El compromiso con la sostenibilidad, pilar clave de la estrategia

El progreso y la economía de lo intangible ofrecen numerosos beneficios para las empresas y las personas. De hecho, y haciendo un pequeño balance de 2019, a pesar de todas las cosas negativas que sucedieron el año pasado, se puede decir que ocurrieron otras muchas muy positivas en relación, por ejemplo, con el medio ambiente, la lucha contra la crueldad animal, los grandes desastres o la disminución de la pobreza. La nueva economía y la tecnología tuvieron mucho que ver tanto con los aspectos positivos como con los negativos. La realidad es que tanto empresas como países se enfrentan a retos tan importantes como las dificultades para el crecimiento inclusivo, las condiciones de vida dignas o el cambio climático.

Precisamente, 2019 ha significado un hito en lo que a concienciación y movilización por la crisis climática se refiere. La celebración en España de la Cumbre del Clima en diciembre generó una expectación sin precedentes en el país e, incluso, las grandes empresas energéticas anunciaron su descarbonización. Por poner un ejemplo, el 14 de diciembre fue el primer día en toda la historia de generación de la energía eléctrica en la que no se quemó ni un gramo de carbón para producirla, según Red Eléctrica de España. Y en todo el año el carbón solo cubrió el 4,5% de la generación eléctrica, bajando casi un 70% respecto al año anterior, según la misma fuente. Pero este es un movimiento que no afecta solo a España. De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo del año pasado, en el futuro los sectores relacionados con el medio ambiente serán de los que más trabajo generen. De hecho, EEUU ya ha constatado un incremento del empleo relacionado con las energías limpias.

De este modo, la sostenibilidad, que solía encuadrarse en la parte del trabajo voluntario de las empresas, ha pasado a ser un elemento central de la actividad de estas siguiendo un acertado enfoque transversal en el que se considera la misma en términos medioambientales, sociales y económicos. Partiendo de que su objetivo es ofrecer bienes y servicios a sus clientes y crear valor para sus accionistas, las compañías deben velar para que su impacto sea el adecuado en los tres ámbitos descritos, logrando un futuro mejor y más sostenible para todos. Deben tener en cuenta tanto el medioambiente como el desarrollo social, la seguridad, la ética y la transparencia, las infraestructuras, el transporte eficiente y limpio, la innovación y la agricultura sostenibles.

Ante este panorama, las firmas de I+D e Innovación, junto con sus ramas de consultoría, juegan un importante papel impulsando y promoviendo innovaciones para hacer frente a esos retos. Una de las primeras actuaciones para conseguirlo es actualizar sus métodos y herramientas. Cuando elaboran estrategias, diseñan y desarrollan tecnologías, modelos de negocio u operación deben asegurarse de que todos los elementos tendrán un efecto positivo y equilibrado para un futuro sostenible en los tres ámbitos, incorporándolos en sus procesos de trabajo.

Las firmas como la nuestra deben hacer compatibles sus objetivos de hacer más efectivos y eficientes a los clientes, en nuestro caso sus operaciones a través de la digitalización y los datos, sin dejar de lado la seguridad, el desarrollo, la inclusión social y la protección medioambiental. Ejemplo de ello es el proyecto que estamos desarrollando para ayudar a una gran ciudad europea a identificar cambios en su red de transporte público y estrategia de movilidad metropolitana para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. En los últimos diez años hemos impulsado servicios enfocados en ayudar a ser más eficientes a las renovables, contribuyendo a reducir el coste ponderando de la electricidad renovable (LCOE). En cuanto a transparencia y ética, es posible extender más los servicios de gestión del riesgo de disputas y fraude para ayudar a satisfacer las cada vez mayores exigencias en responsabilidad social. Por otra parte, si nuestras propuestas de tecnologías simplemente se enfocan en la reducción de costes, podemos empeorar la percepción de que las personas son sustituidas por robots, destruyendo empleo neto y, por tanto, con un alto coste en términos de sostenibilidad social. Debemos enfocarlas hacia la innovación en métodos de trabajo y soluciones más accesibles para todos, que complementen a las personas y promuevan que estas enfoquen su actividad profesional a la creación de valor en los tres ámbitos de la sostenibilidad, desarrollando nuevas ofertas más adaptadas a las necesidades de los usuarios, la sociedad y el medioambiente.

Pero no habrá avances si las empresas no establecen la sostenibilidad como uno de sus pilares, a través de sus estrategias, procesos y equipos. De cara al futuro, deberán incrementar su compromiso con el crecimiento sostenible, un objetivo para el que pueden contar con la ayuda de las consultoras. El éxito de estas, así como de la sociedad en general y las propias compañías, depende de ello.