Los plásticos en la construcción tendrán una gran relevancia en la K 2007

Alrededor de una cuarta parte del plástico que se consume en Alemania se destina a la construcción de edificios y obra civil, un sector donde los materiales polímeros encuentran numerosas aplicaciones. Una de las más importantes es su utilización como material aislante, con la siguiente reducción de los gastos de calefacción y de las emisiones de dióxido de carbono y la importante contribución que ello supone a la protección climática y del medio ambiente. Todo esto y más podrá verse de nuevo en la exposición monográfica y en los stands de la K 2007, que tendrá lugar en Düsseldorf del 24 al 31 de octubre de este año.

Hasta ahora no existe ningún coche de serie fabricado completamente a base de plástico, como tampoco existe ninguna casa hecha cien por cien de este material. No obstante, debajo de los materiales convencionales de cualquier casa moderna, debajo de la piedra, del mortero y del hormigón, se esconde una gran cantidad de materiales polímeros. Éstos se utilizan cada vez más en la reforma de edificios antiguos, y también en la construcción de puentes, carreteras y canales. Los propulsores de las centrales eólicas, las pantallas acústicas de las autopistas y vías férreas y gran parte de las pinturas utilizadas en la construcción son de plástico. En Alemania, el sector de la construcción consume una de cada cuatro toneladas del plástico producido.

La protección térmica es un tema clave en la construcción y los plásticos tienen mucho que decir al respecto. Los aislantes polímeros que se utilizan debajo de techos y suelos o en paredes y también los perfiles de plástico de ventanas y revestimientos para fachadas son un claro ejemplo. Las tradicionales ventanas de PVC de dos o, como máximo, tres cámaras están dando un paso a perfiles de cuatro a seis cámaras con un aislamiento aún más eficaz. Además, la inyección de espuma de poliuretano en las cámaras proporciona una mejora adicional de las propiedades térmicas.

Los plásticos espumados ofrecen por tanto todavía un enorme potencial de ahorro. Alrededor de una cuarta parte de los edificios y viviendas existentes en Alemania son edificios antiguos que no disponen de aislamiento térmico, lo cual provoca que el consumo de combustible en estas casas sea diez veces mayor que en las casas nuevas o bien saneadas. Si se aplicara un aislamiento térmico adecuado, la demanda energética se reduciría hasta en un 80 por ciento y el plástico espumado es en este contexto el material idóneo: con un solo centímetro de este material se consigue el mismo aislamiento que con 15 centímetros de pared de fábrica o medio metro de hormigón.

Un aislamiento eficaz es enormemente beneficioso para el medio ambiente. Las calefacciones que funcionan con petróleo o gas natural son responsables de alrededor del 40 por ciento de las emisiones de CO2 en Alemania, lo cual representa unos 220 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Casi un 95 por ciento de estas emisiones proceden de edificios antiguos no rehabilitados. Si estos millones de edificios antiguos se aislaran de forma eficaz contra el frío y el ruido y se equiparan con un acristalamiento térmico especial de PVC y si se tomaran otras medidas como generar energía solar, instalar calderas modernas e incluso utilizar células de combustible, las emisiones de CO2 se reducirían en 150 millones de toneladas. Si esto sucediera, Alemania tendría medio camino recorrido, es decir, habría cumplido la mitad del objetivo que se ha fijado para hacer frente al cambio climático.