Karoshi vuelve a matar
Paula Llull04/07/2014
Así se llama en Japón a la muerte por exceso de trabajo. Un término que fue acuñado en el 92, pero que lleva sucediendo desde finales de la II Guerra Mundial. La necesidad de recuperación del país nipón condujo a la población a ejercer un sobresfuerzo laboral que se llevó por delante a más de uno.
El pasado mes se dio a conocer el último caso de muerte por karoshi, un trabajador de banca chino de 48 años (Li Jianhua) que murió mientras veía salir el sol y terminaba un informe que había que entregar por la mañana. Aunque allí en la China lo conocen como Guolaosi, el concepto es el mismo: Muertes por ataques cerebro-vasculares, infartos, hemorragia cerebral u otras causas repentinas relacionadas con las exigencias del trabajo.
El primer caso conocido de Karoshi se produjo en 1969 en Japón, cuando un empleado de una importante compañía de periódicos falleció de paro cardíaco con solo 29 años. La situación laboral en Japón y algunos países asiáticos es preocupante. Existen empresas que han llegado a poner unas dependencias individuales con una cama, ya que a sus trabajadores no les compensaba hacer el viaje de vuelta a casa. Toda la semana en la oficina, dos horas de sueño al día, sin vacaciones, y dando el máximo rendimiento cada segundo. Eso no hay cuerpo que lo aguante.
Habitáculos en algunas oficinas Japonesas
Pero los problemas derivados del exceso de trabajo no son monopolio de este país oriental. También ha habido casos en Indonesia o en lugares bastante más cercanos, como Londres. Aún así, el Karoshi no es la principal causa de muertes relacionadas con el trabajo. El suicidio llega antes, y en Japón alcanza la escalofriante cifra de 30.000 anuales, aunque desentrañar los motivos no es fácil y la variedad de datos es infinita.
Entre los síntomas de este exceso de trabajo y una adicción al mismo están la ansiedad, la incapacidad para desconectar en el tiempo libre o las vacaciones, sentimiento de culpabilidad cuando no se trabaja, etcétera. Síntomas que describen a la perfección una enfermedad laboral que vivimos en España y que afecta a proporciones preocupantes de la población: El síndrome de Burnout. La vorágine de la vida moderna no es precisamente un elemento que contribuya a la mejora de la salud física y mental del colectivo laboral, y factores como el "exceso de trabajo" constituyen una de las principales causas de estrés.
Aunque los estudios realizados sobre el síndrome de Burnout son segmentados en función del sector laboral, los ejemplos dan que pensar. Sin ir más lejos, en el sector sanitario, la prevalencia del Burnout ronda el 15%. El Karoshi no ha llegado oficialmente a España pero los pronósticos no son buenos.
El pasado mes se dio a conocer el último caso de muerte por karoshi, un trabajador de banca chino de 48 años (Li Jianhua) que murió mientras veía salir el sol y terminaba un informe que había que entregar por la mañana. Aunque allí en la China lo conocen como Guolaosi, el concepto es el mismo: Muertes por ataques cerebro-vasculares, infartos, hemorragia cerebral u otras causas repentinas relacionadas con las exigencias del trabajo.
El primer caso conocido de Karoshi se produjo en 1969 en Japón, cuando un empleado de una importante compañía de periódicos falleció de paro cardíaco con solo 29 años. La situación laboral en Japón y algunos países asiáticos es preocupante. Existen empresas que han llegado a poner unas dependencias individuales con una cama, ya que a sus trabajadores no les compensaba hacer el viaje de vuelta a casa. Toda la semana en la oficina, dos horas de sueño al día, sin vacaciones, y dando el máximo rendimiento cada segundo. Eso no hay cuerpo que lo aguante.
Habitáculos en algunas oficinas Japonesas
El síndrome de Burnout: los inicios del Karoshi
Pero los problemas derivados del exceso de trabajo no son monopolio de este país oriental. También ha habido casos en Indonesia o en lugares bastante más cercanos, como Londres. Aún así, el Karoshi no es la principal causa de muertes relacionadas con el trabajo. El suicidio llega antes, y en Japón alcanza la escalofriante cifra de 30.000 anuales, aunque desentrañar los motivos no es fácil y la variedad de datos es infinita.
Entre los síntomas de este exceso de trabajo y una adicción al mismo están la ansiedad, la incapacidad para desconectar en el tiempo libre o las vacaciones, sentimiento de culpabilidad cuando no se trabaja, etcétera. Síntomas que describen a la perfección una enfermedad laboral que vivimos en España y que afecta a proporciones preocupantes de la población: El síndrome de Burnout. La vorágine de la vida moderna no es precisamente un elemento que contribuya a la mejora de la salud física y mental del colectivo laboral, y factores como el "exceso de trabajo" constituyen una de las principales causas de estrés.
Aunque los estudios realizados sobre el síndrome de Burnout son segmentados en función del sector laboral, los ejemplos dan que pensar. Sin ir más lejos, en el sector sanitario, la prevalencia del Burnout ronda el 15%. El Karoshi no ha llegado oficialmente a España pero los pronósticos no son buenos.
