Emprendedores: ingredientes de éxito para retroalimentar el tejido empresarial
Personas capaces de liderar la creación de proyectos empresariales, y por tanto de ir alimentando los depósitos de reserva de generación de riqueza.
Es fácil percibir la gran importancia que concentran las actitudes emprendedoras de una comunidad para asegurar la sostenibilidad del modelo económico ya sea en una economía productiva basada en la industria o en los servicios, que quiere ostentar un rol de motor vs. la dependencia económica de otras regiones o países.
Toda comunidad responsable debería plantearse cómo conseguir un entorno favorable a la proliferación de tales especímenes: los emprendedores, cómo fomentar, potenciar, su identificación, cómo ayudarles a crecer y a asegurar sus objetivos, porque serán los objetivos de la comunidad.
Muchos países y regiones con una probada eficacia en esta materia (producción eficaz de emprendedores y de sus proyectos) son analizados con detalle, por otros que pretenden emular sus buenas prácticas para conseguir generar modelos igualmente exitosos.
Analicemos los ejes principales:
El país:
Así citaríamos algunas variables a tener en cuenta como:
• cómo es el país, historia, cultura, situación macroeconómica – con qué recursos cuentan, capacidad de generar recursos, política económica fiscalidad, infraestructuras, tipo de economía productiva, situación respecto a áreas de influencia, tipos de productos/servicios que produce, etc….
Las personas:
Así, parece claro que para fomentar la proliferación de tejido empresarial hace falta incidir en los dos ejes: país y personas, simultáneamente.
Por tanto, para crear ese entorno propicio a corto y también a largo debemos contar con suficientes y adecuadas infraestructuras tecnológicas, de comunicación, políticas que permitan incentivar la inversión, la innovación, la creación de empleo, una fiscalidad competitiva, acceso a la investigación, fomento de la ciencia, del conocimiento…espacios, viveros, plataformas acceso a recursos de todo tipo en función del tipo de negocio, una legislación adecuada para la protección de la propiedad intelectual…..y tantas otras variables, en las que pueden y deben incidir los políticos, los empresarios, los científicos….
Pero existen otros aspectos aparentemente menos visibles, más intangibles, que ya apuntábamos antes, como son los valores, ideologías, las actitudes ante los planteamientos vitales y de carrera profesional, la conciliación de la vida familiar y la laboral, y tantos otros que tienen un papel fundamental en el desarrollo y consolidación de la cultura y capital emprendedores y que están vigentes en cada comunidad.
El emprendedor: perfil e ingredientes necesarios para asegurar la sistesis de ADN de éxito
Todos conocemos a auténticos expertos en transformar los problemas en oportunidades (puede que incluso conozcamos alguno que sea capaz de destacar en el proceso inverso)
¿Qué hace el emprendedor?
¿Comó y con qué lo hacen?
Pero también, competencia técnica sobre lo que va ha hacer, capacidad de trabajo a diferentes niveles: operativo, estratégico…, planificación, rol dinamizador, asunción riesgos, capacidad de autorrecuperación ante los obstáculos, liderazgo y ascendencia, credibilidad, capacidad de ilusionar a otros e ilusionarse, capacidad de innovación, creatividad, flexibilidad …..y unos gramos de locura….
Salvando obstáculos
Se trata de aprovechar y motivar al potencial emprendedor existente e intentar embarcar a nuevos protagonistas.
Salvando la cultura del error
El grado de fracasos y mortandad de proyectos es muy alto.
En culturas como la americana este hecho, lejos de constituir una fuente de desconfianza hacia la profesionalidad del emprendedor, es valorado de forma positiva.
Aquel que ha caído y se ha levantado varias veces se le reconoce fuerza, empuje y capacidad de recuperación y superación. Factores precursores de éxitos futuros.
En nuestro país, se suele estigmatizar los fracasos. La cultura del error, de aceptación del error, es aún una asignatura pendiente, y este hecho interfiere, colisiona con el fomento del entorno emprendedor ya que el error es necesario para conseguir el éxito.
Estamos ante un proceso complejo de cambio cultura que necesita su tiempo. En consecuencia, todos los agentes deben alinear posturas para actuar conjuntamente también en este aspecto no menos importante que los referentes a recursos más tangibles.
En futuras generaciones fomentar la asunción de riesgos pasa por flexibilizar la actitud ante el error.
En resumen, hemos repasado los pilares de la sostenibilidad del modelo, los elementos facilitadores, para que la cultura emprendedora, se afiance, para que la generación de empresas siga adelante.
Nuestra sociedad, y por tanto todos los agentes, ha de ser capaz de ir desarrollando una masa crítica suficiente que posibilite no solo la regeneración del capital empresarial sino su retroalimentación. Su estructura ha de ser variada, de acuerdo con las necesidades vigentes en cada momento y pionera para adelantarse y proporcionar soluciones innovadoras.
La capacidad de reaccionar de forma flexible ante los cambios de tendencias constituye un factor de ventaja y de supervivencia del modelo.
El anclaje sectorial, el fomento de unos y no de otros, debe realizarse conforme a una planificación que se adapte a las realidades de cada momento y al diseño de un mapa económico global. El cambio de chip en el plano cultural, actitudinal y emocional ha de ser posible.
Desde el punto de vista del emprendedor, alinear sus capacidades y oportunidades con sus intereses y afinidades personales en cada momento, aporta el diferencial que confiere ese barniz de felicidad que sólo los que hacen aquello que saben y les gusta hacer, tienen en su semblante y en su espíritu.