Algo más que un CD
Hermann Schnell nació el 8 de septiembre de 1916. En otoño de 1937 empezó a estudiar ingeniería química y en 1944 se doctoró en la Universidad de Friburgo. Su tutor fue el legendario especialista en polímeros Hermann Staudinger (1881 – 1965), el descubridor de la química macromolecular y premio Nobel.
Al finalizar sus estudios y en posesión del diploma de doctor, Schnell ingresa en la factoría de Leverkusen de Bayer AG, en calidad de colaborador científico. A principios de 1953 se hace cargo, dentro del mismo grupo, de la dirección del recién creado laboratorio de la factoría de Uerdingen. Ahí prosigue los ensayos iniciados en Leverkusen, experimenta con poliéster y fosgeno gaseoso y, a pesar del escepticismo de muchos de sus colegas, sus esfuerzos son coronados por el éxito. A mediados de 1953 fructifica su labor: el policarbonato, un fascinante género de material de la familia de los polímeros acaba de ser descubierto.
Casi al mismo tiempo se logra también éxito al otro lado del "charco", pues también allí se descubre el PC. La carrera norteamericana para obtener el policarbonato nacional se había iniciado en los laboratorios de la división de plásticos del grupo General Electric (GE). Se sintetizó igualmente a base de éster de ácido carbónico y ofrecía un espectro de cualidades sobresalientes. En el transcurso de negociaciones, las empresas interesadas del Viejo y del Nuevo Mundo aclararon de común acuerdo la situación resultante. El éxito del policarbonato que se vislumbraba desde un principio dejó espacio suficiente –presumiblemente– para la actividad de ambos competidores.
Éxito de ventas
Por este motivo, Bayer se propuso entonces aumentar considerablemente su capacidad de producción de policarbonato. Efectuando una inversión de alrededor de 1.000 millones de euros, el grupo químico domiciliado en Leverkusen pretendía ascender al primer puesto a nivel mundial entre los fabricantes de policarbonato en el próximo quinquenio. Entre sus objetivos estaba duplicar la producción en el año 2005, lo que significaba aproximadamente llegar a 1,3 millones de toneladas al año. El punto central de esa iniciativa estratégica radica ante todo en el continente asiático y la zona del Pacífico.
La suma de las virtudes
El policarbonato se puede transformar casi por cualquiera de los procedimientos corrientes en la industria del plástico: en forma de granulado en máquinas de moldeo por inyección, en la extrusión y en procesos de soplado por inyección y de moldeo por rotación. Los semiproductos de policarbonato es posible conformarlos y plegarlos aplicando calor suficiente o por el proceso de embutición profunda, por ejemplo para confeccionar envases de innumerables tipos. Tanto los semiproductos como los productos acabados pueden ser transformados, entre otras operaciones, por aserrado, taladrado, fresado, torneado, cepillado y corte. Igualmente es posible pintarlos, aplicarles vapores metálicos al vacío, rotularlos con láser e imprimirlos del modo clásico.
Gafas, lentes, discos compactos y más cosas
De policarbonato se hacen también láminas por extrusión, que implican relativamente mucho esmero y que por ello son costosas, las cuales se emplean, por ejemplo, para fabricar teclados y carcasas de teléfonos portátiles. Una ventaja en este caso es que las láminas de policarbonato se imprimen con facilidad y se pueden transformar económicamente, entre otros procedimientos por el llamado IMD (In Mold Decoration). Por ese método se obtienen piezas de forma que, con su decoración superficial de agradable aspecto, satisfacen incluso las exigencias de diseño más extremas. Las láminas iluminadas por la cara posterior para cuadros de instrumentos es otra de las aplicaciones caracterizada por el extraordinario potencial de crecimiento. Y el nuevo permiso de conducir europeo y el documento de identidad suizo son de láminas de policarbonato.
Música en discos de plata
Pero la evolución prosigue. El CD tradicional ha tenido un hermano vigoroso: el DVD (Digital Versatile Disk). Aunque exteriormente sea muy difícil distinguir un disco del otro, la capacidad de almacenamiento de un DVD es más de siete veces mayor: 4,7 gigabyte. Los hoyuelos son cuatro veces más pequeños que los de un CD. Claro que el DVD está compuesto en principio por dos discos de 0,6 milímetros de espesor, que se pegan para formar una unidad. Actualmente se está trabajando intensivamente a fin de aprovechar también la otra mitad para almacenar datos. Con respecto al policarbonato del que son los CD y los DVD, eso significa que hay que contar con problemas de suministro y que se puede seguir esperando tasas de crecimiento de dos cifras