Entrevista a María Dolores Campos, concejala delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza
1 de febrero de 2010
¿Qué supone a nivel presupuestario para una ciudad como Zaragoza mantener sus zonas verdes?
Es un esfuerzo tremendo, más si tenemos en cuenta que Zaragoza dispone de 121 parques, múltiples superficies menores, como glorietas, además de áreas naturales y seminaturalizadas de gran uso por parte de los ciudadanos. Estamos hablando de 8 millones de metros cuadrados de zonas verdes, después de una ampliación considerable experimentada al calor de la Expo 2008, que tiene más mérito en una zona de climatología hostil, como es la capital aragonesa.
Las contratas de limpieza y mantenimiento de parques cuentan con 12,3 millones de euros para hacer frente al cuidado de este patrimonio. Además, desde el Ayuntamiento de Zaragoza se está favoreciendo la introducción de criterios sostenibles (combustible, ahorro de agua y de energía) en los trabajos de mantenimiento.
¿Cómo han aumentado en los últimos años las zonas verdes en la ciudad?
El aumento ha sido considerable y la cita internacional de Zaragoza con la Exposición sobre Agua y Desarrollo Sostenible ha permitido casi duplicar las zonas verdes de la ciudad. En este momento, sin contar los metros cuadrados que corresponden con montes de la ciudad, hay una media de zona verde por habitante de entre los 11 y 12 metros cuadrados, por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se establecen en 9 metros por habitante.
¿Qué proyectos tiene en estos momentos en cartera el consistorio?
No hay en mente obras nuevas de ampliación, pero sí se está trabajando en la rehabilitación de los parques más antiguos. Por ejemplo, el Fondo Estatal de Inversión Local (Fiel) de 2009 se destinó, en buena medida, a este fin. Asimismo, se trabaja de manera minuciosa y ambiciosa con el Parque Grande, que en estos momentos es el segundo más grande en extensión, pero es el más vetusto, más monumental e histórico de la ciudad, que ha cumplido 80 años. La realización de un Plan Director que defina y limite sus usos nos está permitiendo revegetalizar muchos espacios que antaño se asfaltaron y se abrieron a la circulación de coches. Queremos cuidar su esencia, preservar su imagen y hacer de él un oasis en el centro de la ciudad.
¿Qué supone para la ciudad la celebración de Expo Paisajes 2014?
Es una idea en la que ya se trabaja y que debe servir para que la ciudad no pierda ningún impulso, ninguna opción de competitividad y de apertura al mundo, porque Zaragoza es una ciudad con vocación medioambiental. Además, sin duda, este tipo de eventos tiene también otras connotaciones económicas y urbanísticas que Zaragoza también explora en estos momentos.
¿Los espacios verdes juegan una papel importante en la vida de una ciudad y de sus ciudadanos? ¿Las instituciones están empezando a reconocer ese papel?
Los Indicadores Comunes Europeos, que tratan de analizar la situación medioambiental en la que se encuentran las ciudades, destacan que el porcentaje de población cuya vivienda dista menos de 300 metros de una zona verde es del 96,98% y del 73,73% cuando se habla de parques. Este dato demuestra la sensibilidad que tiene la ciudad y la demanda clara de sus ciudadanos, que consideran esta cercanía como un elemento de calidad de vida. Las zonas verdes, además de la relación directa que tienen con la mejora de la calidad del aire en la ciudad, o con la paulatina reducción de los niveles de ruido, cumplen también una clara misión social: la de crear espacios relajados para el encuentro y la relación de las personas.
¿Qué nuevas técnicas se han implantado en la ciudad a nivel de riego, para que cada vez se utilice menos agua para mantener las zonas verdes?
Zaragoza se distingue en el panorama nacional e internacional por ser una ciudad ahorradora de agua. Los programas y las acciones que se han derivado desde el año 2000, cuando el Ayuntamiento de Zaragoza se adhirió a la Carta de Aalborg y a la Declaración de Hannover lo ponen de manifiesto. Pero sobre todo, lo constatan los resultados de disminución de consumo en una ciudad que no para de crecer en población. En el riego de las zonas verdes también se están llevando a cabo iniciativas novedosas y exitosas, además de los trabajos de renovación y mantenimiento de redes para reducir fugas no deseadas. El proyecto Optimizagua de la Unión Europea que se desarrolla con la Fundación San Valero permite combinar las nuevas tecnologías con sistemas tradicionales de almacenamiento de agua de lluvia, que permiten que el riego sólo se active en los días y horas más favorables (sin viento, lluvia...) y utilizando en primer lugar agua acopiada y no integrada en la red. Esta experiencia que se puso en marcha en dos parques ha propiciado ahorros del 60% y ahora es un sistema que se tiene que generalizar y exportar a otras zonas verdes urbanas. Desde luego, no está todo hecho en este terreno, pero tenemos vocación de hacerlo.
¿Qué papel juega el Ebro para mantener ese equilibrio ‘verde’ en la ciudad?
El Ebro es una arteria recuperada para la ciudad. El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, lo definió como la calle Mayor de Zaragoza, pero era una calle que no estaba integrada en la ciudad. Se vivía de espaldas a ella. El año 2008 fue clave para recuperar sus orillas, limpiarlas, ordenarlas, respetando la dinámica del río, las épocas de crecida, la flora. Estas actuaciones, que se han extendido a los otros dos ríos de la ciudad, el Gállego y el Huerva, además de al Canal Imperial de Aragón, han favorecido la aparición de paseos, de recorridos y rutas que dan una perspectiva nueva de la ciudad y que gozan del favor de los ciudadanos.