Un buen futuro para la desalinizadora del Prat
Desde El Prat del Llobregat, municipio que acoge la planta, el presidente de la Generalitat declaró: “Por fin hemos alejado, de verdad, la amenaza de las restricciones que pesaba sobre nosotros hace un año y medio, cuando el país vivió una sequía muy severa y pasó por una situación que llegó a ser crítica”. Ya entonces, recordó que “el Gobierno de la Generalitat actuó desde la convicción de que el abastecimiento de agua en Cataluña, en pleno siglo XXI, no podía restar a voluntad de la fortuna y de la bondad de la climatología”.
En esta línea, el presidente manifestó que la construcción de desalinizadoras supone “un cambio profundo” en la política de aguas de nuestro país. “Hay cosas que no se pueden prever, pero otras sí”, dijo, y añadió que “la calidad y la cantidad de agua para el conjunto de la población de Cataluña mejora substancialmente con esta desalinizadora, con las otras que hay en marcha y en construcción, y con la mejora constante de los sistemas de potabilización”.
Así, recordó que a la planta de El Prat, “hace falta añadirle la de la Tordera y la del Foix” y señaló que “en total, está previsto que de aquí a cinco años Cataluña pueda disponer de 200 hectómetros cúbicos al año procedentes de la desalinización, es decir, el equivalente a dos terceras partes del consumo doméstico de la población catalana”.
En resumen, José Montilla dijo que ya hace años que la Generalitat está ejecutando un plan ambicioso para mejorar las condiciones, la calidad y la garantía del suministro de agua potable al conjunto de la población, así como el agua para usos agrícolas e industriales. “Son actuaciones que representan un cambio profundo en el sistema de captación, distribución y aprovechamiento del agua en nuestro país, en consonancia con el que se está haciendo a otros países”, afirmó.
Efectos sobre todo el territorio
A parte de los recursos procedentes de la desalinizadora, se sumarán los recursos hídricos generados para las otras medidas que el Gobierno está aplicando desde hace tiempo, dijo el presidente, refiriéndose a la recuperación de acuíferos, la mejora de las redes y de su eficiencia, y la integración e interconexión de redes.
Los efectos de la puesta en marcha de la desalinizadora, concluyó el presidente Montilla, se notaran “pronto, no sólo a las poblaciones directamente abastecidas sino al conjunto del territorio, porque, entre otras cosas, se producirá una reducción progresiva de la captación de aguas del Ter y, por tanto, una mejora de sus cabales”.
Información sobre la desalinizadora
La desalinizadora del Llobregat, la más grande de Europa para abastecimiento urbano, permitirá incrementar la garantía y la disponibilidad de agua en el área metropolitana de Barcelona y en las comarcas del Penedès, Baix Llobregat, Anoia, Garraf, Barcelonès, los dos Vallesos y el Maresme. Así, se dará servicio a 4,5 millones de habitantes.
Podrá producir hasta 60 hectómetros cúbicos al año (200 millones de litros de agua al día) y estos caudales supondrán cerca de un 24% del consumo del ámbito metropolitano.
El presupuesto de la obra es de 230 millones de euros (incluyendo la captación y las conexiones con la red de abastecimiento), de los cuales el Fondo de Cohesión ha financiado 150. El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino también ha hecho una aportación al coste total de la obra.