Un jardín 'laboratorio' que fomenta el consumo 'racional' de agua
29 de septiembre de 2009
Hace cuatro años, el Canal Isabel II de Madrid inició los primeros estudios que darían paso, con el tiempo, a la creación del primer 'parque piloto' que permitiera un uso 'sostenible' de agua. Con este proyecto pionero, la empresa pública de gestión del agua en la comunidad madrileña transmitía la necesidad de regar zonas ajardinadas en su justa medida, con especies autóctonas que no precisaran demasiados recursos hídricos y características del clima en el que se hallaran. La iniciativa mostraba la mejor combinación de cada planta con el tipo de riego idóneo. El experimento consistió en la plantación de 15 especies vegetales en una extensión de 4.000 metros cuadrados, dividida en 60 parcelas, en los alrededores de la estación de tratamiento de agua de Colmenar Viejo. Tras una observación de dos años, se llegó a la siguiente conclusión: la implantación de este experimento contribuiría a un ahorro de entre 35 y 55 centímetros cúbicos de recursos hídricos. Es decir, el 10% del consumo total de agua en la región durante un año.
Con el césped clásico se 'despilfarra' mucha agua
A través de este experimento, se obtuvo la mejor combinación entre cultivos y sistemas de riego. De las 15 especies vegetales observadas, el césped clásico, con un valor calórico de 0,7, es la planta que más agua precisa por metro cuadrado, según fuentes del Canal Isabel II. En contraste, el cotoneaster, un arbusto con pequeños frutos rojos, necesita un 70% menos de agua que el anterior para la misma extensión de terreno. Al igual que el atriplex, otro arbusto de naturaleza seca propio de los jardines locales. El estudio corrobora que el valor calórico de ambas especies es de 0,25.
Sin embargo, en el caso que el uso de césped sea inevitable, también se pueden plantar especies adaptadas a los rigores de la temperatura y la escasez de lluvias en Madrid. En concreto, el césped sahara soporta mejor las temperaturas veraniegas, cuando más agua requiere. El proyecto del Canal Isabel II confirma que el goteo en hierba sahara consume un 27% menos de agua que el césped clásico que se mantiene por difusor.
Un experimento pionero en el mundo
Riego por goteo, en detrimento del regado por aspersor y difusor
El experimento, a cargo del Canal de Isabel II, también fijó un nivel de eficiencia para cada sistema de riego. El mayor 'despilfarro' de agua se produjo con el riego por aspersor y el difusor. Por el contrario, el riego directamente a la raíz y el enterrado fueron los más económicos, en consumo hídrico. La investigación concluyó con un empate entre los dos anteriores y el riego manual, este último siempre que el jardinero conozca las necesidades de humedad o el nivel de marchitez de las plantas. Sin embargo, un estudio reciente de esta compañía pública constató un gasto de agua de 1,5 veces por encima de los requerimientos reales de la planta. Finalmente, con el riego subterráneo se evita la pérdida de agua. Y con propuestas como el 'mulching' se suprime el proceso de evaporación del agua, que la especie vegetal puede absorber.
Con sólo sustituir praderas regadas mediante aspersión o difusión por arbustos de medias y bajas necesidades hídricas cuyo mantenimiento se produzca vía riego con el terreno cubierto por 'acolchados', se obtiene una mejora de eficiencia en el empleo del agua entre el 60 y el 70%. Estas reducciones del agua necesaria para riego de zonas verdes -según fuentes de la empresa pública madrileña- se sitúan en el mismo rango de otros estudios realizados en Estados Unidos, donde se monitorizaron viviendas unifamiliares que habían sustituido sus jardines con praderas por xerojardines.