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El instituto fue creado con la ambición de convertirse en referente para la química dentro del espacio europeo de investigación

Cataluña potencia la investigación en química con el ICIQ

Redacción QU01/12/2004

Promover un cambio cualitativo en el nivel científico de la investigación química en Cataluña, poniendo progresivamente más énfasis en la investigación orientada a objetivos, y fortalecer, mediante la innovación y la mejora tecnológica, la competitividad de la industria química y farmacéutica de esta Comunidad Autónoma; éstos son los principales objetivos con los que se inauguró, hace poco más de un año, el ICIQ, Instituto Catalán de Investigación Química, un centro universitario de investigación adscrito a la Universidad Rovira i Virgili.

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En la sociedad actual, la sociedad del conocimiento, los avances científicos y técnicos provenientes de la investigación se han convertido en la fuerza más poderosa de cambio social y de desarrollo económico en todo el mundo. El liderazgo en el siglo XXI recaerá en las sociedades que sepan potenciar mejor esta fuerza de cambio y aprovechar mejor las oportunidades de innovación, compitiendo así ventajosamente en el mercado mundial.

A pesar de que en los últimos veinte años se han hecho progresos respecto a la cantidad de recursos dedicados a I+D, España se encuentra aún en una situación muy débil en relación con la media europea. El “Institut Català d’Investigació Química” (ICIQ; Instituto Catalán de Investigación Química) ha sido uno de los primeros frutos de la nueva política científica de la Generalitat de Catalunya, orientada hacia la creación de nuevos centros de innovación tecnológica en áreas estratégicas.

El ICIQ, en particular, se creó con la ambición de convertirse en referente para la química dentro del espacio europeo de investigación. En términos estratégicos, la misión del ICIQ se centra en el logro de una mejora cualitatitiva en el nivel de la investigación química en su área de influencia, evolucionando desde la investigación movida exclusivamente por la curiosidad hacia la investigación orientada a objetivos. Se pretende así contribuir a superar una de las principales limitaciones del sistema europeo de ciencia/tecnología: un gran volumen de resultados de la investigación, potencialmente útiles para la solución de problemas industriales relevantes son simplemente publicados, sin prestar atención a la protección de su propiedad intelectual y, por consiguiente, a su potencial transferencia. En el ICIQ, el interés por la solución de problemas científico-técnicos relevantes y la práctica de la protección intelectual de los resultados de la investigación guardan relación con el segundo aspecto de la misión del instituto: contribuir al aumento de la competitividad de la industria química y farmacéutica catalanas mediante una activa política de transferencia tecnológica.

Por otro lado, ICIQ hace énfasis en los aspectos del desarrollo sostenible de nuestra sociedad, diseñando productos de alto valor añadido y productos químicos eco-eficientes que restablezcan la confianza en las nuevas tecnologías.

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Organización

El ICIQ es una fundación constituida por la Generalitat de Catalunya a través del Departament d’Universitats, Recerca i Societat de la Informació (DURSI; Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información). El patronato de la fundación reúne a representantes de la institución promotora, de la Universitat Rovira i Virgili y de empresas químico-farmacéuticas implicadas en el patrocinio del instituto. Por otro lado, el patronato de la fundación dispone de dos órganos asesores: un Comité Científico externo, formado por científicos internacionales de renombre y responsable de la selección y evaluación de los investigadores responsables de los equipos del instituto, y un Consejo Empresarial integrado por empresas del sector químico y farmacéutico. Bayer, Repsol-YPF y en breve Basf son las primeras empresas que se han integrado en este Consejo.

El principal motivo que impulsó la creación del ICIQ, y su ubicación en Tarragona es el hecho de que la industria química española se concentra principalmente en Cataluña, donde se genera casi la mitad de la producción (47,3 por ciento). Tarragona, donde se encuentra uno de los principales polos químicos del Mediterráneo, acumula una cuarta parte de la producción total. Por otro lado, existen en Cataluña hasta seis universidades que otorgan titulaciones en química e ingeniería química y que se encuentran, a nivel nacional, entre las primeras en producción científica en estas materias. En cualquier caso, Cataluña no escapa al desequilibrio comentado antes entre producción científica y transferencia de conocimientos a la industria.

