Cáncer de mama, ¿una consecuencia de la nocturnidad laboral?
En el año 2009, 38 mujeres danesas fueron indemnizadas con 134.000 euros cada una. Se demostró que sus trabajos (nocturnos) habían incidido de forma directa en el desarrollo de cáncer de mama.
La Agencia Internacional para la investigación sobre el cáncer (IARC) hace años que investiga, y aunque no se han podido establecer resultados concluyentes, las pruebas apuntan a la incidencia –al menos parcial- de este tipo de trabajos en el desarrollo de la enfermedad.
Los estudios epidemiológicos a nivel mundial han puesto de manifiesto una asociación entre el trabajo nocturno y un aumento del riesgo de cáncer de mama. En concreto se estima que un año de turno nocturno puede aumentar 15% la incidencia de esta enfermedad.
Médicos (Trabajo nocturno)
Parece ser que el trabajo a turnos, y sobre todo el nocturno, altera los ritmos circadianos -el sistema biológico de los seres vivos- e inhibe la producción de melatonina, ya que el cuerpo está falto de luz natural, lo que puede favorecer el desarrollo del cáncer.
Otros riesgos del trabajo nocturno
Los horarios irregulares y el trabajo nocturno no solo son un factor potenciador del cáncer, sino que afectan a la salud de muchas otras formas. Para empezar, los turnos y el horario nocturno pueden interferir en la vida social y familiar de los trabajadores, limitando sus relaciones sociales; incluso se ha identificado una mayor incidencia de divorcios en los trabajadores a turnos.
Además, el trabajo nocturno provoca un rendimiento laboral inferior en un 30% respecto a los turnos de día. También aumenta la fatiga, las alteraciones cardiovasculares y digestivas, lo que nos podría hacer más vulnerables a sufrir un accidente o una enfermedad profesional.
Aunque hay muchos trabajos que no pueden prescindir de la nocturnidad, sería importante establecer algunas bases para la prevención de riesgos. Más allá del incentivo económico, se deberían estudiar los diferentes tipos de trabajos que requieren nocturnidad para mejorar todo lo posible las condiciones ergonómicas, además de modificar la duración de los turnos, las jornadas o potenciar la jubilación anticipada.
En definitiva, se debería considerar el trabajo nocturno como un riesgo para la salud del trabajador y por eso habría que potenciar las medidas preventivas en un sector tan amplio como éste, que abarca desde la hostelería al sector sanitario, pasando por la vigilancia o los cuerpos de seguridad.