Jugando a prevenir

La PRL es una disciplina seria, eso lo sabemos. La prevención de riesgos no es un juego y, por supuesto, no hay que tomársela así. No obstante, ahí está el éxito de la gamificación como una herramienta de aprendizaje, también utilizada para fomentar el trabajo en equipo. Con lo que ¿por qué no utilizar las técnicas de juego para aprender de PRL? Los expertos en pedagogía sostienen que la ‘jugabilidad’ de la formación incrementa de forma instintiva la motivación y satisfacción en el alumno.

El juego proporciona un medio de captar el interés de aquellos trabajadores que se ponen en riesgo, mostrándoles la manera de evitarlo. En este marco, la gamificación aporta ventajas nada desdeñables: se desarrolla en escenarios reales (de realidad virtual), basándose en incidencias posibles. Así, los empleados pueden desarrollar estrategias de intervención efectiva, aprendiendo un protocolo de actuación, cuyo fin último es fomentar una cultura de seguridad en la empresa y motivar una actitud vigilante y proactiva. Eso sí, su objetivo no es sustituir a la formación real, sino involucrar al empleado de modo que tome consciencia de los riesgos y se sienta motivado para continuar su proceso formativo.

Gamificación + PRL = Ludo-prevención

Del latín “ludo” (juego), ludo-prevención es la aplicación de técnicas de juego en la formación preventiva, bajo la premisa de que la seguridad no es un juego, pero el aprendizaje sí. Pablo José Pinto Ariza, presidente de la Asociación Peruana de Prevencionistas de Riesgos (APDR) ha publicado en prevencionintegral.com un post sobre la prevención lúdica, del que sintetizamos los puntos más interesantes.

-Las herramientas que se usan actualmente para capacitar, entrenar y sensibilizar a los trabajadores en temas de seguridad y salud son fuentes de bajo impacto para el aprendizaje, con lo que se hace necesario replantear las estrategias.

- Las experiencias simuladas y directas se pueden aplicar a través de los juegos. Por ejemplo, para enseñar las medidas de conducción evasiva a un conductor sería más productivo utilizar un videojuego que simule las condiciones, reglas y procedimientos que deseen que aprendan.

Diferencia entre Gamificación y Serious Play

La primera es el empleo de dinámicas y mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas con el fin de potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a todos los juegos, mediante experiencias interactivas, es decir, que involucran al usuario. Se trata de copiar a los juegos aquellos elementos que hacen tan emocionantes los videojuegos. Un buen uso de la gamificación es ayudar a dar cierto tono lúdico al aprendizaje de tareas consideradas tediosas.

Los Serious Play (o juegos serios) son sistemas de materiales didácticos y software que pueden ser empleados como herramientas en procesos de enseñanza-aprendizaje. Promueven construcción de conocimiento y desarrollo de capacidades exponiendo al jugador a situaciones, casos o problemas de forma lúdica o atractiva. La principal diferencia es el formato.

Posibles incovenientes de la gamificación

Como siempre, no es oro todo lo que reluce. La gamificación también puede tener inconvenientes. Si no se usa bien, puede jugar en nuestra contra, como por ejemplo con un sistema de logros o recompensas que haga pasar el resto del contenido de nuestra aplicación a un segundo plano; o que se obligue al usuario a ejecutar durante el desarrollo del juego tareas excesivas. Esto podría acabar perjudicando al aprendizaje.

Por lo tanto, y por contradictorio que pueda parecer: juguemos a la prevención, pero en serio.