El control de las máquinas actúa como cabeza pensante de un equipo robusto, potente y capaz de rendimientos siempre en ascenso

Las empresas transformadoras de plásticos, como tantas otras, necesitan facilidades. Es precisamente lo que buscan entre sus suministradores, equipos que no supongan un problema sino una solución para los compromisos que tienen con sus clientes. El control de las máquinas para el moldeo por inyección es un componente importante en un taller de inyección de plásticos. Tienden a ser más sencillos para los operarios, más cómodos, incorporan pantallas táctiles, dan la posibilidad de almacenar y recuperar datos, así como de trabajar en tiempo real. Hay controles que incorporan sistemas de visión artificial para seguro de molde o control de insertos. Sin duda, la capacidad para ser operados en remoto es también una de las ventajas que con más frecuencia se escuchan en los últimos tiempos.

Una máquina puede tener un diseño exquisito, unos componentes de primera línea, una robustez inigualable, una capacidad de inyección y una rapidez que la sitúan en la élite, pero todo ello sin un control adecuado queda en muy poco. Valdría el símil de un tópico habitual como es el de un señor hipermusculado, con un cerebro escaso.

Es por ello que el control de las inyectoras se presenta como un elemento a tener muy en cuenta.

Cada fabricante de inyectoras tiene su punto de vista, pero hay muchos asuntos que preocupan a todos por igual. Así, por ejemplo, asegurar un corto periodo de aprendizaje e incluso permitir el uso por parte de operarios poco entrenados con un control es uno de los objetivos de muchos fabricantes. En ocasiones el sistema permite al usuario navegar de forma sencilla utilizando iconos conocidos al mismo tiempo que permite una programación altamente flexible.

Se acostumbra a simplificar la puesta en marcha, así como a ofrecer equipos que permiten salvar y recuperar velozmente los parámetros establecidos en las diferentes condiciones de trabajo. Los gráficos, con los recorridos de las temperaturas controladas en varias zonas, son con frecuencia visibles tanto en el “histórico” como en “tiempo real”. Desde luego, los controles suelen estar protegidos de personal no autorizado mediante una contraseña. Un control puede entenderse como el punto de unión entre la máquina y el exterior. Es decir, un buen control tiene que dar facilidades para poder extraer de diferentes maneras y en diferentes formatos la valiosa información que tiene en su interior. Es fundamental poder extraer los datos en una memoria USB, en otro PC sin necesidad de conectar ningún cable a la máquina, por impresora, etc. Pero siempre, y esto lo debe contemplar el control, con la máxima seguridad para que esta información no pueda ser extraída sin autorización.

Es interesante también un control que permita efectuar actuaciones sobre el proceso de inyección en tiempo real y que ofrezca detalles como la imposibilidad de introducir consignas incoherentes.

Pero además, un buen control, aparte de ser fácil de utilizar y de ser importante en el manejo de la máquina, debe ser una pieza clave en el diagnóstico de los posibles problemas de la inyectora. Por ejemplo, si la máquina presenta una anomalía, un buen control debería ayudar al operario a detectar rápidamente cuál es exactamente y de dónde procede.

El control está previsto a menudo para su sincronización a elementos auxiliares como pueden ser cepillo neumático, báscula, robot-manipulador, etc., mediante entradas y salidas libres de tensión.

El panel cuenta muchas veces con pantallas a color generosas, táctiles, que aproximan más la máquina al operario

La pantalla permite el control de producción, el control de calidad muestreando los parámetros de inyección y detectando piezas defectuosas, y, en algunos fabricantes, el control de la temperatura para siete zonas de lazo cerrado mediante algoritmo PID de doble consigna, o lazo abierto porcentual +1 para aceite (NTC).