Un AGV hace posible que un robot paletizador se desplace de manera autónoma
La compañía japonesa de fabricación de robots Yaskawa y la empresa española experta en células de paletización Atlas Robots han creado un innovador proyecto que permite movilizar un robot colaborativo hacia diferentes puntos de una línea de producción sin intervención humana.
El proyecto consiste en una célula de paletización móvil que se desplaza por la fábrica gracias al AGV (vehículo de guiado automático) de Atlas Robots. Para ello, el robot se sitúa sobre una plataforma compacta que, además de ser el soporte, hace que se pueda transportar fácilmente.
Para conseguir un desarrollo ágil, se usan dos modelos de robots colaborativos de Yaskawa, el HC10 o el HC20, que cuentan con 6 ejes y una capacidad de carga de 10 y 20 kilos respectivamente. Este último modelo ha supuesto un punto de inflexión importante en la robótica colaborativa al permitir el trabajo con una carga mayor. Gracias al HC20 se pueden manipular tanto piezas grandes como múltiples piezas simultáneamente. Estos robots colaborativos son ideales para todo tipo de aplicaciones, especialmente paletizado, manipulación, y carga y descarga.
Aplicaciones del proyecto
La integración del AGV y el robot colaborativo consigue romper muchas barreras que experimentan algunas empresas en su camino hacia la automatización. Hay fábricas que cuentan con varias líneas de producción y solo trabaja una a la vez, como es el caso de muchas empresas dedicadas a la alimentación. Tener un robot industrial para cada línea de producción sería una inversión muy poco rentable. Con esta nueva propuesta solo se necesitaría una célula robótica que se desplaza de un punto a otro del proceso de manera preprogramada.
El vehículo de guiado automático y la agilidad del robot colaborativo dotan a esta célula de paletizado de una versatilidad enorme. Para el traslado de la instalación, el AGV sigue una línea trazada en el suelo, a la que se pueden añadir códigos que el vehículo lee para tomar decisiones de movilidad. Esta autonomía permite a la célula trabajar ininterrumpidamente durante las 24h, cambiando de ubicación según se necesita.
La base cuenta con una pantalla HMI para interactuar con la instalación y seleccionar los diferentes modos de trabajo. Su uso es sumamente sencillo y no se necesitan conocimientos técnicos para poner la célula robótica en marcha. Además, su funcionamiento se adapta a cualquier tipo de industria mediante el acople de una mordaza adecuada para el producto a paletizar.
El matrimonio perfecto entre el robot colaborativo y el AGV tiene como aval, por un lado, los años de experiencia y el know-how de la multinacional Yaskawa en la fabricación de robots; y por otro, la profunda investigación que ha realizado Atlas Robots para ofrecer un AGV a un precio que rompe con los esquemas del mercado actual. Ambas cualidades posibilitan un producto que ofrece una flexibilidad de operación y un retorno de la inversión mayor que ninguna otra aplicación existente en el mercado.