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TECNOLOGÍA 70 El sistema no solo actúa por efecto térmico, sino que la tecnología desarrollada también admite reaccionar ante otros estímulos. “Hemos introducido unas partículas metálicas que cuando absorben la luz infrarroja invisible del sol se calientan y también funden la cera para volver opaco el vidrio, con lo que además de funcionar por temperatura, el sistema también lo hace por irradiación solar”, explica Jaume Ramon Otaegui. Finalmente, los recubrimientos también pueden admitir un electrodo con una resistencia que cuando se calienta lo suficiente se consigue la opacidad. En consecuencia, “el sistema puede funcionar de manera orgánica, por temperatura o irradiación solar o externamente mediante una fuente de alimentación y un electrodo transparente, una manera mucho más sencilla que la mayoría de sistemas electrocrómicos o basados en cristales líquidos existentes”, corrobora Claudio Roscini. El sistema no se fundamenta en la absorción de luz, ya que esta se dispersa, por lo que no existen problemas de fotoestabilidad. La temperatura a la que se active el sistema dependerá de la cera que se introduzca en el interior del polímero: “podemos conseguir que la respuesta se dé a 15, 37 o 45 grados, basta con cambiar la cera. También es posible que al pasar, por ejemplo, de 20 a 40 grados el sistema se active de manera gradual o que el cambio de transparente a opaco sea repentino”, afirma el investigador del ICN2. VENTAJAS ECONÓMICAS Y EFICIENCIA ENERGÉTICA Una de las grandes ventajas de este sistema es que sus componentes, un polialcohol y una parafina, son muy económicos. A pesar de que la compra de estos materiales puede resultar cara al hacerlo en pequeñas cantidades, “hemos hecho unos cálculos, según el precio al que nosotros los solemos adquirir, y para una aplicación de una ventana de 50 x 50 cm, su coste sería de entre 15 y 20 euros por metro cuadrado. En principio, creemos que podríamos escalar el proceso sin demasiados problemas. La preparación es muy sencilla y los materiales muy flexibles e incluso se pueden laminar para una mejor protección. Si estas láminas fueran adhesivas sería posible su aplicación sobre ventanas ya instaladas, por lo que el proceso de instalación sobre las ventanas no sería necesario”, explica Jordi Hernando. Las ventajas económicas también se expresan en términos de eficiencia y ahorro energéticos. Tras analizar los resultados de algunos experimentos realizados en el laboratorio se ha observado que el sistema obtiene su mejor rendimiento cuando se combina la respuesta térmica y la fotoinducida. En estos casos, a temperaturas inferiores a 20 grados, las láminas no se vuelven opacas, aunque limitan mínimamente el paso de la luz porque el material absorbe algo de luz solar. Sin embargo, a temperaturas entre 20 y 30 grados se consigue la opacidad y la reducción, en unos cinco o seis grados, del aumento de temperatura interior provocado por la radiación solar sin necesidad de emplear ningún tipo de climatización artificial, con el consecuente ahorro económico. COLABORACIÓN ENTRE UAB, CSIC E ICN2 Este proyecto ha surgido a raíz de otro en el que trabajaba Jaume Ramon Otaegui en su tesis doctoral, que utilizaba los mismos materiales combinándolos con fluoróforos para desarrollar una tecnología que permitía hacer cambios de color y de fluorescencia. De hecho, ésta se ha patentado para crear tintas dinámicas antifalsificación. “Observamos que las propias partículas, por sí solas, podrían emplearse en otras aplicaciones y al prescindir del fluoróforo aumentaríamos la fotoestabilidad del material. Teniendo en cuenta las tecnologías existentes hasta ese momento en vidrios inteligentes que cambiaban de transparentes a opacos, reduciríamos el coste y sería más sencillo llegar a una aplicación en vidrio para ventanas”, afirma Jaume Ramon Otaegui. “Una vez tuvimos un sistema optimizado que respondía a una temperatura, intentamos encontrar la manera de controlar el proceso de cambio, ya fuera de manera fotoinducida o aplicando un voltaje eléctrico que provocara el cambio de la lámina”. En todo este proceso el tamaño de las partículas tenía un papel determinante Ejemplo de oscurecimiento del film tras la aplicación de calor durante unos segundos.

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