Las plaquitas CoroMill 345 de Sandvik generan bajas fuerzas de corte
Obtención de un planeado simplificado en acero inoxidable de plaquitas
Redacción Interempresas11/06/2014
Durante el fresado en acero inoxidable hay que superar muchos retos, incluyendo dificultades en la formación de la viruta, la vida útil de la herramienta y la productividad. Las más recientes geometrías de plaquita para CoroMill 345 han sido diseñadas específicamente para ofrecer la ligera acción de corte y las bajas fuerzas de corte necesarias para superar estos retos.
La creación de Sandvik Coromant engloba entre sus múltiples beneficios no solo se encuentran una mayor tasa de arranque de metal y un mayor rendimiento, sino también la capacidad de utilizar CoroMill 345 en máquinas de cono pequeño (máquinas ISO 30 e ISO 40), en aplicaciones sensibles a las vibraciones o con fijaciones débiles.
CoroMill 345 con refrigerante interno disponible para los cortadores de hasta 125 mm de diámetro.
Las innovadoras plaquitas presentan ocho filos, cuatro en cada lado, y, aunque dispongan de una orientación negativa en la fresa, su pronunciado desprendimiento garantiza un corte ligero positivo. Esto no solo proporciona una excelente formación de la viruta en acero inoxidable sino que mejora el entorno de trabajo gracias al bajo nivel de ruido durante el mecanizado. También hay disponible una plaquita ‘Wiper’ para aquellas situaciones en las que se requiera un acabado superficial brillante, además de la posibilidad de suministro de refrigerante interior para fresas de hasta 125 mm de diámetro.
CoroMill 345, específicamente diseñado para ofrecer una acción de corte de luz.
Prueba de estos beneficios son los excelentes resultados conseguidos en una reciente prueba de rendimiento de un cliente. Un cuerpo de bomba hecho de acero inoxidable 316L sometido a operaciones de desbaste sin refrigerante en un centro de mecanizado horizontal. CoroMill 345 permitió incrementar tanto la velocidad de corte como la velocidad de avance frente a la fresa de la competencia. Esto permitió producir un 50 % más de componentes, con un régimen de arranque de metal un 22 % superior, sin por ello desgastar las plaquitas. De hecho, utilizando las nuevas plaquitas, se consiguieron tres componentes por filo frente a los dos producidos con la fresa de la competencia.
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