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El parque urbano es considerado uno de los más extensos y frondosos de España

El parque de Cristina Enea, una joya de San Sebastián

Fuente: El Parque de Cristina-Enea. Juan Antonio Sáez García26/12/2012
Cristina Enea comenzó a ser una realidad en la segunda mitad del siglo XIX en un momento importante para la ciudad, pues en esta época se llevó acabo la demolición de sus murallas, participando D. Fermín activamente en el movimiento ciudadano que gestionó los permisos necesarios para acometerlo. Una vez liberada de sus murallas, la ciudad se extenderá rápidamente por los terrenos arenosos ocupados en parte por las fortificaciones, pasando de 15.000 habitantes en 1860 a 79.000 en 1930. Por estas fechas llega también el ferrocarril a Donostia-San Sebastián, disponiendo sus instalaciones muy cerca de la que será residencia donostiarra del Duque. El río no estaba canalizado, de forma que la mayor parte de la superficie que hoy ocupa el ensanche de Cortázar y los barrios de Gros y Amara, eran arenales o marismas, inundadas, en parte, periódicamente por el mar.

Ya en el siglo XVIII, se asentaba en la parte de la colina más alejada de la ciudad la finca Mundaiz, propiedad de la familia Olazabal, dotada de un palacio y de jardines; el resto lo ocupaban una serie de caseríos y huertas que D. Fermín comenzó a comprar a partir de 1863 con la intención de construir en ella su casa y un gran jardín. Entre estas fincas se encontraban nombres como Micaelene, Chicoene, Manuene, Manuelenea, Egañategui, Toledochiqui, Leriñene y Torres; también adquirió terrenos a la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España.

El parque cuenta con una superficie de 94.960 metros cuadrados. Foto:	Fundación Cristina Enea
El parque cuenta con una superficie de 94.960 metros cuadrados. Foto: Fundación Cristina Enea.

Sobre los trabajos que en Cristina Enea se realizaron durante estos primeros años quedan como testigos las cuentas de la finca, celosamente guardadas en el archivo del Duque, actualmente custodiado en el tolosano Archivo General de Gipuzkoa. En ellas se detallan a los largos de centenares de hojas, día por día, las personas que trabajaron en la misma, los salarios que recibieron y los trabajos que realizaron.

El parque

Cuando el parque fue entregado a la ciudad, contaba con una extensión de 78.979 metros cuadrados, de los que 993 eran superficie edificada (palacio, capilla, cocinas, portería y dos casas más). Los últimos terrenos en ser agregados al parque fueron una pequeña parcela de 734 metros cuadrados, sobre la que están enclavadas la capilla y las antiguas cocinas.

Actualmente, el parque cuenta con una superficie de 94.960 metros cuadrados de los cuales 16.660 son viales, 1.300 edificios o ruinas y 780 el estanque.

Mapa: Fundación Cristina Enea
Mapa: Fundación Cristina Enea.
Cristina Enea ofrece al visitante multitud de colores, olores y sonidos que varían durante el año con el transcurrir de las estaciones. Este plano incluye dos recorridos en los que se mencionan alguno de los elementos más significativos del parque.

En el itinerario A pueden observarse las ruinas de antiguas estructuras, agrupaciones de árboles centenarios o edificios remodelados que nos acercan a los orígenes del parque. En el itinerario B se recorre la zona más alta del parque pudiendo admirar árboles de gran porte que destacan por su belleza.

Estructura del palacio

La distribución actual del palacio, que data de 1890, se debe a José de Osinalde. Consta de planta baja y dos pisos, el último parcialmente abuhardillado donde se ubica el Departamento de Medio Ambiente y Agenda 21 del Ayuntamiento Donostia-San Sebastián. La planta baja acoge a la Fundación Cristina Enea. Por la entrada principal del mismo, siempre vigilada por el busto que el Duque tiene dedicado justo enfrente de la misma, se accede a la recepción de la que parte una gran escalera de madera que sirve de acceso a los pisos superiores. En el segundo piso se ubica el antiguo despacho del Duque de Mandas y dos salas de exposiciones. Por último, el edificio dispone de una galería con exposiciones itinerantes que une el edificio principal con una sala de formación ubicada en la antigua capilla, y un lugar para el descanso de los visitantes.

Durante algunos años, el palacio fue utilizado como residencia por el Nuncio de su Santidad en sus visitas a Donostia-San Sebastián. El jardín fue diseñado por Pierre Ducasse.

Herencia

El Duque dispuso en su testamento una serie de condiciones relacionadas con Cristina Enea; unas destinadas a que el usufructo de la finca permaneciera durante algún tiempo en manos de su familia, y otras que restringían su futuro.

La primera beneficiaria del usufructo de la casa de campo sería –en homenaje a la duquesa-, su cuñada Inés Brunetti. A su fallecimiento, Cristina Enea pasaría a ser usufructuada por su hermano político José Brunetti, duque de Arcos y su mujer Virginia Lowery y, por último, muertos éstos, por su sobrina Berenguela Collado y del Alcázar, Marquesa del Riscal y de la Laguna, a cuyo fallecimiento debía cesar el usufructo, convirtiéndose en propietario con pleno dominio el Ayuntamiento de San Sebastián, con la condición de que se cumplieran una serie de estipulaciones.

