Avanzar hacia el valor añadido sin dejar de lado la dispensación de medicamentos
15 de marzo 2011
“No podemos trabajar de espaldas a Europa, sobre todo en un sector tan regulado tanto en nuestro país como en el ámbito europeo. Es imprescindible trabajar codo con codo para buscar soluciones y es necesario tomar conciencia de que, en materia de farmacia, hemos de participar de forma activa en las políticas sanitarias europeas”, afirmó durante el encuentro Carmen Peña, presidenta del Consejo General de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España.
Peña destacó que “la crisis está llevando a la desregularización de servicios, a tomar reglas de libre mercado en un sector donde, de ninguna manera, debe aceptarse. Los medicamentos no son una mercancía, los pacientes no son consumidores y la farmacia no es un comercio, sino un establecimiento sanitario privado”. En ese sentido, también ha apuntado: “Sin dejar de lado la dispensación de medicamentos, debemos avanzar hacia el valor añadido, buscando necesidades pero no inventándolas. La amplia cartera de servicios que pueden ofrecer los profesionales farmacéuticos demuestra la eficacia que tendría un cambio en el sistema, pues todo ese valor añadido debe ser retribuido. La excelente labor que estamos prestando al sistema sanitario ha de tener una remuneración añadida a la del medicamento”.
Factores de riesgo
John Chave, secretario general de la Agrupación Farmacéutica de la Unión Europea (PGEU) ha destacado que “para la mayoría de los estados europeos, el pago es un margen del producto. Si la remuneración está vinculada al precio del medicamento y el de los genéricos ha disminuido de forma drástica, significa que la remuneración también cae en picado. Este hecho se hace especialmente patente en países como Irlanda y Alemania. El caso de Finlandia también es muy significativo, puesto que, de tratarse de un sector muy regulado, ha pasado al mantenimiento mediante márgenes, a causa, principalmente, del descenso en los precios de los genéricos”.
Dicha situación está llevando a algunos mayoristas a presentar sus servicios a los pacientes de una forma totalmente directa, en su propia casa, sin pasar por la farmacia (es el caso, por ejemplo, de Gran Bretaña). Además, en países como Suecia, las circunstancias actuales están llevando hacia un menor nivel de formación de los profesionales farmacéuticos que, en ocasiones, no acreditan 5 años universitarios sino 3.
Asimismo, otro de los riesgos que se deducen de la situación actual es la mecanización en la dispensación de medicamentos, sin la supervisión del farmacéutico. De hecho, en farmacias de Gran Bretaña pueden encontrarse máquinas de recetas para uso directo del paciente.