Los centros tecnológicos y la investigación aplicada, hoy
Este modelo tenía el inconveniente del aislamiento respecto a las necesidades industriales: aislamiento y endogamia y una cierta alergia a considerar las necesidades de la industria, con sus inevitables condicionamientos económicos considerados, a menudo, prosaicos en el peor sentido de la palabra. Era el tiempo del idealismo y del saber por el saber. Lo cual no es ni mucho menos para despreciar, pero su eficiencia social no era inmediata. Y la ausencia de competitividad impedía avances a la velocidad que impone la economía actual. Muchas experiencias de colaboración exterior con la industria resultaban fallidas, lo que creó cierto aire de falta de realismo y, a menudo, de competencia útil.
Pero hoy las cosas han cambiado. Los debates sobre la conexión Universidad-empresa han conducido a una situación radicalmente distinta, en la que estos organismos, si bien puede haber contado con fondos iniciales para su establecimiento, a partir de ese momento deben buscarse la vida. Y esa subsistencia debe proceder de la venta de sus servicios, lo que les fuerza a orientarse definitivamente hacia la industria y a responder a sus necesidades. Tanto es así que algunos de ellos han creado su propio departamento de marketing. Pero en éstos no son las actividades de promoción las más relevantes, sino las de adaptación al cliente, es decir, determinación del tipo de servicio a establecer, teniendo en cuenta calidad y plazos de entrega.
Actualmente, la mayoría de estos organismos están preparados para ofrecer un servicio de excelente calidad, pues su acumulación de conocimientos es enorme – como se ha podido comprobar en el gran nivel, tanto teórico como práctico, del gran número de conferencias presentadas en la recientemente celebrada 1ª Semana PlastUnivers. Cubren aquellas áreas precompetitivas y de riesgo de difícil asunción por parte de una industria, y hacen las veces de ingeniería amigable para aquellas empresas de tamaño pequeño y mediano que no pueden permitirse un departamento técnico a la altura de las necesidades actuales.
Hoy los centros tecnológicos y algunos departamentos universitarios son un elemento a considerar siempre que sea necesario el desarrollo de proyectos de mejora de procesos o de productos con vistas a su comercialización. Es decir, siempre. Están, ahora si, al servicio de la industria.