Los Reyes Magos se olvidaron el GPS (o no)
Si hubieran usado el Google Maps todo esto no habría pasado. Hubieran llegado en nada, y Jesús quizás podría haber disfrutado de sus presentes unos días más antes de empezar el cole –o sus tareas de mesías-. Pero con esto de la geolocalización no todo hubieran sido ventajas. El malvado Herodes, que pretendía matar al primogénito, les habría podido localizar con un solo click y el destino de la humanidad habría sido muy distinto.
Tu espía, tu jefe
¿Y si tienes una entrevista de trabajo de la que no quieres que se entere tu jefe? ¿Y si necesitas ausentarte del trabajo por motivos personales? ¿Y si te repatea ir a la cena de Navidad de la empresa? Tendrás que quedarte en casa, porque buscar un plan alternativo con tus colegas es demasiado arriesgado.Todo esto y mucho más es lo que puede averiguar tu jefe con solo abrir una app. Una monitorización de tu ordenador, coche o móvil de empresa es algo legal e incluso recurrente. Aunque debes ser avisado de ello, no siempre se hace de forma correcta.
Mapa de calor de Google. Imagen de Tecnoxplora
El Tribunal Constitucional evidencia mediante su jurisprudencia que el jefe puede controlar los medios tecnológicos o informáticos que ponga a disposición del empleado para fiscalizar su buen uso. Pero este seguimiento tiene que cumplir un triple criterio: proporcionalidad, idoneidad y necesidad.
¿Hasta qué punto es “idóneo” o “necesario” que tu jefe sepa dónde estás? El problema es que dichos criterios a veces son ambiguos y seguramente serán demostrables si la empresa un buen abogado, que podrá y sabrá exponer la imprescindible necesidad que había de que te siguieran ese día.
Comodidad a no tan módico precio
Retomando la metáfora del niño Jesús y los Reyes Magos, podemos decir que en la actualidad, nuestro Herodes puede ser cualquiera: nuestra pareja, nuestra familia o nuestro jefe. O la CIA, si hemos estado bromeando con algún amigo sobre Bin Laden mediante el whatsapp.Sí señores. Solo hace falta iniciar sesión en Gmail (a veces ni eso) para que el señor Google nos ofrezca un registro detallado de donde hemos estado, y durante cuánto tiempo, con todos los detalles necesarios. También sabe cuál es nuestra edad, nuestros intereses, si viajamos en coche o metro… Total, que tener un amante y un Smartphone a la vez debería ser considerado deporte de alto riesgo.
Se trata de la escalofriante historia de una chica a la que Facebook le recomendaba como “persona que quizás conozcas” los ligues de algunas noches demasiado largas. La chica pasa por las típicas fases: Primero, la fase de negación (vaya, qué casualidad), enfado (¿cómo sabe el dichoso Facebook con quien estuve ligando anoche?), investigación (resulta que tu agenda del móvil se sincroniza con Facebook) y aceptación (quizás es una señal del destino…voy a solicitar amistad).
Toda la facilidad y comodidad que nos ofrecen los servicios de Google no es gratis. De hecho, se paga un precio bastante caro: la privacidad.Aunque quizás es difícil evitar a estos poderosos espías como Google, podríamos recomendar que, al menos, estéis atentos a lo que sucede a vuestro alrededor y a quién tiene acceso a vuestros ordenadores y teléfonos. Los del Huffington también nos dejan un listado de apps para jugar a ser espía…o para que te espíen. ¡Conócelas!
¡Feliz vuelta al trabajo!