Cicloplast responde

El siguiente paso será su publicación en el Diario Oficial de la UE que entrará en vigor a los 20 días de su publicación y los Estados miembros tendrán 24 meses para su transposición a las legislaciones nacionales.

Los principales asuntos que nos afectan como sector plásticos son:

• Flexibilidad en la aplicación de la jerarquía en los 5 métodos de gestión de los residuos (prevención, reutilización, reciclado, otras formas de valorización y eliminación). Se considerará como una simple orientación en las políticas nacionales pues, para determinados flujos de residuos, se podrá alterar la jerarquía por razones de análisis de ciclo de vida.

• Definición amplia de reciclado, incluyendo el reciclado feedstock y el uso de residuos plásticos como agente reductor en altos hornos además del reciclado mecánico.

• Incineradoras consideradas como sistemas de valorización energética. La incineración de residuos se podrá considerar valorización energética cuando exista un balance neto positivo en la eficiencia energética (energía consumida-energía producida, ya sea térmica o eléctrica). La Comisión realizará, con la información aportada por los Estados miembros, un Informe analizando el cumplimiento planta a planta de la fórmula de eficiencia que figura en el Anexo II de la Directiva; sobre la base de ese Informe, el Consejo y el Parlamento decidirán finalmente si es aconsejable revisar la citada fórmula.

• Objetivos de reciclado y de recogida selectiva. El 50 por ciento de reciclado de los RSU y el 70 por ciento de reciclado de los RCD para el año 2020. Para el año 2015 deberá existir recogida selectiva de papel, metal, plástico, vidrio, textiles, residuos bio, aceites y residuos peligrosos.

• Responsabilidad ampliada del productor. Los Estados miembros podrán obligar a los productores a que acepten los productos devueltos (sistema de depósito), financien las operaciones de gestión (SIGs) y ofrezcan información pública sobre si el producto es reutilizable y/o reciclable.

• Consideración de 'no residuo'. Para que una sustancia deje de considerarse 'residuo' deberá haber sido sometida a una operación de reutilización, reciclado o valorización. No bastará con una simple inspección. Además deberá demostrarse mediante un sistema de certificación de la calidad que el uso de tal sustancia no supone un impacto al medio ambiente o a la salud.

Dieciséis años después, en la UE, menos de 300 productos tienen este distintivo y en España, tan solo son veinte.

Según la Comisión, el consumidor tiene un efecto sorprendente sobre el entorno. Bruselas estima que entre el 70 por ciento y el 80 por ciento de los impactos medioambientales se derivan del transporte, la fabricación de alimentos y bebidas, y el efecto ecológico de los hogares. Éstos, junto con la industria manufacturera, generan el 36 por ciento de los gases de efecto invernadero.

Bruselas está ahora ultimando un paquete de medidas, que se concretará en el lanzamiento de un plan de acción que supondrá la revisión de cuatro directivas: ecodiseño, etiquetado sobre eficiencia energética, ecoetiquetado y el denominado Sistema Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría (Emas), el competidor en la UE del esquema internacional ISO 14001. La intención es aprobar acciones adicionales entre 2008 y 2009 para completar la revisión de directivas.

Fuentes del sector ambiental explican que el cumplimiento de criterios de ecoetiquetado eleva entre un 20 por ciento y un 40 por ciento los costes del proceso de fabricación de un producto. En la práctica, sólo la solicitud de la ecoetiqueta europea cuesta entre 300 y 1.300 euros.