La seguridad, la máxima prioridad de Adif
20 de enero de 2012
La elección de los métodos constructivos, la ejecución de actuaciones de preservación del patrimonio, la adopción de actuaciones adicionales o redundantes, un exhaustivo seguimiento con la utilización de modernos sistemas informáticos y el trabajo permanente de técnicos especialistas fueron sólo algunos de los pilares en los que se sustentó esta apuesta por la seguridad de la construcción del túnel Sants-La Sagrera y sus inmediaciones.
Máximo conocimiento del terreno y de los edificios
De forma previa y también durante la construcción, se tuvo un profundo conocimiento de los edificios situados en el entorno de las obras. Por este motivo, se llevó a cabo un amplio proceso de inspecciones y reconocimientos de edificios y viviendas a cargo de una empresa especializada en estructuras de reconocida experiencia en este ámbito. La metodología utilizada comprendió una fase de recopilación documental que recogió, entre otros aspectos, las características constructivas de los edificios o registros de obras realizadas. Después se procedió a una inspección preliminar de los edificios, consistente en la revisión de fachadas y zonas comunes. Posteriormente, se realizaron reconocimientos de detalle en viviendas y locales que fueron previamente documentados en croquis y fotografías. Todo ello dió lugar a unos informes que se entregaron a los presidentes de comunidades y a los propietarios.
Este intenso trabajo permitió que se realizaran en Barcelona inspecciones en fachadas y zonas comunes de 535 edificios y reconocimientos en un total de 3.730 viviendas y locales, más de 3.500 de ellas en el entorno de la traza. Esta cifra fue fruto tanto del inventario inicial como de las peticiones recogidas por Adif, en el marco de su voluntad de atender todas las solicitudes formuladas por los ciudadanos. Un proceso en el que destacaron también inspecciones muy detalladas a la Sagrada Familia, La Pedrera, la Torre del Fang o edificios de especial valor.
Seguimiento y control exhaustivos
A lo largo de la construcción del túnel, un total de 7.467 dispositivos de auscultación sirvieron para controlar los movimientos horizontales y verticales de las estructuras y los asientos del terreno, entre otros detalles. De éstos, casi 5.000 se destinaron sólo al seguimiento de edificios. Sistemas de alta precisión, como prismas, estaciones de topografía robotizadas o teodolitos, clavos de nivelación hitos: de nivelación, en suelo, de vía, combinados, profundos, inclinómetros, extensómetros, piezómetros, regletas, células de presión, micrómetros, electroniveles, estaciones de monitorización de vibraciones y acelerómetros fueron los controles usados durante todo el proceso de prevención.
Entre los sensores más modernos, destacaron los teodolitos automatizados, unos aparatos que, mediante emisiones láser contra unos prismas que se instalaron en puntos significativos de las edificaciones, recogieron de forma automática información sobre cualquier movimiento que se pudiera producir en las estructuras con una precisión del orden de un milímetro. Otros dispositivos, como los acelerómetros, registraban hasta la más mínima vibración en el terreno, de manera similar a los sismógrafos. Se instalaron junto a los edificios y realizaron mediciones continuas, procesadas de forma inmediata por un sistema informático que disponía de unos baremos para detectar cualquier variación.
Las lecturas que realizaron estos sistemas se procesaron informáticamente a partir de una magnitud inicial que se introdujo previamente al inicio de las obras. De este modo, las nuevas lecturas registraban cualquier variación que se hubiera podido producir durante o después del proceso de excavación. Estos sistemas de control y auscultación son redundantes, ya que los dispositivos automáticos se complementaron con lecturas manuales realizadas diariamente por técnicos especializados.
La participación internacional
En el marco de este firme compromiso de garantizar la absoluta seguridad del proyecto y actuar con la máxima transparencia, se creó un comité internacional de expertos para realizar un seguimiento de las obras del túnel, con especial atención a los tramos junto a la Sagrada Familia y la Casa Milà. Esta comisión estuvo integrada por profesionales de reconocido prestigio en diferentes áreas: geotecnia, tuneladoras de escudo de presión de tierras, estructuras y edificación, monumentos históricos, geología e ingeniería civil, entre otras disciplinas. Además, participaron técnicos de Adif, de la Generalitat de Catalunya y del Ayuntamiento de Barcelona, así como de la empresa independiente Intemac, especializada en patologías y edificación que ha trabajado en el proyecto desde sus inicios.
