Simplifican la aplicación de nitrógeno fertilizante en campos de golf
7 de abril de 2010
Según apuntan los investigadores, estos métodos permiten detectar las necesidades de nitrógeno del césped y ajustar las dosis del fertilizante a su demanda, que varía en función de la disponibilidad de agua, temperatura o el estrés que se produce por el juego (pisoteo). Este ajuste reduce la contaminación y la cantidad de nutriente. “Si el abono se aplica como hasta ahora, se distribuye la misma cantidad y según los mismos intervalos de tiempo. Nosotros proponemos un método basado en el color para conocer qué dosis aplicar en cada momento y zona, ya que el color es un componente clave de la calidad estética del césped y un buen indicador de su estado nutricional”, explica uno de los integrantes del proyecto, Rafael J. López Bellido.
Por otra parte, los expertos han demostrado que el césped crece en las mismas condiciones de aspecto y calidad con menores recursos hídricos. Los resultados, obtenidos en el primer campo de golf experimental del país ubicado en la Universidad de Córdoba, han reducido un 60% el consumo de agua en las denominadas calles (que suponen el 45% de la superficie del terreno de juego) y un 40% en el green.