En 1925, muerta Inés Brunetti, el resto de los usufructuarios contemplados en el testamento del Duque —a los que se obligaba a residir varios meses en Cristina Enea— manifestaron su voluntad de ceder sus derechos sobre la finca al Ayuntamiento, que aceptó gustosamente tal cesión, firmándose la misma el día 6 de julio de 1926.

En 1991 se retiró un grupo de ciervos que dañaban la vegetación de la zona en la que estaban recluidos. Foto:	Fundación Cristina Enea...
En 1991 se retiró un grupo de ciervos que dañaban la vegetación de la zona en la que estaban recluidos. Foto: Fundación Cristina Enea.
Especias destacadas

La Secuoya (Sequoia sempervirens)

La secuoya roja es el único representante de su género aunque, a menudo, se ha usado el término secuoya para incluir a la secuoya gigante (Sequoiadendron giganteum) y a la secuoya del alba (Metasequoia glyptostroboides) a pesar de pertenecer a otros géneros. Originaria de EE UU, donde se extiende desde California hasta Oregón, crece formando grupos para protegerse del viento y las heladas.

Es el ser vivo más alto del mundo y se conocen ejemplares que superan los 110 metros de altura y 13 metros de diámetro. A diferencia de la mayoría de las coníferas, la secuoya roja puede crecer a partir de los rebrotes que nacen del borde del tocón de un ejemplar talado con lo que se regenera sin necesidad de semillas.

Cedro del Líbano (Cedrus libani)

Esta especie es originaria del Líbano, Siria y sudeste de Turquía, aunque actualmente solo quedan algunos bosquecillos en su hábitat natural. No obstante, hoy en día, permanece como símbolo nacional del Líbano donde figura en la bandera del país.

El cedro es uno de los símbolos del Parque Cristina Enea, al admirarlo desde el camino cercano al estanque, la copa aplanada adquiere su máximo esplendor y nos invita a acercarnos y refugiarnos bajo ella. Sus hojas, en forma de aguja, tienen un color variable, desde el verde oscuro al verde azulado. Los frutos presentan una característica forma de tonel y están formados por escamas aplanadas de margen purpúreo y frecuentemente resinosas.

El Ginkgo (Ginkgo biloba)

El ginkgo es el único superviviente de una familia de árboles que surgió en el Pérmico (270 m.a.) y comenzó su declive a finales del Cretácico (65 m.a.). De todo aquel grupo de árboles sólo logro sobrevivir una especie: el Ginkgo biloba.

El ginkgo es un árbol muy longevo y se han localizado ejemplares con más de 2.500 años de antigüedad. Ha sido venerado como árbol sagrado en Oriente, donde se conoce su cultivo en templos y cementerios desde hace 3.000 años. Fue uno de los árboles que sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima, lo que ayudó a acrecentar su mito. Desde hace siglos se ha utilizado por sus acciones terapéuticas, especialmente por la medicina tradicional china, e incluso como insecticida ecológico.

En Cristina Enea encontramos un ejemplar hembra de 15 metros de altura catalogado como árbol singular. Su porte redondeado nos indica que se trata de un árbol adulto, aunque no llegue a los 100 años.

Condiciones

Las condiciones a que se comprometía el Ayuntamiento al aceptar el legado de Cristina Enea fueron las siguientes: conservar el nombre de Cristina Enea; sirviendo exclusivamente como paseo y respetar la prohibición de “que se juegue en el parque ni en las casas a juego alguno, sea la pelota, el fútbol, las quillas, la barra, sea la inmunda ruleta, a los caballitos, sea el clásico tresillo… Prohíbo que se baile, sólo permito que tres veces al año, en primavera una vez, la segunda vez en verano, la tercera en otoño, toquen la banda municipal y la militar o cante el Orfeón… Siempre ha de quedar cerrado Cristina Enea al anochecer. No se tolerarán almuerzos, comidas ni de cosa alguna, ni siquiera de agua fresca. Cristina Enea muerto yo, ha de conservar el carácter que hoy tiene, sin más novedad al cesar los usufructos que la de entrar el público a pasear”.

Prohibía el Duque igualmente la venta, permuta o hipoteca del terreno o de los edificios, que solo se podrían reconstruir en caso de ruina, no permitiendo la construcción de nuevas edificaciones, ni aún con carácter provisional. Las viviendas del parque no podrían estar habitadas por persona alguna que no fuera trabajador al servicio de la finca. Solo fija dos excepciones: que la casa principal –que se lega con todo su contenido, y con la prohibición de realizar cualquier cambio en su interior- pueda acoger durante unas semanas a un jefe de estado o príncipe que llegue a Donostia-San Sebastián para visitar a la familia real, o bien servir de residencia al Obispo de la diócesis en su visita a la ciudad.

