Nuevo sistema europeo para certificar la sostenibilidad de los biocombustibles
15/07/2010
15 de julio de 2010
La Comisión Europea ha decidido animar a empresas, gobiernos y ONG para que establezcan sistemas de certificación de todo tipo de biocombustibles, incluidos los procedentes de fuera de la UE, y ha detallado los criterios imprescindibles para poder reconocerlos. Gracias al uso de biocombustibles, la Comisión espera poder reducir de manera considerable las emisiones de gases de efecto invernadero. La normativa sobre los sistemas de certificación forma parte de la Directiva relativa al fomento del uso energías renovables, que entrará en vigor en diciembre de 2010.
El paquete de medidas está formado por dos comunicaciones y una decisión que ayudarán a las empresas y estados miembros a aplicar correctamente la Directiva relativa al fomento del uso de energías renovables y que establezcan unos criterios para garantizar las sostenibilidad de los biocombustibles.
- Certificación de la sostenibilidad de los combustibles que especifica los criterios que tienen que reunir estos sistemas para obtener el reconocimiento de la UE. Uno de ellos consiste en permitir que sea verificada toda la cadena de producción por inspectores independientes, desde los explotadores agrícolas hasta los proveedores de biocomustibles pasando por los intermediarios comerciales. La Comisión Europea especifica también cómo deberían ser estas inspecciones para que puedan ser fiables e impermeables al fraude.
- Protección de la naturaleza: los biocombustibles no se pueden obtener a partir de materias primas procedentes de bosques tropicales o zonas recientemente desforestadas, terrenos pantanosos ni regiones de gran biodiversidad.
- Uso exclusivo de biocombustibles que reducen el calentamiento global: los Estados Miembros han cumplido unos objetivos nacionales en materia de energías renovables fomentando el uso de biocombustibles que reducen el calentamiento global como mínimo en un 35% respecto de los combustibles fósiles, que tiene que ser de un 50% en 2017, y en el caso de los biocombustibles producidos a partir de nuevas especies vegetales, de un 60% en 2018.