El césped natural en primavera

Una de las tareas más importantes es la aportación de abono. El abono es un producto que ayuda al crecimiento vegetativo del césped y le da fortaleza. Así, se consigue también la recuperación del color, ya que muchas veces, con las bajas temperaturas, el césped ha quedado con las puntas secas.

Es muy importante que en la formulación del producto contenga como elemento principal el nitrógeno (N) y que estos sean de liberación lenta. La liberación lenta significa que tienen una duración de 3-4 meses y el crecimiento del césped es mucho más uniforme y constante.

Detectar e identificar los insectos y hongos presentes en el césped es una de las claves para evitar problemas severos. De esta forma se puede actuar rápidamente, aplicando el producto adecuado en la dosis adecuada.

Los productos a aplicar se llaman fitosanitarios (fungicidas e insecticidas) y su origen puede ser muy diverso: los orgánicos provienen de extractos de plantas o similar y son totalmente biológicos, mientras que los químicos son de efectividad más alta y rápida pero su origen es sintético.

Para reforzar el efecto de estos productos, se recomienda la colocación de trampas cebos en el jardín. Las trampas se encargan de atraer a los insectos y cazarlos. Este sistema es muy cómodo y tiene un efecto de larga duración.

En los jardines aparecen siempre malas hierbas. Las malas hierbas se identifican por la forma de su hoja, si son más alargadas o redondeadas. Como en el caso anterior es muy importante la detección del tipo de maleza y así se puede actuar con el producto adecuado y en el momento óptimo. Antes de hacer algún tratamiento de este tipo es muy importante ponerse en contacto con profesionales del sector de la jardinería.

Las necesidades de agua por cada césped dependerán de la variedad que tenemos instalada. De forma general, es primordial mantener la humedad en el césped, especialmente los momentos del día que las temperaturas son más elevadas. Se recomienda no realizar riegos durante la noche o madrugada en épocas más calurosas, para evitar la presencia de hongos.

Antes de poner en marcha el riego deben repasar que todos los aspersores rieguen correctamente consiguiendo una buena distribución del agua.

Actualmente, de forma habitual, se están instalando céspedes de bajo mantenimiento de clima cálido. Se trata de variedades muy resistentes con unos requerimientos de agua mínimos. De esta forma, el mantenimiento expuesto anteriormente se reduce alrededor del 60%.

Son variedades muy resistentes a la sequía, a las enfermedades provocadas por hongos, de regeneración muy rápida.

En Tirogaverd, se cultiva la variedad Montgrí (100% Cynodon dactylon Riviera), muy rústica, de bajo mantenimiento, de buena textura y muy bien adaptada al clima mediterráneo.