El autor explica el viaje que están emprendiendo las organizaciones más vanguardistas para implantar la codificación y el marcaje en el centro de cadenas de suministro totalmente conectadas
Acelerar la digitalización de las cadenas de suministro: gestionar el riesgo, mejorar la experiencia del consumidor y eliminar defectos
Rob Peacham, global account manager en Domino Printing Sciences
15/10/2020Las cadenas de suministro actuales exigen que los datos estén cada vez más conectados para satisfacer requisitos básicos como la previsión de la demanda y la gestión de espacios y gamas. Sin embargo, esos datos también se pueden emplear para comprobar los productos durante la producción y evitar que los defectos lleguen a ponerse en circulación. Pueden contribuir a conseguir una «visión única de la cadena de suministro», que sirva para predecir y evitar interrupciones en el suministro, y que también se use a menudo para satisfacer las demandas de consumidores y minoristas de experiencias más personalizadas e incluso más interactivas con el producto.
El recorrido evolutivo de la digitalización
Las tecnologías de codificación y marcaje han desempeñado tradicionalmente distintas funciones en la cadena de suministro: el 'nivel primario' (codificación en el producto), en el que se aplica información básica de seguridad destinada a los consumidores, como las fechas de caducidad; y la codificación de 'nivel secundario' y 'terciario' (embalajes externos/cajas y formatos de envío/palés respectivamente), donde los códigos de los embalajes ofrecen a los fabricantes visibilidad en la cadena de suministro durante todo el proceso de fabricación.
No obstante, los cambios en los reglamentos internacionales y las normativas gubernamentales, que inciden cada vez más en la trazabilidad del producto, están eliminando estas diferenciaciones de uso. Entre los reglamentos figuran la Directiva de la UE sobre medicamentos falsificados y la Normativa de la Unión Europea sobre los productos sanitarios, los reglamentos en materia de seguridad alimentaria de China y nuevos requisitos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU y la Autoridad de normas y seguridad alimentaria de la India, los cuales están contribuyendo al cambio en las prácticas de codificación y marcaje.
Esta evolución está desencadenando nuevos niveles de automatización en las fábricas, justo hasta llegar al 'lote de uno'.
El lote de uno puede definirse como la capacidad de contar con una trazabilidad total hasta un producto individual de artículos manufacturados de cualquier tirada de producción concreta. Esto ofrece a fabricantes y legisladores la seguridad de que pueden realizar la trazabilidad de artículos específicos por toda la cadena de suministro y ocuparse de cuestiones como, por ejemplo, las importaciones paralelas o las retiradas de productos.
Los profesionales de la logística y la cadena de suministro saben desde hace tiempo que la combinación de la visibilidad de los datos y una fuente única fiable y accesible es fundamental para garantizar que los fabricantes puedan cumplir unos reglamentos tan estrictos, al realizar la trazabilidad de sus ingredientes, productos y materiales de envasado hacia ambos lados de la cadena de suministro, desde la fabricación hasta el usuario final, pasando por el transporte y la venta minorista.
Hoy en día, los fabricantes están integrando sistemas de codificación y marcaje en sistemas MES (sistemas de ejecución de producción) y ERP (planificación de recursos empresariales) para combinar la simple codificación de lotes con los datos variables o los códigos serializados para la trazabilidad de piezas, ingredientes o productos individuales. Utilizan una combinación de texto de lectura humana y códigos de barras, códigos QR y códigos DataMatrix legibles por máquina para capturar una multitud de datos, que luego se pueden leer y verificar automática o manualmente a través del ciclo de vida integral del producto con el fin de validar la precisión de la producción y realizar la trazabilidad de las ubicaciones de las existencias. Para facilitar esta visión única, la codificación y el marcaje han recorrido un largo trayecto desde sus orígenes relacionados con fechas de 'consumo preferente' o de "caducidad".
Proteger (y promover) la marca
También se han estado empleando tecnologías de codificación y marcaje en las estrategias de protección de la marca. Durante muchos años, determinadas marcas de una gran cantidad de sectores han tratado de protegerse contra la falsificación, a menudo para reforzar una imagen de primera calidad, como en el caso del sector farmacéutico, pero las dificultades que conlleva la falsificación de productos básicos han provocado la introducción generalizada de códigos únicos y serializados en productos individuales.
Esta misma capacidad de aplicar datos variables únicos a productos individuales también ha supuesto oportunidades de promoción para las marcas. Como dice Stephen Sadove, anterior director general de Saks Fifth Avenue: "Si te sirves de la tecnología para acceder al mercado y, luego, cuentas una historia que atraiga a los consumidores, hay grandes probabilidades de éxito".
Los propietarios de las marcas, con el fin de combatir la competencia en las estanterías de los lineales y obtener conocimientos más pormenorizados de las estadísticas demográficas de los compradores, están dirigiéndose directamente a los consumidores por medio de la incorporación de códigos promocionales, por ejemplo para participar en concursos, que se pueden canjear a través de páginas web específicas donde se recaban más datos. La codificación de lotes de uno también se puede considerar una solución de personalización en la última etapa, con la personalización de productos individuales para un consumidor específico, quizá añadiendo un nombre, un mensaje o incluso una foto particular para el cliente. De nuevo, cada producto sería único.
