El torno: un concepto antiguo, nuevas oportunidades
La producción de tornos en España alcanzó en 2006 un valor de 112,59 millones de euros, una cifra importante si se compara con los 95 millones de 2005 y los 73 de 2004. Se exportaron tornos por valor de 71,57 millones de euros y se importaron por 54,41 millones de euros. En Alemania, por tener la referencia de uno de los grandes constructores de máquina-herramienta, en 2005 el valor de los tornos fue de 1.062 millones de euros, con unas exportaciones de este tipo de máquinas de 615 millones (649 en 2006) y unas importaciones de 340 millones de euros (443 en 2006). Los tornos fueron de las primeras máquinas que incorporaron nuevas. El torneado y los productos que producen forjó el nacimiento y el crecimiento de todas las industrias fabricantes, incluyendo la automoción y la industria aerospacial, ambas muy crecientes y que requieren altos estándares de calidad.
La razón por la que el torno sobrevive y crece es que es una de las máquinas más versátiles de la industria de la máquina-herramienta. Además, goza de aspectos casi exclusivos como la rigidez de la máquina, la precisión vía CNC, la capacidad de dar forma a diámetros interiores y exteriores de innumerables productos con precisión...
También provee operaciones adicionales como roscado, taladrado o pulido, entre otras.
Es importante destacar que también existe una clara diversidad de tipos de usuarios de tornos. Hay empresas que requieren centros de torneado de gran volumen, alta precisión y alta velocidad, que frecuentemente incorporan un gran número de operaciones gobernadas por un software puntero y tecnología de control para operaciones de gran volumen. Por otro lado, existen empresas de fabricación más pequeñas de menos de 500 empleados que producen bajo pedido.
Los que están en contacto con todo tipo de talleres y empresas que trabajan para terceros saben que las cuestiones que más importan son la fiabilidad, el servicio, la maximización de la productividad y la reducción de los tiempos de puesta en marcha.
Asimismo, existe una relación directa entre la velocidad del husillo y la capacidad de producción de la máquina. La tendencia apunta a que en los próximos diez años, las velocidades del husillo se pueden incrementar incluso en tres veces. Si se pregunta al mercado si prefiere acabar una pieza en una máquina o recurrir a operaciones secundarias, la respuesta dependerá de cada cliente y sus necesidades y recursos ya que, la automatización puede requerir una inversión importante y no es siempre una solución.
Hay espacio para el crecimiento de las máquinas altamente automatizadas combo, pero el crecimiento está limitado por el coste y por los tiempos de ciclo. Del mismo modo que las tolerancias son cada vez más restrictivas, las piezas están sometidas a posibles daños en su manipulación.
Otro asunto de relevancia es la seguridad. En general, la carga automática de piezas o su retirada de la máquina en operaciones de alta velocidad es un aspecto relevante desde el punto de vista de la seguridad, algo que cobra cada vez más importancia en el mercado. Se requieren medidas seguras y que al mismo tiempo aporten beneficios.
Tendencias de aplicación para tornos
Existe la antigua percepción de que los tornos están diseñados para fabricar millones de piezas simples, sin embargo, esta idea bastante obsoleta poco a poco empieza a cambiar.
Existen dos tendencias en el torneado que se corresponden respectivamente con el tamaño del taller. Los grandes talleres tienden a enfatizar las operaciones no atendidas por el operario, mientras que los pequeños talleres necesitan máquinas suficientemente versátiles para fabricar cualquier tipo de pieza.
Ambas tendencias coexisten, pero en realidad, es una cuestión de costes. En definitiva, tanto grandes como pequeñas empresas buscan los mismos resultados, utilizar la tecnología disponible para obtener la mejora calidad al menos coste. La diferencia estriba en que los talleres más pequeños tienen recursos limitados para adquirir máquinas más caras y con más tecnología.
De hecho, para estos pequeños talleres puede ser un arma de doble filo. Añadir más herramientas para incrementar la versatilidad también supone un mayor número de cambios de herramienta y la necesidad de intervención de operario. Sin embargo, las nuevas tecnologías hacen que las máquinas vengan preparadas para realizar estas funciones de forma automatizada.
Estas operaciones permiten que el operario no tenga que realizar las operaciones de forma manual, lo que ha hecho que el operario se convierta en una parte mucho más integral en el diseño y en los procesos de producción y tenga una formación más técnica y especializada.