Anuario Marítimo Español 2022

Estimados amigos, En su conjunto, el sector marítimo es un ejemplo a seguir en lo que tiene que ver con el esfuerzo para enfrentarse a los grandes retos transformadores de una industria. Astilleros, ingenierías, industria auxiliar, sociedades de clasificación, puertos, organismos internacionales, armadores y un largo etcétera, estamos inmersos en un verdadero cambio de paradigma del sector: transformación digital, transición energética, desarrollo de nuevos combustibles, energías renovables de origen marino y, en especial, la eólica marina, ... Respecto a la transición energética, las nuevas tecnologías en los motores, el desarrollo de nuevos combustibles y la construcción de las infraestructuras para el suministro de los mismos, son las principales herramientas para alcanzar los objetivos de descarbonización del sector marcados por la OMI y la UE. La ingeniería naval y oceánica siembre ha perseguido que las flotas sean más eficientes y respetuosas en y con el medio en el que desarrolla su actividad. Por mencionar algunos: la mejora constante de las formas del casco para reducir la fricción y el consumo, pasando por la investigación y desarrollo de sistemas de propulsión más eficientes, de plantas de tratamiento de aguas de lastre, la reducción de vibraciones y ruido radiado, la instalación de scrubbers y un largo etcétera en el que no vamos a extendernos más. El desarrollo de las tecnologías mencionadas será la palanca que nos permitirá dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles. Las medidas tomadas en las últimas décadas, la utilización de combustibles de bajas emisiones por la flota mundial nos hace confiar en que, a pesar de ser un camino difícil pero no imposible, se logrará el objetivo de neutralidad de emisiones en el 2050. Prueba de ello es la, cada vez mayor, implantación en la flota mundial del uso del gas natural licuado como combustible. Aproximadamente el 20% de las toneladas de peso muerto de la cartera de pedidos mundial en 2022 (fuente: DNV) corresponden a buques que usarán este combustible alternativo para su propulsión. Si bien sabemos que no es la solución definitiva, sino un combustible de transición, la experiencia adquirida durante la última década está sirviendo de ayuda en el desarrollo de otros combustibles alternativos: el amoniaco, el metanol, el hidrógeno y los biocombustibles. Y es que todos y cada uno de ellos formarán parte del futuro de alternativas sostenibles para la descarbonización del transporte marítimo. No habrá solución única pues dependerá de cada flota, de tráficos y de las infraestructuras de que dispongan en sus puertos en sus rutas. No obstante, anuncios recientes nos hacen pensar en nuevas tecnologías emergentes en el horizonte del 2050. Asimismo, la ingeniería naval y oceánica ha participado muy activamente en el desarrollo de las energías renovables de origen marino. El sector vio el potencial y los beneficios que mares y océanos guardaban aprovechando viento, mareas, olas y gradientes de temperatura. Si bien la tecnología mareomotriz, undimotriz y geotérmica cuenta aún con desarrollos minoritarios, dentro de poco veremos que alcanzan el momento dulce que está viviendo y alcanzado la eólica marina, especialmente la flotante. Soplan fuertes y muy buenos vientos. UN EJEMPLO A SEGUIR Por: Diego Fernández Casado, presidente de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España (AINE) ANUARIO MARÍTIMO ESPAÑOL AINE 68

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