El 'High Line', de línea ferroviaria a emblema neoyorquino
De línea elevada de ferrocarril, la ‘West Side Line’, abandonada en el año 1980, a parque público situado a casi nueve metros de altura. Éste sería el mérito del ‘High Line’, reconvertido a paseo peatonal pero eso sí, inspirado en su estado original: una línea ferroviaria de transporte de mercancías construida en la década de los años treinta, por encima de las calles del oeste (West Side) de Manhattan. La obra formaba parte de un proyecto a gran escala de mejora del lado oeste neoyorquino, y cuyo propósito era suprimir los trenes de las calles de la principal zona industrial de Manhattan.
La obra formaba parte de un proyecto a gran escala de mejora del lado oeste neoyorquino, y cuyo propósito era suprimir los trenes de las calles de la principal zona industrial de Manhattan. Con el abandono de la línea, en el año 1980, se iniciaría un proceso que culminaría con el ‘High Line’, tal y como lo conocemos hoy en día. En mayo del año 2003, la propuesta de James Corner Field Operations y Diller Scofidio + Renfro, ganaba una competición internacional para reinventar la antigua línea ferroviaria. Los primeros, se encargaron del diseño del paisaje, mientras que los segundos desarrollaron el proyecto arquitectónico.
Sobre la estructura original, de más de dos kilómetros de largo, se extiende este parque público que parte de la calle Gansevoort en el 'Meatpacking District' hasta la calle West 34th, entre las avenidas 10 y 11. Dividido en tres tramos, el primer tramo del ‘High Line’, hasta la calle West 20th, se inauguró el 9 de junio del año 2009. La segunda sección, que cubre el tramo entre las calles West 20th y 30th, se inauguró el 8 de junio del año pasado.
Desde hace unas semanas, el ‘High Line’ vuelve a ser actualidad, aunque nunca ha perdido aquella repercusión mediática que le caracteriza desde su apertura, hace unos años. A mediados del pasado mes de marzo, y en el curso de una reunión, los arquitectos responsables del proyecto avanzaban las primeras imágenes, únicamente propuestas iniciales, de lo que podría ser el tercer tramo del ‘High Line’, que se extenderá desde la calle West 30th, entre las avenidas 10 y 12, hasta la West 34th; básicamente media manzana hasta la avenida 11.
El diseño del tercer y último tramo de este parque público, cuya construcción se iniciará a finales de este año y concluirá la primavera del año 2014, será similar a las dos secciones actuales, aunque incluirá algunas novedades. Se podrán ver elementos de mobiliario urbano ya conocidos como las fuentes de agua, las sillas de madera que parecen emerger del suelo o los característicos bancos que a modo de “tumbonas” permiten contemplar, cómodamente, las vistas que se divisan de la ciudad. Se suman además, nuevos espacios, como una zona exclusiva de juegos para niños, creada a partir de las vías ferroviarias originales posteriormente cubiertas con caucho, junto a la incorporación de mesas de picnic, macetas y juegos de agua. Quizás lo más llamativo sea la construcción de una pasarela provisional, en dicho tramo, que permita el paseo y disfrute de los visitantes a la vez que se realizan las obras.
Una ‘milla verde’ en la que habitan buena parte de las especies silvestres que crecieron sobre los raíles del tren
Una de las atracciones de este peculiar parque público es sin duda la vegetación, a base de especies que en su momento crecieron, de forma espontánea, sobre la vía férrea fuera de servicio. Se observan pues, más de 200 especies de plantas perennes, sobre todo arbustos y plantas de pradera (gramíneas y herbáceas), pero también algunos árboles, como un bosque de especies mixtas de abedul, al final de la calle Gansevoort.
En la elección de la vegetación, se tuvieron en cuenta factores como la resistencia, la sostenibilidad y la diversidad de color, con especial interés hacia las especies autóctonas (161 del total). Se ha respectado el paisaje original, aquel que pobló la vía férrea durante los 25 años que la línea estuvo en desuso. La vegetación crece y se expande por las diversas áreas de esta ‘milla verde’, a modo de camino rural o paisaje campestre. Las plantas florecen desde finales de enero hasta mediados de noviembre. El resultado es una puesta al día del concepto ‘agri-tecture’: mitad agricultura, mitad arquitectura.