El agua como herramienta de trabajo
3 de abril de 2012
La evolución de los equipos y las necesidades de un sector en continua evolución han propiciado la aparición de una serie de técnicas del agua a presión en el sector de construcción, que cada vez son más empleadas.
Las técnicas del agua a presión en construcción consisten en el empleo de equipos especiales (bombas, lanzas, mangueras, …) que permiten proyectar el agua a la velocidad y caudal apropiados para realizar la acción que se desea: limpiar, sanear, escarificar y demoler de forma selectiva, entre otras posibilidades.
Dado que los equipos que se utilizan para las diferentes técnicas son muy similares, aunque el objetivo de la acción sea diferente, han ido creándose empresas especializadas en la fabricación, comercialización y, por supuesto, en el uso de este tipo de equipos.
Al igual que sucede en otras actividades especializadas, en las técnicas del agua a presión existe un gran variedad de herramientas, accesorios y complementos que pueden emplearse, dependiendo de la aplicación.
En algunos casos, pueden emplearse también abrasivos o calentar el agua, para acelerar los resultados deseados.
La hidrodemolición
Además, utilizando los parámetros adecuados de presión y caudal, podemos superar la resistencia interna a la tracción del hormigón provocando microestallidos superficiales que nos permiten su extracción controlada, esta técnica es conocida como hidrodemolición.
Esta técnica, que está muy avanzada y extendida por todo el mundo, nos permite retirar de forma selectiva la parte del hormigón que se desee, desde pequeñas porciones en mal estado a rebajes regulares, a lo largo de una gran superficie.
Además, dada la complejidad de los trabajos de hidrodemolición, es habitual emplear para ello equipos robotizados o bien sistemas automatizados, instalados sobre bastidores, que permiten obtener rendimientos mucho mayores que las lanzas manuales.
La única limitación de este método de trabajo es el agua que se requiere, puesto que si se trata de retirar grandes volúmenes de hormigón, será preciso contar con el agua necesaria para que las bombas de agua a presión puedan suministrar el caudal necesario.
Es importante destacar que este sistema no puede compararse con otras técnicas de demolición, puesto que tanto la metodología de trabajo como los resultados que se obtienen son completamente diferentes.
En la demolición con martillos percutores u otros implementos (cizallas, mordazas, etc), lo que se busca es la destrucción y fragmentación del hormigón. Pero estas herramientas al realizar su trabajo generan fisuras y microfisuras que deterioran la estructura, debiendo ser discriminados para labores de reparación o rehabilitación estructural.
Por otra parte, el corte con diamante no genera vibraciones, pero no distingue entre hormigón y armadura, cortando todo lo que encuentra a su paso. Esto tampoco lo hace adecuado para labores de recrecimiento o ampliación, puesto que se pierde la conexión con la armadura existente.
La hidrodemolición es el único método de extracción de hormigón permitido por las administraciones públicas en países como EE UU, Japón, Suiza, Italia y Suecia.
Al obtener un mayor monolitismo en la estructura reparada con hidrodemolición, la necesidad de reparar el hormigón se dilata en el tiempo, y se reducen los riesgos de nuevas intervenciones de reparación posterior por deslaminación de capas aportadas sobre los antiguos soportes.
Una actividad altamente especializada
La crisis económica generalizada se ha hecho notar en todos los sectores, y las empresas tratan de minimizar gastos al máximo, lo que en ocasiones puede conllevar un detrimento de la calidad, y un incremento de la siniestralidad.
Las técnicas del agua a presión, además de los riesgos generales comunes a otras actividades (trabajo en altura, condiciones de trabajo en el caso de equipos manuales, …), tienen riesgos propios, que las hacen peligrosas si no se emplean adecuadamente.
Se llegan a alcanzar presiones de hasta 3.000 bar, lo que equivale a disparar agua por chorro a velocidades superiores a varios cientos de kilómetros por hora. De este modo, el agua es capaz de limpiar, decapar e incluso demoler materiales como el hormigón.
Pero también de cortar todo lo que encuentre a su paso, y generar proyecciones de residuos que son como balas.
Ante estas consideraciones, económicas y de seguridad, desde la asociación Aetac se propone considerar una serie de requisitos específicos a la hora de evaluar las diferentes ofertas, para poder asegurar que contratamos una empresa verdaderamente especializada, criterios que van desde las referencias y certificaciones, pasando por las condiciones de seguridad, hasta el nivel de formación de los operarios, y otros.
La Asociación Española de Técnicas del Agua a presión en Construcción, Aetac, representa a las empresas relacionadas con la actividad especializada de las técnicas del agua a presión en construcción. Aetac tiene como fin general promover la actividad empresarial de estas técnicas, manteniendo siempre los máximos niveles de seguridad, calidad e integridad.
La asociación se creó con el objetivo de dar respuesta a los especialistas en esta materia, buscando siempre facilitar el trabajo y ofrecer apoyo constante a las empresas que realizan esta actividad.
Ahora, la asociación realiza el siguiente paso lógico, con el fin de conocer cómo se encuentra el sector más allá de las fronteras españolas y crear lazos con otras asociaciones del gremio, para compartir experiencias y conocimientos y aprovechar las sinergias.
Así, entre otras iniciativas, Aetac promueve y organiza el Foro internacional sobre Aplicaciones del Agua a Presión en Construcción, que se celebra del 19 y 20 de abril en Madrid, con dos objetivos principales: crear una red de contactos profesional de este gremio por todo el mundo y aprender diferentes aplicaciones y compartir conocimientos acerca de esta actividad.