La empresa polaca Soul-Kozak utiliza máquinas Haas para realizar piezas de la máxima precisión y peso reducido
Piezas de calidad para los caprichosos de la bici
9 de marzo de 2010
Polonia ha prosperado durante la reciente recesión internacional. Su economía sigue creciendo con fuerza, a diferencia de casi todos los demás países de la UE. Buena parte de este desarrollo se debe sin duda a su activo sector de la construcción, pero empresas pequeñas y orientadas a la exportación como Soul-Kozak también están desempeñando un papel cada vez más importante en la bonanza económica del país.
Lublín es una ciudad situada a unos 160 kilómetros de Varsovia. El viaje vale la pena, aunque sólo sea para visitar el centro antiguo y empedrado de la novena mayor ciudad de Polonia, alzado sobre su zona metropolitana como una ciudad francesa o italiana sobre una colina. Puede que las afueras de Lublín no atraigan a tantos visitantes como su centro histórico, pero la arquitectura y el plan urbanístico de la ciudad nos recuerdan lo que ocurrió en el país después de 1945, cuando los nazis fueron expulsados y las fuerzas rusas iniciaron su larga subyugación del pueblo polaco. En este paisaje urbano modelado al estilo soviético, oculta entre grupos de construcciones de madera y garajes de chapa, se encuentra la pequeña empresa dirigida por un matrimonio joven cuyos padres puede que jamás hubieran imaginado el país en que Polonia se ha convertido.
Mariusz Kozak fundó su negocio cuando dejó la escuela técnica local donde estudiaba. Mariusz es un gran aficionado a la bicicleta de montaña y, a pesar de que estudió ingeniería aeronáutica (un sector tradicional de la región que debe sus orígenes a la influencia soviética), estaba decidido a encontrar la manera de vivir de su gran pasión.
Mientras aún estudiaba, Mariusz patentó varios diseños de trenes de aterrizaje de helicópteros. Su inventiva técnica no hizo más que desarrollarse con el tiempo, pues ya tiene varias patentes de componentes de bicicleta ligeros e innovadores, como por ejemplo un juego de horquillas suspendidas en el aire especiales para descenso o un nuevo diseño del eje de los platos (el rodamiento cilíndrico al que van unidas las bielas).
Combinar ligereza y rigidez es el santo grial de todo ciclista competitivo. Ya hay bicicletas de montaña profesionales que tan sólo pesan 9 kilos, así que conseguir quitarles más ‘grasa’ puede ser una empresa cara. Soul-Kozak fabrica las piezas que los clientes obsesionados con el peso compran para sustituir pesados componentes de serie como bujes de rueda, juegos de piñones, tubos de manillar y abrazaderas de sillín.
“No competimos con los grandes fabricantes de componentes de bicicletas”, dice Mariusz, “de hecho, nuestras piezas pueden ser hasta el doble de caras que productos similares de Shimano (el fabricante japonés que lidera el mercado)”. El objetivo de la empresa es, en cambio, producir y comercializar productos de gama alta dirigidos a clientes que quieren y pueden pagar un componente que les permite reducir unos gramos y que, como no dudaría en añadir Mariusz, ofrece un pequeño plus de rendimiento.
Para fabricar la gran variedad de piezas de Soul-Kozak, Mariusz invirtió en dos máquinas herramienta CNC de Haas, que compró en las instalaciones locales de Haas, una división de Abplanalp. Michal Fodyma, el único empleado de la empresa, se encarga de manejar el torno Toolroom Haas TL-1, mientras que el propio Mariusz se ocupa de la fresadora Toolroom Mill Haas TM-1.
“Estas son las dos únicas máquinas de mecanizado que tenemos”, dice Mariusz, “pero nos sirven para fabricar todos los componentes que ofrecemos actualmente. Ya no necesitamos subcontratar componentes, lo que nos permite ser autosuficientes y mucho más eficientes”.
El juego de piñones trasero es el componente más complejo de los que produce la empresa. Se empieza a trabajar en el torno Haas, donde se cortan las piezas a la longitud deseada y luego se les da la vuelta, antes de continuar el proceso en la fresa Haas. Después de cada operación, se comprueba la precisión de las dimensiones del juego de piñones, lo que en parte explica por qué se tardan cinco horas en producir una sola unidad.
“Las tolerancias de esta pieza son cruciales”, señala Mariusz. “Cualquier imprecisión se notaría inmediatamente, en cuanto el componente se montara en la bicicleta. El cambio de marchas tiene que ser suave y rápido, y por supuesto la cadena no puede salirse ni caerse de los piñones”.
Como ocurre con todas las piezas que fabrica Soul-Kozak, las fases finales de la producción son el anodizado y el grabado, operaciones que también llevan a cabo dentro de la empresa.
Mientras que Mariusz dirige el taller, su mujer Izabela Kozak se encarga del trabajo de marketing, que incluye ocuparse del sitio web de la empresa. Soul-Kozak cuenta con distribuidores en varios países, pero vender sus productos a través de Internet es básico desde el punto de vista estratégico. El comercio electrónico es directo, tiene costes bajos y, quizá lo más importante, el cobro se realiza una vez enviado el producto, o incluso antes.
“Internet es vital para nuestro negocio”, afirma Izabela. “Recibimos la mayoría de pedidos a través de la tienda en línea. Vendemos a clientes de veinte países, a lugares tan lejanos como Australia”.
Con las máquinas Haas, Soul-Kozak es capaz de responder de inmediato a una solicitud de falta de existencias de alguna pieza que reciben por correo electrónico. Mariusz activa el programa y empieza a mecanizar la pieza en cuestión de minutos.
“Cuando buscábamos las máquinas herramienta CNC, nuestras prioridades eran la fiabilidad y la precisión”, apunta. “Las máquinas Haas tienen la mejor relación calidad-precio. Hay muchas máquinas en el mercado que ofrecen más precisión, pero no son asequibles para una empresa pequeña como la nuestra”.
De todos los estados ex comunistas de Europa, Polonia ha sabido efectuar mejor la transición hacia una economía que la mayoría. Es un buen lugar para fabricar gracias a unos costes de la vida y de la mano de obra relativamente bajos (en comparación con el resto de la UE) y a la oferta de trabajadores técnicos cualificados. Como resultado, emprendedores del sector polaco de la fabricación como Mariusz e Izabela Kozak pueden concentrarse en diseñar y producir productos de gama alta y calidad excelente que clientes de todo el mundo quieren comprar.