Identiplast 2009 galardona a Carlos López por su análisis sobre el impacto de las etiquetas de identificación por radiofrecuencia
Un español, premiado por su proyecto para el reciclado de etiquetas RFID
La tecnología de identificación por radio frecuencia (en sus siglas RFID en inglés), es un método electrónico que permite asignar un código de identificación a un producto, y usar ese código para identificar o acceder a información adicional sobre el mismo.
Actualmente, las etiquetas RFID están comenzando a introducirse en el mercado, de forma que sustituyan al código de barras en un futuro próximo.
A diferencia de los códigos de barras, estas nuevas etiquetas están formadas por un chip, una antena y un sustrato donde van adheridas junto con un adhesivo. Dichos componentes suelen estar constituidos por aluminio o cobre para la antena, silicio para el chip y papel con adhesivo para el soporte. Sin embargo, estos constituyentes pueden convertirse en un impedimento al gestionar los envases plásticos, puesto que las etiquetas RFID irán adheridas a los productos permaneciendo unidos hasta su fin de vida.
No obstante, a pesar de que se han llevado a cabo estudios relativos a la viabilidad de la tecnología RFID, no existe ninguno actualmente que analice el impacto que puedan tener estos dispositivos en los actuales sistemas de gestión de residuos de envases plásticos.
Por ello, el objetivo principal del presente trabajo es identificar y analizar los impedimentos que los componentes de las etiquetas RFID puedan causar en los actuales sistemas de gestión de residuos de envases plásticos.
Para ello, el trabajo se dividió en tres fases:
(1) Identificación de los componentes de las etiquetas RFID con mayor presencia en el mercado.
(2) Estudio y análisis de los sistemas de recogida y tratamiento de los envases plásticos en España, .
(3) Identificación de posibles impedimentos.
Los principales impedimentos se hallaron en el proceso de reciclaje mecánico del plástico. Concretamente, en la etapa de lavado o centrifugación, el plástico se suele lavar con sosa cáustica (NaOH), de manera que se asegure la eliminación de trazas de aluminio. Sin embargo, la antena de la etiqueta RFID está formada por este metal, reaccionando con la sosa y generando hidrógeno.
El hidrógeno es un gas explosivo, por lo que en caso de que se alimenten muchas etiquetas al proceso, deberá controlarse la reacción.
Por otro lado, el otro impedimento hallado se centra en la etapa final del reciclado de los plásticos, la extrusión. En ella, el material se calienta hasta su temperatura de fusión, normalmente entre 100-320 °C en función del material a tratar. Esta temperatura, es significativamente inferior al punto de fusión de los constituyentes de las etiquetas RFID (>1000 °C), por lo que, por ejemplo, el silicio no se fundirá, estando presente en el producto final, generando discontinuidades en el plástico reciclado y afectando a las propiedades mecánicas del mismo, siendo inviable su uso comercial.
Con todo, para evitar estos impedimentos, se proponen diferentes soluciones, como la sustitución de los componentes de las etiquetas RFID por otros que sean compatibles con la gestión del residuo, como por ejemplo la utilización de tecnología de tintas electrónicas conductoras (Thin Film Transistors) que actualmente se encuentran en fase de investigación, o bien el diseño de sistemas de filtración con un tamaño de malla más pequeño para asegurar la retención de los componentes dañinos para el proceso.
El presente proyecto es parte de los resultados alcanzados en el marco del ‘Proyecto de potenciación de la competitividad del tejido empresarial español a través de la logística como factor estratégico de un entorno global-GLOBALOG’, dentro del Subprograma Nacional Transmodal financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia (Nº de expediente PSE-370500-2007-1).