Aguas residuales y una gran inversión han hecho posible crear esta obra faraónica
Dubai: un jardín en pleno desierto
Pirámides, corazones, iglús, estrellas, geometrías imposibles, pasillos multicolores envuelven al visitante durante su visita en la que se sorprenderá con imágenes de ídolos infantiles de Ben 10 o de cómic como Spiderman, pérgolas, camas de petunias en diferentes tonos, arcos de geranios, pavos reales con flores. Pero, ¿cómo es posible que semejante paraíso natural de luz y color se ubique en un terreno desértico con temperaturas extremas?
Todo ello ha sido posible gracias a la reutilización de las aguas residuales a través del riego por goteo. Un desafío a las leyes de la naturaleza sólo posible en la capital de Emiratos Árabes. Para que la visita sea única se modifica cada temporada los arreglos florales para volver a visita el jardín, ubicado en Dubailand e inaugurado el pasado día de San Valentín. Se prevé que atraiga un millón de turistas anuales.
Hasta ahora, los Jardines Keukenhof, en Holanda, estaban considerados el jardín de flores más grande del mundo. Iniciado en 1840, allí se pueden contemplar 7 millones de bulbos plantados a mano, de más de 100 variedades de tulipanes.