Retos socioeconómicos y medioambientales de la agricultura urbana
19 de marzo de 2013
La segunda sesión se centró en el papel de la I+D+i, sus problemas y posibilidades en este escenario tan cambiante. A continuación se describieron las peculiaridades de la agricultura urbana en nuestro entorno, tanto desde una visión general como de casos específicos. Finalmente se analizaron las buenas prácticas, técnicas y experiencias tanto en casos nacionales como extranjeros.
- La agricultura urbana tiene una gran tradición y no responde a una fiebre o moda temporal. Su permanencia y potenciación vienen de la mano del progresivo proceso de urbanización. Dentro de un par de décadas tres cuartas partes de la humanidad vivirá en núcleos urbanos, necesitados de una naturación que les podrá venir dada a través de la agrarización, en contraste con el abandono del mundo rural.
- Se pueden identificar distintas vertientes en la AgUr, que van desde la jardinería y paisajismo, a la producción de alimentos, con un componente geográfico tanto intra como periurbano, cuyos límites con el área rural no siempre son fáciles de identificar.
- Como denominador común de los distintos tipos de agricultura urbana podemos señalar la incidencia en el medio ambiente, la conservación de los recursos naturales y las huellas de carbono, hídrica y energética, que en el futuro podrán incorporarse al balance y etiquetas de las actividades urbanitas.
- Además del impacto económico que puede ser significativo en ocasiones, es de importancia la dimensión social. La agricultura urbana ofrece un aspecto de ocio y de puente entre relaciones sociales dentro de los miembros de una comunidad de vecinos, así como puente intergeneracional, abuelos, padres y nietos, con una tarea en común.
- El área de I+D+i será especialmente dinámica, al tener que adaptar las tecnologías, ya existentes en el mundo rural, al entorno urbano. La proximidad de las personas y la limitación de espacio obliga a mayores controles fitosanitarios y consideraciones sobre productividad, ya que la actividad humana es, en buena medida, ocupación del ocio.
- El establecimiento de normas, marcas y canales comerciales específicos para los alimentos derivados de la agricultura urbana, son otras dimensiones a considerar.
- Los cultivos de azoteas y paredes incorporan algas y musgos y aparecen los jardines móviles en autobuses, tranvías y otros medios de comunicación adaptados.
- Es fundamental coordinar las sinergias entre todas las fuerzas sociales que intervienen en el escenario de la agricultura urbana: universidad con sus facetas docente e investigadora, empresas, Administración, ONG y organizaciones vecinales, buscando los puntos de encuentro y huyendo de posturas demagógicas e insostenibles.
- La lucha contra la contaminación, tanto aérea como acústica y la gestión del agua de lluvia, son aspectos a tener en cuenta al fomentar la agricultura urbana.
- La formación e información sobre la agricultura urbana, son pilares sobre los que deben apoyarse las futuras líneas de trabajo. Para ello debe fomentarse la intercomunicación entre todos los expertos involucrados: agrónomos, arquitectos, biólogos, economistas y sociólogos entre otros. La existencia de observatorios, con el desarrollo de cursos, jornadas y seminarios, tanto presenciales como virtuales, fomenta la interacción profesional.
- La necesidad de unas normas internacionales para evaluar la calidad del funcionamiento de la agricultura urbana, así como la idoneidad de los edificios naturados, es un punto de partida para estimular el buen desarrollo y competencia entre las empresas involucradas y la optimización de los recursos disponibles.
- La existencia de un flujo global de información sobre experiencias exitosas y fracasos, medidas de apoyo a través de impuestos y subvenciones, estímulos sociales y otras acciones, potenciarán la AgUr desde un horizonte sostenible y viable. Organizaciones internacionales como WGIN o Igra, deben coordinar las acciones de otras nacionales como Pronatur (España), Amena (México), Adivet (Francia) y muchas otras.