El trabajo del comité de expertos se concentró en supervisar la construcción, el análisis de los resultados obtenidos, el estudio de las medidas de protección adoptadas, la monitorización continua de la Sagrada Familia y la Casa Milà, el análisis de la mitigación de las vibraciones e informar a la Unesco sobre el desarrollo de los trabajos.
El aval técnico e institucional
De acuerdo con todas las actuaciones adoptadas, el túnel Sants-La Sagrera recibió el aval técnico y de organismos e instituciones nacionales e internacionales. Después de que la Unesco, en la sesión del Comité para el Patrimonio de la Humanidad celebrada en verano de 2010 en Brasilia, respaldara el trazado del túnel afirmando que la ruta seleccionada era la más viable, el comité de expertos, en sus informes, concluyó que los trabajos de perforación se ejecutaron con una alta competencia. Según estas conclusiones, la tuneladora funcionó en términos de organización y rendimiento por encima de los parámetros previstos, señalando que los asientos en superficie fueron significativamente más bajos que los valores previstos en proyecto.
El último aval se recibió con la sentencia de la Audiencia Nacional, que desestimó la demanda presentada contra el Ministerio de Fomento por la Fundación Pía Autónoma ‘Junta Constructora del Temple Expiatori de la Sagrada Familia’. El fallo destacó que en las obras se “tomaron medidas exhaustivas de seguridad, utilizando los métodos técnicos más avanzados”, como pudo comprobar personalmente una delegación de la propia Audiencia Nacional en septiembre de 2009.
La preservación del patrimonio
La preservación del extraordinario patrimonio arquitectónico y cultural de Barcelona fue objeto del máximo interés de Adif, para lo cual se ejecutaron actuaciones especiales de protección de estructuras de edificios de alto valor como la Sagrada Familia, la Casa Milà o la Torre del Fang.
La Sagrada Familia
Tal y como se definía en el proyecto, en el tramo del túnel que discurre junto a la fachada de la Glòria, se dispuso una barrera para proteger la estructura de la Sagrada Familia. Una pantalla de 230 m de longitud formada por un total de 104 pilotes de 1,5 m de diámetro, ejecutados con maquinaria de elevada precisión para garantizar su verticalidad, con una profundidad de 41 m y una separación entre sus ejes de 2 m, unidos en su parte superior mediante una viga de atado. La barrera también estuvo integrada por un dado de hormigón con una sección de 3x3 m y se completó con 2.344 inyecciones de consolidación del terreno.
La Casa Milà
Adif también atendió las propuestas de la comisión internacional de expertos para ejecutar una pantalla de protección de la estructura de la Casa Milà como medida redundante y adicional de seguridad a lo ya especificado en el proyecto y en los estudios previos realizados. Distribuida a lo largo de la fachada de la calle Provença de este monumento, la barrera estuvo formada por 33 pilotes excavados de 1,2 m de diámetro separados entre sí por 1,7 m y con una profundidad de 38 m.
La Torre del Fang
Para la conservación de este edificio catalogado en el patrimonio de Barcelona, se diseñó, finalmente, una compleja operación de ingeniería, ya que es el único edificio que el túnel cruza por debajo en todo el trazado. La solución técnica adoptada, de acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona, consistió en el mantenimiento de la estructura del edificio con un sostenimiento especial mientras se realizaban las pantallas, pilotes y micropilotes, la construcción de la losa de la cubierta y la excavación. En esta actuación, también se diseñó un programa específico de instrumentación mediante la instalación de medio centenar de dispositivos automatizados, tales como prismas robotizados, clavos e hitos de nivelación, piezómetros, inclinómetros y extensómetros.
Por último, se llevaron a cabo campañas de sísmica pasiva para localizar y estudiar hasta una docena de refugios de la Guerra Civil a lo largo del trazado, lo que permitió concretar actuaciones para evitar que pudieran verse afectados por la construcción del túnel.