Mejorar la experiencia: cambios motivados por los consumidores
Más recientemente, los minoristas y los consumidores han estado presionando para que se incluya más información en los envases de los productos. Además de la información «típica» del producto, cada vez se exige más la inclusión de datos más desgranados en la etiqueta de un producto: información relativa a la autenticidad y procedencia del producto, fechas de consumo preferente, información nutricional e incluso datos específicos del fabricante u operador del producto que permitan a un consumidor tener un vínculo con un producto específico en el punto de venta. Los consumidores también están pidiendo que los fabricantes mejoren y demuestren sus esfuerzos de sostenibilidad al incorporar información adicional en los productos y envases que ayude a identificar si el producto se puede reciclar, reutilizar y compostar.
Obviamente, estas exigencias de más información tienen lugar en una época en la que esos mismos impulsores de sostenibilidad están poniendo en entredicho los enfoques de envasado tradicional. Los fabricantes están teniendo que experimentar con materiales de envasado más sostenibles o distintos tamaños de envase para dar con nuevas maneras de meter una mayor variedad de datos en la etiqueta del producto sin poner en peligro la legibilidad y el efecto visual de la etiqueta. Se han desarrollado tecnologías de codificación y marcaje de gran precisión y alta calidad para permitir aplicar códigos de barras y códigos QR y DataMatrix legibles por máquina que proporcionen más datos todavía en un espacio muy limitado en el envase.
Eliminar defectos, residuos y riesgos comerciales
Dado el incremento en la cantidad de variedad de datos presentes en los envases y las etiquetas, la importancia de una codificación consistente y de alta calidad es mayor que nunca. La codificación y el marcaje pueden parecer una pequeña parte del proceso completo de la cadena de suministro, pero los errores pueden poner en peligro la aceptación del producto por parte del minorista (algo nefasto para los productos perecederos), y también su trazabilidad en la cadena de suministro. Los retrasos debido a las interrupciones en las líneas de producción pueden dar lugar al incumplimiento de los plazos de entrega y a que la empresa deba hacerse responsable de los daños, e incluso los errores básicos de codificación pueden provocar cuotas incorrectas, residuos innecesarios, una peor experiencia del consumidor y la pérdida de confianza en la marca.
En las líneas de producción actuales, especialmente en las que se manipulan varios productos para consumidores de todo el mundo, la precisión es fundamental. La integración de impresoras con sistemas de automatización industrial, como aplicaciones de MES y ERP, permite la coordinación automática de los datos del etiquetado sin necesidad de intervención humana.
Al cambiar del funcionamiento manual de cada impresora a la gestión centralizada y la coordinación automática de los trabajos, las etiquetas y los datos, se erradican los riesgos asociados al error humano y se facilitan datos esenciales sobre la producción de la planta. El uso de soluciones automatizadas de codificación de productos, junto con sistemas de validación de códigos, es la manera más eficaz de garantizar que no se cometen errores en las líneas de producción, y permite manejar a la perfección el cambio de mensajes en los productos y trabajar al unísono con sistemas de visión externos para la validación de los mensajes.
Además, los portales online permiten ahora un seguimiento y autenticación en directo de los productos a través de la cadena de suministro. Si se retiran o cambian artículos durante la producción, o si alguno sufre daños durante el transporte, los números de serie asociados —hasta el lote de uno— se retiran y se actualizan los datos del almacén central para permitir una gestión precisa y sumamente granular del inventario, con cada parte del funcionamiento comercial actualizado con la información más reciente en tiempo real. El escaneo de productos en el punto de compra proporciona seguridad tanto a consumidores como a distribuidores. Por ejemplo, las farmacias pueden validar los medicamentos antes de dispensarlos, y los clientes (a través de aplicaciones para el móvil) pueden constatar si los productos alimentarios son seguros antes de comprarlos.
Por último, una mayor inteligencia y visibilidad de las operaciones de la línea de producción en tiempo real pueden permitir a los fabricantes optimizar sus plantas, reducir las existencias y el inventario, y trabajar hacia una producción más sostenible.
Mejorar las fábricas de cara al futuro
Las nuevas aplicaciones que utilizan las tecnologías existentes para hacer los datos más accesibles, desde códigos de barras variables que incluyen fechas de venta recomendada; la introducción de códigos 2D en el punto de venta que se pueden utilizar en productos con precio según el peso (como por ejemplo la carne); códigos DataMatrix que permiten la identificación y la trazabilidad de los productos durante su ciclo de vida; hasta etiquetas GS1 que los consumidores y fabricantes pueden utilizar para realizar el seguimiento, por ejemplo, de las garantías ampliadas sobre los productos de marca blanca, ofrecen oportunidades de marketing durante toda la vida útil del producto.
Estas aplicaciones son fundamentales para respaldar la tendencia cada vez mayor hacia cambios más frecuentes en las líneas en lugar de tiradas largas específicas de un producto. La capacidad de realizar el seguimiento y la trazabilidad de lotes de menor tamaño —incluso hasta el lote de uno— a través de la cadena de suministro es ahora esencial para el éxito de los fabricantes.
De hecho, dado que un número cada vez mayor de transacciones diarias han migrado al formato online como consecuencia directa de la COVID-19, incluso para los productos básicos cotidianos, las expectativas del consumidor en esas transacciones siguen aumentando, en lo que respecta a la facilidad de realizaConclusión pedidos, pagos y el seguimiento del pedido en tiempo real a través del teléfono móvil. Del mismo modo, esto significa que el nivel de expectativas del consumidor sobre las principales marcas sigue creciendo. En el futuro, es probable que el seguimiento online de las compras y las garantías ampliadas como las que se han mencionado antes se conviertan en un factor de higiene, en lugar de un diferenciador, cuando los consumidores tomen sus decisiones de compra.