¿Cómo puede contribuir la refrigeración evaporativa al turismo sostenible?

Buena parte del consumo energético de estos establecimientos se concentra en las instalaciones frigoríficas de refrigeración y en el acondicionamiento de aire. Los equipos de refrigeración evaporativa -torres de enfriamiento y en los condensadores evaporativos- están llamados a desempeñar un papel de primer orden en ambas áreas.

Sin embargo, en los complejos hoteleros se ha favorecido la utilización de otras tecnologías que, como es el caso de los aerorefrigeradores, resultan menos eficientes e incrementan el consumo energético. Esta situación se ha producido básicamente por una legislación restrictiva y una injustificada alarma social que, durante años, han perjudicado a los equipos de refrigeración evaporativa y han provocado que la toma de decisiones sobre la instalación de sistemas de refrigeración en hoteles se haya decantado, a menudo, hacia alternativas menos eficientes energéticamente.

Recordar en este punto que se trata de equipos completamente seguros tal y como se apunta en el Informe Enfermedad del Legionario y Torres de Refrigeración y Condensadores Evaporativos en España, fruto de la colaboración entre el doctor Juan Ángel Ferrer, del Área de Prevención de Legionela de Microservice, y el Grupo de Fabricantes de Equipos de Refrigeración Evaporativa de AEFYT (Asociación Española del Frío y sus Tecnologías). La publicación demuestra que no hay relación directa entre el número de torres y los casos detectados en España e incide en que en nuestro país el 58% de los brotes están producidos por contagio desde las redes de agua caliente sanitaria frente a un 27 % originados por torres.

Al mismo tiempo, se da la paradoja de que muchos centros turísticos cuentan con spas e instalan en verano vaporizadores en las terrazas. Se trata, en ambos casos, de instalaciones de riesgo muy cercanas al público, y por tanto peligrosas, si no se extreman las precauciones con su limpieza y mantenimiento.

Estos equipos favorecen el ahorro energético, ofrecen ventajas económicas, al requerir inversiones inferiores a las demandadas por soluciones similares, son respetuosos con el medioambiente, seguros para la salud humana y ofrecen una larga vida útil.

• El acondicionamiento de aire: es una de las principales aplicaciones de la refrigeración evaporativa. Tanto por su uso como por su diseño estos equipos ahorran energía. En primer lugar, las temperaturas más bajas de enfriamiento de agua aseguran un funcionamiento óptimo del proceso y reducen el consumo de energía; en segundo lugar, el equipo es altamente eficaz energéticamente debido al uso de transferencia de calor latente de evaporación.
• La conservación de los alimentos: la refrigeración industrial se utiliza en cerca de las dos terceras partes de las instalaciones de la industria alimentaria. En el caso del sector turístico, es un factor a tener presente en los bares y restaurantes de los complejos hoteleros, en la medida que se propicia la optimización energética en la conservación de alimentos. Ésta es más prolongada cuanto antes se consigue reducir su temperatura a los niveles óptimos de almacenamiento. La conservación de carnes, pescados, frutas, hortalizas y productos lácteos, entre otros, se asegura por medio de bajas temperaturas.

• Su consumo de energía eléctrica es inferior. En los sistemas de refrigeración por aire, al incrementarse la temperatura de condensación disminuye la producción frigorífica de la instalación, es decir, para producir el mismo efecto frigorífico se requieren un compresor, un motor de accionamiento eléctrico y un condensador de tamaños y costes superiores.
• La reducción del consumo energético se consigue por dos motivos: la eficiencia del proceso y el alto rendimiento energético que ofrece. La eficiencia viene dada porque, cuanto mayor es la eficiencia del proceso industrial, menor es la cantidad de energía que se pierde y más fácil es deshacerse del calor residual. El alto rendimiento se deriva de que la refrigeración evaporativa permite conseguir temperaturas de enfriamiento de agua de hasta +25°C o inferiores, así como el empleo de intercambiadores de calor intermedios, de modo que el fluido procesado puede enfriarse en circuito cerrado hasta 30°C o menos.

Éste es, por ejemplo, el caso de los motores de alta eficacia, que responden a las normas IE 2 e IE 3 y ofrecen un rendimiento muy elevado. A ello contribuyen los convertidores de frecuencia que permiten la regulación y el control del funcionamiento del equipo de manera que la demanda de energía se ajusta exactamente a las necesidades de consumo y mantenimiento. El resultado es un funcionamiento de la torre “a la carta” con la consiguiente optimización energética.

• Uso responsable y sostenible del agua: favoreciendo la reducción de su consumo, así como su reutilización de modo seguro, contribuyendo, de este modo, al respeto del medio ambiente.
• Incremento del ahorro energético: promoviendo un crecimiento sostenible, a lo que hay que sumar la capacidad de estas instalaciones de reducir las emisiones CO₂ y minimizar la emisión de gases e efecto invernadero.
• Inocuidad: estos equipos no son nocivos para el entorno, ya que el uso que hacen del agua forma parte de su ciclo hidrológico natural, en concreto en el punto del proceso correspondiente a la evaporación.
• Reducida huella hídrica: estos sistemas dejan tras de sí una reducida huella hídrica. Este indicador medioambiental (HH) evalúa el volumen total de agua dulce empleado en la producción de bienes y servicios, un elemento a tener en cuenta en la evaluación del coste económico de cualquier producto.

En este contexto, el uso del enfriamiento evaporativo para refrigerar el agua de condensación de las instalaciones frigoríficas (de refrigeración y de acondicionamiento de aire) es una tecnología eficaz, económica para el ahorro de energía y segura con un gran valor como alternativa energética para grandes sectores de la industria, como el turismo.