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14 PRODUCCIÓN de una de las mesas del evento, que reunió a organismos como Ainia, Las Naves, Perseo Biotechnology, Chlydro y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esta última entidad presentó junto a Ainia el programa START-BEC para el acompañamiento tecnológico de startups en el ámbito de la bioeconomía. El objetivo es impulsar cadenas de valor innovadoras vinculadas al sector agroalimentario, que contribuyan a dinamizar el ecosistema de innovación y a generar nuevas oportunidades de negocio, en el marco de la Estrategia de Bioeconomía Horizonte 2030. El programa START-BEC es un programa de mentorización y apoyo que pone a disposición de las empresas emergentes seleccionadas, los recursos necesarios para apoyar la creación, desarrollo y madurez de proyectos innovadores en el ámbito de la bioeconomía. Según datos de la Comisión Europea, la bioeconomía es un macro sector que proporciona empleo a 17 mil personas en la UE, y aporta 657 mil millones de euros a la economía europea. Asimismo, se estima que, en 2035, la industria basada en la bioeconomía habrá generado unos 400.000 nuevos empleos en Europa, tanto en entornos urbanos como rurales. La bioeconomía se basa en la producción de recursos biológicos renovables y la conversión de estos recursos, sus subproductos y los flujos de residuos, en productos de valor como alimentos, piensos, bioproductos y bionergía. Según explicó el director de Innovación de Ainia, Andrés Pascual: “En bioeconomía, los residuos y subproductos de toda la cadena son materias primas con los que obtener productos. Hacer zumos, elaborados cárnicos o conservas de pescado, o producir piensos para alimentación animal son actividades tradicionales que pertenecen a la bioeconomía. Pero producir bioplásticos, biocomposites, o productos químicos bio-basados como biopinturas, bioadhesivos, biosolventes, etc., es también bioeconomía”. En este sentido, Andrés Pascual citó algunos ejemplos de nuevos negocios basados en la bioeconomía como pueden ser el cultivo de microalgas; la producción de Lemna o insectos; la obtención de ingredientes alimentarios a partir de subproductos vegetales deshidratados y en polvo; la obtención de materiales biodegradables y compostables a partir de restos vegetales; la fabricación de tejidos a partir de subproductos procedentes de la producción de zumos; el desarrollo de recubrimientos naturales para alargar la vida útil de productos frescos; aplicaciones que gestionan la venta de fruta directamente del agricultor al consumidor o de excedentes de productos alimentarios, entre otras oportunidades. “Hay un campo enorme para desarrollar negocios sobre nuevos bioproductos en un mercado emergente que no deja de crecer en Europa y en el resto del mundo. La Bioeconomía puede contribuir al desarrollo económico en muchas áreas de actividad, aprovechando la colaboración público-privada para transformar el conocimiento en innovación”, añadió Pascual. A través del programa START-BEC, ainia identificará retos y oportunidades de innovación tecnológica en el ámbito de la bioeconomía, buscará emprendedores y startups que les den respuesta y les proporcionará, a través de un programa de acompañamiento, el apoyo necesario para que puedan optimizar sus soluciones tecnológicas. Además, ainia ofrecerá a las startups seleccionadas servicios tecnológicos, capacitación tecnológica, formación especializada y networking y promoción ante clientes, financiadores y otros actores de interés. Henk Hoogenkamp: “La agricultura celular puede transformar la manera en la que estamos alimentando al mundo”.

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