Primera campaña paneuropea contra los riesgos de las sustancias peligrosas en el trabajo
26 de mayo de 2003
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo puso en marcha el martes 13 de mayo, en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, la primera campaña paneuropea para reducir los riesgos derivados de los productos químicos, los agentes biológicos y otras sustancias peligrosas en el trabajo, riesgos que afectan a aproximadamente una cuarta parte de los 150 millones de trabajadores de la UE. Cáncer, asma y problemas neuropsiquiátricos son sólo algunas de las enfermedades que pueden causar los 100.000 productos químicos que se comercializan en la UE, además de los agentes biológicos.
Según las investigaciones, el 21% de los trabajadores de la UE está expuesto a productos de efectos carcinógenos conocidos o sospechados, como el benceno (en combustibles) y la sílice cristalina (en materiales de construcción), mientras que el 22% de los trabajadores inhala humos y vapores durante al menos una cuarta parte de su tiempo de trabajo, lo que incluye disolventes orgánicos, polvo de madera y humos de soldadura. Asimismo, el 16% de los trabajadores maneja o entra en contacto con tintes, pesticidas, cromo VI (por el cemento húmedo) y otras sustancias peligrosas durante períodos de tiempo similares, ya sea directamente o a través de superficies contaminadas y de procesos de producción. Los sectores que más riesgos presentan son los de la construcción, la agricultura, las industrias gráficas, los servicios de limpieza, la atención sanitaria y la mecánica del automóvil.
Estos riesgos se ven acrecentados por el insuficiente cumplimiento de la normativa y por la falta de información. Un estudio, por ejemplo, averiguó que sólo el 12% de las empresas conocía sus obligaciones establecidas por las medidas reguladoras. Otro estudio diferente puso de manifiesto que el 20% de las fichas de datos de seguridad facilitadas por los fabricantes de sustancias peligrosas contenía errores.
Las repercusiones para la salud son considerables.Se calcula que, tan sólo las enfermedades dermatológicas de origen laboral, que suelen obligar a los trabajadores a cambiar de trabajo, cuestan a la UE 600 millones de euros al año. Por su parte, el asma de origen laboral cuesta a la UE, según las estimaciones, entre 400 y 800 millones de euros.
Sin embargo, es probable que los costes humanos y financieros sean mucho mayores. Los datos existentes se basan en estudios de las sustancias con toxicidad conocida. Pero dos terceras partes de los 30.000 productos químicos más utilizados en la UE -unas 20.000 sustancias- no han sido objeto de pruebas y evaluaciones toxicológicas sistemáticas. Sólo los nuevos productos químicos notificados desde 1981 tienen la obligación de someterse a dichas pruebas, si bien la UE está desarrollando una estrategia para hacer una evaluación sistemática de los productos químicos llamados «existentes».