’s, que sabiéndolo, no hacen nada para evitarlo. La precariedad ahora lleva su nombre.