Con objeto de que el jardín permaneciese en su estado originario, el Duque prohibía también la modificación de su trazado así como la tala de árboles y arbustos, a menos que las mismas fueran consultadas previamente a los Ingenieros de Montes del Estado de Gipuzkoa y Bizkaia.

El retrato de la duquesa, su mujer, tendría que ser trasladado desde su casa de Madrid para ser colocado en un lugar preferente en su “casa de campo”. Para el mantenimiento del parque legó además la cantidad de 18.000 pesetas anuales.

El parque se ha convertido en el eje de importantes equipamientos y de futuros desarrollos urbanísticos y culturales. Foto:	Fundación Cristina Enea...
El parque se ha convertido en el eje de importantes equipamientos y de futuros desarrollos urbanísticos y culturales. Foto: Fundación Cristina Enea.

Actuaciones municipales en Cristina Enea

Durante varias décadas el parque sufrió un progresivo abandono y los árboles centenarios procedentes del primitivo parque, muchos de ellos de gran tamaño y belleza, fueron rodeados por otros especímenes de escaso valor nacidos de los ejemplares antiguos más invasores, compitiendo con aquellos por la luz y el espacio, además de ocupar poco a poco áreas destinadas en el parque originario a vegetación herbácea.

Los arbustos que conformaban los setos del jardín crecieron desordenadamente, alcanzando varios metros de altura, y fueron invadiendo poco a poco el parque. El laurel fue la especie más extendida, a causa de su rápido crecimiento, de su facilidad de rebrotar de la cepa y al elevado poder germinativo de sus semillas. Algunos caminos desaparecieron, y el parque se convirtió en un lugar frío y sombrío que no invitaba al paseo… de forma que lo que fue creado como un jardín que el Duque quiso que se conservara en el tiempo para disfrute de los donostiarras, se convirtió en un parque degenerado con apariencia boscosa.

Foto: Fundación Cristina Enea
Foto: Fundación Cristina Enea.

En el año 1991 se procedió a la retirada de un grupo de ciervos que dañaban la vegetación de la zona en la que estaban recluidos, al aclareo de arbustos asilvestrados (fundamentalmente laurel), y a la plantación de arbustos de diferentes especies, persiguiendo con ello la obtención de una cubierta vegetal diversificada, la conservación del suelo y la creación de macizos estéticamente atractivos.

A ello es preciso unir la renovación y plantación de céspedes y especies arbóreas, labores de mantenimiento como la retirada de árboles secos y tocones, rehabilitación del estanque y la apertura de la entrada en el Paseo de Mundaiz, que acercó el parque a los vecinos de Amara y que permitió que el cambio que intercomunicaba ambas entradas fuese utilizable como agradable camino por los estudiantes que se dirigen hacia los centros de enseñanza enclavados en Mundaiz.

A comienzos de 2009 el parque optó al Premio Europeo del Paisaje, del Consejo de Europa, como la candidatura de España, presentada por el Ministerio de Cultura. El 23 de septiembre de ese mismo año el veredicto concedió al parque una mención especial, quedando en segundo lugar, por detrás del ‘Parc de la Deûle’ de la Comunidad Urbana de la Metrópoli de Lille (Francia).

El estanque ocupa una extensión de 780 metros cuadrados. Foto:	Fundación Cristina Enea
El estanque ocupa una extensión de 780 metros cuadrados. Foto: Fundación Cristina Enea.

Actualidad

Actualmente, Cristina Enea es un parque público, en un lugar clave. Se ha convertido en el eje de importantes equipamientos y de futuros desarrollos urbanísticos y culturales: el barrio de Riberas de Loiola, con la Estación Intermodal de Autobuses y Renfe, el Centro Cultural de Tabacalera, Atotxa, el Palacio de Justicia, la Escuela de Música, las piscinas de Zuhaizti y el Centro de Recursos Medioambientales ubicado en el recientemente rehabilitado Palacio del Duque de Mandas y capilla de Cristina Enea.

Cuenta con una gran centralidad: el parque facilita la comunicación de Riberas de Loiola y Amara, con Egia, Gros y el Centro, gracias a los accesos peatonales para abrir Cristina Enea a la ciudad por Tabacalera, Mundaiz, Riberas de Loyola y el paseo de Urumea.

Para llevar a cabo la rehabilitación y ampliación del parque se presentaron 65 equipos de arquitectos-paisajistas de todo el mundo, de los que se eligieron 5 para que presentasen sus proyectos. Estos 5 proyectos fueron expuestos en el Museo de San Telmo para que todos los ciudadanos pudiesen verlos. Finalmente, el proyecto que se eligió fue el presentado por la Agencia Ter de Alemania.

Fundación Cristina Enera

El parque alberga en su interior la Fundación Cristina Enea, que trabaja en la concienciación y sensibilización de valores ambientales y de sostenibilidad. Para ello, cuenta con dos herramientas principales: el Centro de Recursos Medioambientales y el Observatorio de la Sostenibilidad, ambos ubicados en el parque Cristina Enea de Donostia-San Sebastián.

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