El 'pulmón verde' del planeta absorbe 123.000 M de toneladas anuales de CO2
12 de julio de 2010
Sean cuales fueren las especies vegetales al uso, en general todas las plantas del mundo inhalan unos 123.0000 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono. Así se desprende de unos trabajos publicados en la versión online de la revista 'Science' y que ahondan en la fotosíntesis global y los índices de respiración (dióxido de carbono existente dentro y fuera de la atmósfera). Según los investigadores, los hallazgos servirán para poner al día y mejorar los modelos tradicionales que vinculan clima y carbono. Por un lado, el investigador Christian Beer, del Instituto Max Planck para Biogeoquímica de la ciudad alemana de Jena, junto a científicos de 10 países distintos, ha revisado la Producción Primaria Bruta, o GPP en inglés. Es decir, el total de dióxido de carbono que la vegetación terrestre absorbe, cada año, a través de la fotosíntesis. Por otro lado, Miguel Maheca, científico del mismo instituto, en colaboración con otro equipo internacional de expertos, ha resuelto un debate histórico acerca de las variaciones, a corto plazo, de la temperatura del aire sobre la respiración del ecosistema. O la exhalación de CO2 de vuelta a la atmósfera. De los resultados obtenidos, los científicos podrían establecer conclusiones acerca de cómo el cambio climático podría transformar, en el futuro, el ciclo del dióxido de carbono.
Ambas investigaciones arrojan más información sobre el ciclo global del carbón, dentro y fuera de la atmósfera, y también sobre el vínculo entre esos procesos y el clima terrestre. De esta manera, los expertos observaron las cifras de datos de clima y carbono contabilizadas, alrededor del mundo. Los resultados contribuirán a mejorar la validez de los modelos predictivos, así como a determinar en qué medida el cambio climático podría repercutir en el ciclo de carbono. En opinión de Christian Beer, el entendimiento de los factores que controlan el GPP de varios ecosistemas terrestres es importante para el ser humano, ya que este se sirve de materias primas como la madera, la fibra y los alimentos. De hecho, esta mayor comprensión es clave en el contexto del cambio climático resultado de las emisiones de CO2 tras la quema de combustibles fósiles. Esto se debe a que la vegetación equilibra, en gran medida, los intercambios de gases invernadero, agua y dióxido de carbono entre tierra y atmósfera.
Los bosques tropicales se ‘llevan la palma’ en absorción de CO2
Según los expertos, la mayor asimilación de dióxido de carbono se produce en los bosques tropicales que inhalan el 34% del CO2 de la atmósfera. A continuación, se sitúan otros ecosistemas como las sabanas, que inhalan un 26% del total, aunque ocupan el doble de superficie que los primeros. En sintonía con este hallazgo, los científicos han descubierto que las precipitaciones juegan un papel importante a la hora de concretar la absorción del dióxido de carbono global bruto. De esta manera, las lluvias ejercen una gran influencia en la cantidad de carbono que los vegetales emplean para llevar a cabo la fotosíntesis, en más del 40% del planeta provisto de vegetación. Una conclusión que enfatiza, aún más, la disponibilidad de agua para garantizar la producción de alimento. De las investigaciones, se deduce que los modelos climáticos con frecuencia muestran grandes variaciones e incluso algunos de ellos sobreestiman la influencia de la lluvia en la asimilación global del dióxido de carbono. Al respecto, Miguel Maheca ha precisado que ellos muestran que la sensibilidad de la respiración del ecosistema a variaciones en la temperatura parece ser independiente de factores externos y constante, en general, en los ecosistemas en general. Una observación que contradice estudios previos. Por lo tanto, se descubre una relación general entre variación de temperatura y respiración del ecosistema. Asimismo, el investigador ha matizado que estas conclusiones ‘reconcilian’ las contradicciones aparentes entre investigaciones con modelos y las que utilizan estudios de campo.