Recuerdo y osadía

Ferran Puig01/12/1998

Un hombre soriano lleno de inteligencia, gran sentido del humor y honestidad a toda prueba desapareció tempranamente hace ahora cinco años. Un ingeniero humanista que trabajaba para todos, que concebía su tarea como un servicio permanente uniendo técnica y progreso personal y social, ingeniería y arte, amante de la reflexión y las acciones meditadas, incapaz de actuar sin rigor o sufriendo cuando alguna circunstancia le impedía alcanzar los altos niveles que él tenía por mínimos.

Entusiasta de la unión de voluntades y fuerzas fue colaborador activo de todo movimiento asociativo del sector: principal impulsor de la Asociación Española de Robótica Y acabó sus días como director de formación de Ascamm. Persona cuyo criterio era siempre escuchado y valorado, fue invitado a participar en una multitud de foros: desde la organización de ferias, los comités organizativos y de programa en congresos del mayor nivel, presidente de sesiones, prologuista de libros. En particular, su papel como moderador de debates y mesas redondas era excepcional.

Daniel tenía tanta esperanza e identificación con su misión que no resistió su desaparición, producto de encontrar su obra sometida a los vaivenes cíclicos de los mercados y a las dificultades inherentes a la edición de prensa profesional de calidad en nuestras latitudes.

Todos hemos conocido personas cuya desaparición nos ha impresionado especialmente. Pero son pocos quienes, recién fallecidos, reciben de sus amigos la inmediata convocatoria de un premio con su nombre - que ha sido ya fallado en dos ocasiones. Es el "Premio Daniel Crespo al periodismo técnico".

Daniel, durante sus 25 años como editor, creó, con su revista Novamáquina 2000, un espacio de información profesional y periodismo técnico digno, riguroso, útil y a menudo pionero como vehículo y promotor del sector industrial de la transformación metalmecánica. Dicho espacio lleva cinco años vacío, y esta nueva revista Producción Mecánica tiene la humilde osadía de intentar recuperarlo. Así, no sólo nos proponemos hacer justicia al autor y a su obra, sino que nos llenamos de exigencia y del deseo de, cuando menos, aproximarnos a la referencia que nos legó.

Si lo conseguimos te lo dedicaremos.