Radiación Ionizante: Imperceptible y mortal (II)
Paula Llull17/01/2014
La exposición a la radiación no solo es externa. Es decir, no solo nos contaminamos mediante la radiación presente en el aire. Existe también una exposición interna a estos átomos destructivos, que se da cuando un radionúclido entra en nuestro cuerpo (inhalación, ingesta, heridas…). Este es el modo más peligroso de contaminación, ya que es más difícil de eliminar del organismo.
El caso que nos ocupa es la exposición a la radiación en emergencias nucleares, de las que llevamos hablando ya varias semanas. Muchas veces ignoramos el problema y las graves consecuencias que puede acarrear el contacto con la energía nuclear hasta que lo tocamos de cerca.
Dos de las partículas más peligrosas para el ser humano que contiene la radiación nuclear son el YODO y el CESIO.
En caso de accidente, se necesita una respuesta urgente ya que es probable que se produzca un tipo de exposición muy agresiva. Los liquidadores, rescatadores y personal de primeros auxilios son los más susceptibles de recibir altas dosis de radiación que podrían producir quemaduras, síndrome de irradiación aguda e incluso la muerte.
Seguidamente, el segundo sector de población que más peligro corre en caso de accidente son aquellos que viven cerca de las centrales, ya que quedarían afectados por la nube radiactiva que se desprendería de dicho accidente.
Explosión nuclear
No es probable que la población en general se vea expuesta a dosis suficientemente altas para causar efectos agudos, pero sí a dosis bajas que podrían aumentar el riesgo de efectos a largo plazo, como el cáncer. El consumo de agua o alimentos contaminados contribuye a la irradiación de la población.
Los gobiernos pertinentes pueden y deben aplicar algunas medidas de protección de la salud pública para limitar los riesgos de la población derivados de la exposición a la radiactividad.
Para empezar, las primeras horas después del accidente se debe intervenir de forma urgente para evitar al máximo la exposición de las personas, evaluando las dosis que inevitablemente ya han recibido. Las medidas urgentes que usualmente se toman son la evacuación, el refugio bajo techo o la administración de pastillas de yodo no radiactivo. La primera es más eficaz antes de una emisión. La segunda puede reducir la exposición al material contaminado y la tercera impide la captación del yodo radiactivo por las tiroides (glándulas que se ven afectadas por la radiación ionizante con partículas de yodo) y reduce las posibilidades de contraer cáncer en dichas glándulas. Aun así, estas pastillas no protegen de la radiación externa ni otras sustancias radiactivas distintas del yodo.
Ademas de la evacuación y la toma de medicamentos pertinentes, se debe hacer un plan de actuaciónen cuanto al consumo de agua y alimentos potencialmente contaminados y proporcionar ayuda psicológica para paliar el estrés producido.
A medida que se vayan acumulando datos sobre la situación medioambiental y humana en caso de accidente nuclear, se pueden adoptar medidas de protección más ajustadas a la gravedad de la situación, como la reubicación de la población en viviendas temporales o, a veces, permanentes. Estas medidas de protección se aplican teniendo en cuenta las dosis que puede recibir la población a largo plazo (por ejemplo, dosis efectiva a lo largo de un año).
Legislación en España
El caso que nos ocupa es la exposición a la radiación en emergencias nucleares, de las que llevamos hablando ya varias semanas. Muchas veces ignoramos el problema y las graves consecuencias que puede acarrear el contacto con la energía nuclear hasta que lo tocamos de cerca.
Dos de las partículas más peligrosas para el ser humano que contiene la radiación nuclear son el YODO y el CESIO.
En caso de accidente, se necesita una respuesta urgente ya que es probable que se produzca un tipo de exposición muy agresiva. Los liquidadores, rescatadores y personal de primeros auxilios son los más susceptibles de recibir altas dosis de radiación que podrían producir quemaduras, síndrome de irradiación aguda e incluso la muerte.
Seguidamente, el segundo sector de población que más peligro corre en caso de accidente son aquellos que viven cerca de las centrales, ya que quedarían afectados por la nube radiactiva que se desprendería de dicho accidente.
Explosión nuclear
No es probable que la población en general se vea expuesta a dosis suficientemente altas para causar efectos agudos, pero sí a dosis bajas que podrían aumentar el riesgo de efectos a largo plazo, como el cáncer. El consumo de agua o alimentos contaminados contribuye a la irradiación de la población.
Los gobiernos pertinentes pueden y deben aplicar algunas medidas de protección de la salud pública para limitar los riesgos de la población derivados de la exposición a la radiactividad.
Para empezar, las primeras horas después del accidente se debe intervenir de forma urgente para evitar al máximo la exposición de las personas, evaluando las dosis que inevitablemente ya han recibido. Las medidas urgentes que usualmente se toman son la evacuación, el refugio bajo techo o la administración de pastillas de yodo no radiactivo. La primera es más eficaz antes de una emisión. La segunda puede reducir la exposición al material contaminado y la tercera impide la captación del yodo radiactivo por las tiroides (glándulas que se ven afectadas por la radiación ionizante con partículas de yodo) y reduce las posibilidades de contraer cáncer en dichas glándulas. Aun así, estas pastillas no protegen de la radiación externa ni otras sustancias radiactivas distintas del yodo.
Ademas de la evacuación y la toma de medicamentos pertinentes, se debe hacer un plan de actuaciónen cuanto al consumo de agua y alimentos potencialmente contaminados y proporcionar ayuda psicológica para paliar el estrés producido.
A medida que se vayan acumulando datos sobre la situación medioambiental y humana en caso de accidente nuclear, se pueden adoptar medidas de protección más ajustadas a la gravedad de la situación, como la reubicación de la población en viviendas temporales o, a veces, permanentes. Estas medidas de protección se aplican teniendo en cuenta las dosis que puede recibir la población a largo plazo (por ejemplo, dosis efectiva a lo largo de un año).
Repuesta de la OMS
La OMS tiene la obligación de evaluar los riesgos para la salud pública y ofrecer asesoramiento y asistencia técnica en temas de salud pública. Os dejamos la legislación en España relacionada con este tema:Legislación en España
- Consejo de Seguridad Nuclear.
- RD 1836/1999 (Instalaciones Nucleares y Radioactivas), sobre seguridad en centrales nucleares.
- RD 1753/1987 (Normas personal sanitario), dedicado a la seguridad en el personal sanitario.
- RD 53/1992 (Protección Sanitaria contra Radiaciones)
- CEP (Cuadro de enfermedades profesionales): apartados E (Agentes físicos) y F (Enfermedades sistemáticas).