Luchando contra la “becarización”

Muchos de nosotros hemos sido becarios alguna vez o, al menos, hemos conocido a alguien que lo ha sido. De la misma manera, muchos de nosotros hemos descubierto que lo que en principio debía ser una beca formativa ha acabado siendo un trabajo como cualquier otro. Es decir, una persona produciendo igual que sus compañeros pero sin gozar de las mismas prestaciones, como por ejemplo un salario por encima del mínimo interprofesional o el derecho a baja. Ya no hay tiempo para la formación y la figura del “practicante” ha pasado a ser algo más que aquel estudiante que ayudaba a archivar y era asistido constantemente por sus tutores con el fin de, paso a paso, realizarse como profesional.



Nos encontramos en un contexto de extraordinaria precariedad en el que una persona que acaba de graduarse lo tiene muy difícil para conseguir un empleo de verdad. El desempleo juvenil se acerca peligrosamente al 50%, cosa que ha dado a los jóvenes la necesidad de empalmar unas prácticas con otras para poder seguir trabajando e ingresando algo. Eso en el caso de poder “gozar” de prácticas remuneradas, claro.

Así lo ponen de manifiesto en “Oficina precaria” -una organización sin ánimo de lucro que ayuda a los trabajadores en situación de precariedad a defender sus derechos-, quienes argumentan que esta masiva subida de los convenios de becario se debe al abuso de algunas empresas para producir más a menos coste. Es más, muchos becarios han acabado sustituyendo a trabajadores que han sido despedidos porque “ya no se los podían permitir”.

El grupo parlamentario de Podemos en la Asamblea de Madrid alertó el pasado mes de que, sólo en la Comunidad de Madrid, hay 4,5 millones de becarios, de los cuales el 98 % no recibe más de 200 euros al mes. Añade, además, que el 45% de los becarios no consiguen un contrato laboral después de acabar su formación y que el 72% de ellos declara tener la misma carga de trabajo que otro trabajador en plantilla.

Campañas contra la becarización

La misma Oficina Precaria ha lanzado la campaña “No más becas por trabajo”, en la que persiguen que la figura de la persona becaria quede restringida únicamente a la formación. Además, piden que haya visibilización de la situación mediante un organismo de control real de las mismas. Un figura que vele para que se cumpla lo que debería ser un convenio formativo.

Otra interesante propuesta en el marco de esta campaña es el pedir a las universidades que revisen los convenios para evitar situaciones de vulneración de derechos, tal como han denunciado los estudiantes de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid. Para ayudar a hacerlo posible, se insta al gobierno central a suprimir las llamadas prácticas extracurriculares, que permiten a los estudiantes realizar más horas de las obligatorias en las empresas.

Con el hashtag #GratisNOtrabajo, podréis seguir en redes sociales todas las actividades de la campaña contra la becarización de la Oficina Precaria, que también cuenta con el apoyo del grupo de Podemos de la Asamblea de Madrid.

Más allá de España

Conscientes de que la precarización de los españoles va más allá de las fronteras del estado, la Oficina precaria abrió una sede en Berlín, en la que ofrecen el mismo apoyo a los trabajadores emigrantes que se encuentren residiendo allí. Así, dan asesoría en base a la legislación del país germánico. Comentan que muchos jóvenes que han ido a Berlín a buscar trabajo no tienen un nivel muy alto de alemán, cosa que los hace más vulnerables a la hora de estar informados sobre sus derechos en ese país. Ya hemos hablado en otras ocasiones de que Alemania tampoco es un país ejemplar en cuanto a contratos de trabajo, sobre todo desde la llegada de los minijobs.