El sector de las vajillas atraviesa un momento de transformación, fruto de las nuevas necesidades sociales. Por un lado, aparecen elementos que hacen la función hasta ahora reservada a la cerámica o a la porcelana: cestos, tablas, cazuelitas... Por otro, surgen nuevos usos en la mesa: se sirve el helado en mugs, la ensalada en boles, las croquetas en vasos... Las propuestas atrevidas ganan terreno, si bien el espacio que ocupan los estilos tradicionales tampoco es menor. Los fabricantes lo tienen claro: para incentivar el consumo, hoy esmás necesario que nunca apostar por la innovación y concebir productos capaces de seducir a un cliente que pasa cada vez más tiempo de ocio en el hogar. ¿Podríamos decir que el sector de las vajillas y, por extensión, el de los servicios de mesa están sujetos a los dictados de la moda? Cierto es que hay tendencias que se imponen; algunas son efímeras, pero otras llegan para quedarse. Esto es especialmente visible en el canal HORECA, que constantemente busca nuevas maneras de acercarse al consumidor. Ello no hace olvidar, sin embargo, las exigencias CRECE EL NÚMERO DE PROPUESTAS COMOALTERNATIVAALAS VAJILLAS DE MUCHAS PIEZAS, AUMENTALACOMPRAPOR UNIDADES En los catálogos de los fabricantes de vajillas encontramos tanto diseños clásicos y tradicionales como apuestas atrevidas y rompedoras. Del mismo modo, podemos optar entre porcelanas de gran calidad, con un precio muy elevado, o conjuntos de 18 piezas por apenas 40 euros, que es posible encontrar en todas las grandes cadenas de hipermercados. Las vajillas son un elemento que se renueva con relativa frecuencia, dada su fragilidad. También es un producto que admite una cierta compra por impulso y, al mismo tiempo, es un artículo agradecido, porque permite dar una renovación y un atractivo importante a nuestras comidas... No en vano, a la mesa nos sentamos prácticamente cada uno de los días de nuestras vidas. Algunas empresas del sector apuestan por adquirir los platos por piezas y plantean soluciones hasta hace poco impensables: no pasa nada si en la mesa conviven elementos desparejados, de colores y estilos diferentes. Ello no está reñido con la pervivencia de conjuntos lujosos, que visten la mesa de distinción, al mismo tiempo que se consolidan propuestas como la servir determinados alimentos en boles o cazuelitas, que ya muchas marcas integran dentro de sus colecciones. Altamente dependiente del sector de la restauración, el mercado de las vajillas espera una rápida recuperación del turismo antes de poder evaluar el alcance del parón económico que ha supuesto la crisis provocada por el coronavirus Covid19. La capacidad del sector para sobrevivir en condiciones difíciles está de sobras demostrada. No en vano, la industria española y europea proceden de una historia ancestral que aún hoy pervive. Las tonalidades que nos conectan con la naturaleza y con la tierra están de moda, así como los acabados irregulares y artesanales, que evocan texturas. Los colores que gustan son azules, verdes, marrones y, por supuesto, el eterno blanco, en ocasiones con tonos rotos, que aportan esa imperfección que tanto agrada en la mesa. 62 -
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