¿El futuro laboral en manos de una app?
Paula Llull01/12/2014
HealthKit es solo un ejemplo de las numerosas aplicaciones que tenemos al alcance para monitorizar nuestro estado de salud en los diferentes momentos del día. Medir las pulsaciones cuando vamos a correr, avisos sonoros cuando sube la tensión o registro y análisis de la frecuencia de las migrañas son solo algunos ejemplos de lo que son capaces de hacer nuestros teléfonos móviles.
Apps. Imagen de ziggy19.devianart
No cabe duda de que es un gran avance tecnológico y que nos puede ahorrar más de un susto y más de dos. Pero como todo, tiene su parte oscura, y en este caso son las consecuencias que puede comportar el mal uso de estas apps.
Hace unas semanas, El Confidencial se hacía eco de una noticia cuanto menos escalofriante: “Los desarrolladores de varias aplicaciones móviles de salud y fitness compartieron la información sobre la salud de sus usuarios con hasta 76 empresas, entre las que se incluyen varios anunciantes”.
Empresas como Google viven de nuestra intimidad, pero somos conscientes de ello. A cambio también nos facilitan mucho la existencia y por lo tanto nuestros datos son un precio que la mayoría está dispuesta a pagar. Ese es el negocio y lo aceptamos, pero solo se lo queremos regalar a ellos.
El problema es que estamos al alcance de cualquier empresa, grande o pequeña, que quiera saber algo sobre nosotros. Ya no solo farmacéuticas o negocios de fitness o alimentación que elaboran campañas en base a los datos que graban las apps de salud. Nuestra propia empresa puede ser la interesada en recabar información y tomar decisiones en base a ello. Afectaciones cardíacas, embarazo, epilepsia… pueden significar despido o ausencia de contratación.
Aunque algunas compañías ya han avisado a sus desarrolladores de apps que no se pueden vender los datos que derivan de su app a terceros, ha saltado cierta alarma social en el mundillo.
¿A qué precio estamos dispuestos a vender nuestro futuro? Dejamos a un ente misterioso conocer todos nuestros pasos a cambio de que este nos lleve el recuento de pulsaciones o el calendario menstrual.¿Enserio no hay otras formas de hacerlo que no pasen por regalar nuestra vida privada a los intereses económicos de unos pocos?
Apps. Imagen de ziggy19.devianart
No cabe duda de que es un gran avance tecnológico y que nos puede ahorrar más de un susto y más de dos. Pero como todo, tiene su parte oscura, y en este caso son las consecuencias que puede comportar el mal uso de estas apps.
Hace unas semanas, El Confidencial se hacía eco de una noticia cuanto menos escalofriante: “Los desarrolladores de varias aplicaciones móviles de salud y fitness compartieron la información sobre la salud de sus usuarios con hasta 76 empresas, entre las que se incluyen varios anunciantes”.
Tu salud en manos de tu empresa
Parece ser que muchas de estas apps, gratuitas o de pago, no disponen de ningún tipo de política de privacidad ni tratamiento de datos, y por lo tanto los responsables pueden disponer de ellos sin miedo a una respuesta judicial.Empresas como Google viven de nuestra intimidad, pero somos conscientes de ello. A cambio también nos facilitan mucho la existencia y por lo tanto nuestros datos son un precio que la mayoría está dispuesta a pagar. Ese es el negocio y lo aceptamos, pero solo se lo queremos regalar a ellos.
El problema es que estamos al alcance de cualquier empresa, grande o pequeña, que quiera saber algo sobre nosotros. Ya no solo farmacéuticas o negocios de fitness o alimentación que elaboran campañas en base a los datos que graban las apps de salud. Nuestra propia empresa puede ser la interesada en recabar información y tomar decisiones en base a ello. Afectaciones cardíacas, embarazo, epilepsia… pueden significar despido o ausencia de contratación.
Aunque algunas compañías ya han avisado a sus desarrolladores de apps que no se pueden vender los datos que derivan de su app a terceros, ha saltado cierta alarma social en el mundillo.
¿A qué precio estamos dispuestos a vender nuestro futuro? Dejamos a un ente misterioso conocer todos nuestros pasos a cambio de que este nos lleve el recuento de pulsaciones o el calendario menstrual.¿Enserio no hay otras formas de hacerlo que no pasen por regalar nuestra vida privada a los intereses económicos de unos pocos?