Discos de fricción para servotransmisión, frenos y embrague
25 de abril 2008
Varios tipos de discos según su composición
Los discos de fricción se pueden catalogar por su composición en: discos de bronce, carbono, cerámicos, elásticos, grafito, molibdeno, papel o acero.
Los discos de bronce tienen un alto contenido de cobre, y se producen desde hace casi 60 años. El material sinterizado en una placa de acero es de fácil mecanizado, y su uso idóneo es para aplicaciones húmedas y secas, con un coeficiente de fricción dinámica de 0,07 y estática de 0,10.
Por su parte, los discos de carbón proporcionan muy buena adaptación térmica sin perder la resistencia al desgaste y teniendo un buen comportamiento de ruido y vibración. El coeficiente de fricción depende del material y la estructura empleada.
Los discos cerámicos son más indicados en el uso de embragues de tractores agrícolas, camiones de gran tonelaje, etc. Las nuevas formulas de componentes proporcionan una gran fricción con un coeficiente de 0,45 a 0,65 reduciendo el desgaste.
En cuanto los discos de goma, son discos muy sofisticados. La fricción a base de goma son muy convenientes para transmisiones y frenos, donde la característica más importante es la absorción de energía y recomendado en ambientes mojados, alcanzando unos coeficientes de fricción 0,12.
Los discos de grafito son utilizados principalmente en aplicaciones húmedas y cuentan con la propiedad de tener una gran capacidad de disipación del energía, usado en frenos húmedos y transmisiones.
El molibdeno, usado como material de fricción, se utiliza en bajas velocidades y altas presiones, ofreciendo alta resistencia al desgaste. Dispone de revestimiento entre 0,045 a 0,070 mm por cada cara.
Los discos de papel se elaboran junto con otros componentes en placas de acero y tienen una gran variedad de utilizaciones.
Por último, señalar que los discos de acero son los mayores disipadores de calor, con un coeficiente de fricción de 0,90 en seco, y en ambientes húmedos, por ejemplo los inmersos en aceite, contemplan un coeficiente del 0,15, teniendo la misma importancia la rugosidad de las superficies.