El ICIQ orienta su investigación hacia problemas químicos relevantes desde el punto de vista científico e industrial

Un centro de investigación innovador

El ICIQ es ya una realidad. Las obras del edificio se iniciaron el otoño de 2001 en un solar de 20.000 metros cuadrados del Campus Científico de San Pere Sescelades y se inauguró en julio de 2003. Se trata de un edificio funcional de 7.000 metros cuadrados, preparado para futuras expansiones, que incorpora los avances más recientes en seguridad y que se rige por los mismos principios de sostenibilidad que son la base de sus investigaciones. Son características singulares del edificio la minimización del consumo de agua y energía, la gestión integral de los laboratorios y el diseño modular, que permite reestructurar los laboratorios fácilmente según las necesidades. El centro dispone de 15 laboratorios de investigación, 4 laboratorios de soporte a la investigación y dos laboratorios tecnológicos a cargo de personal especializado. La dotación económica para financiar la construcción del edificio y el equipamiento científico de sus laboratorios ha sido aportada por la Generalitat de Catalunya y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). Por lo que respecta a su funcionamiento, se ha establecido un contrato-programa entre el Departament d’Universitats,Recerca i Societat de la Informació (Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información) de la Generalitat de Catalunya y el ICIQ que liga la financiación del instituto en el periodo 2004-2006 al logro de objetivos científicos y tecnológicos. Por otra parte, el ICIQ persigue activamente el logro de un alto grado de autofinanciación mediante la concurrencia a convocatorias competitivas para la asignación de fondos para investigación y el establecimiento de contratos de investigación con empresas y entidades.
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Pese a su juventud, el ICIQ ya ha logrado poner en marcha varios contratos de investigación con el sector privado
Actualmente, ICIQ se encuentra ya en pleno funcionamiento. A fecha de hoy, apenas cumplidos seis meses del inicio de las actividades de investigación, trabajan en el instituto unas 110 personas. El centro alberga 9 grupos de investigación multidisciplinares, seleccionados mediante procesos rigurosos tras convocatorias internacionales, y ha sido capaz de atraer a científicos de reconocido prestigio en las áreas de la catálisis (Antonio Echavarren, Piet V. W. N. van Leeuwen, Anton Vidal-Ferran), la química supramolecular (Pablo Ballester, Javier de Mendoza, Ramón Vilar) y la química computacional (Carles Bo, Feliu Maseras). A lo largo de 2005, está previsto que se incorporen al ICIQ los dos primeros grupos de investigación liderados por científicos del Programa de Tenure Track del ICIQ.

Esta iniciativa, única en España, constituye un trampolín para la promoción de jóvenes investigadores de excelencia en sus años de máxima productividad científica, aportando los medios para el establecimiento de programas de investigación independientes.

La dirección del centro corre a cargo del profesor Miquel A. Pericàs, que es a su vez parte integrante del equipo investigador. El Dr. Ignacio Manzanares, que posee una amplia experiencia de gestión de la investigación en la industria farmacéutica, se encarga de la gerencia del centro.

Varias características diferencian al ICIQ de otros centros de investigación. Además de la excelencia del equipo investigador y un equipamiento al nivel del de los mejores centros europeos, el instituto apuesta por la I+D cooperativa y cuenta con una sólida estructura interna de soporte a la investigación que facilita la creatividad en la labor investigadora y la transferencia de resultados a la industria. En este sentido, ICIQ pretende escapar de esa práctica tan extendida en la comunidad universitaria, donde se piensa antes en publicar que en patentar.

Áreas de investigación

El instituto está dividido en un área de investigación y en un área de soporte, que engloba, entre otros:
  • Departamento de Seguridad, Calidad y Medio Ambiente
  • Área de Soporte a la Investigación dividida en cinco unidades:
    • Rayos X
    • Resonancia Magnética Nuclear
    • Espectrometría de Masas
    • Instrumentación General
    • Síntesis en Paralelo/Química de Procesos.
El Área de Soporte a la Investigación se ha concebido para aportar al equipo investigador los avances más recientes en cada campo instrumental y cuenta con equipos sofisticados y técnicos altamente especializados.

El área de soporte comprende también un Área Estratégica y un Departamento de Transferencia de Tecnología y Propiedad Industrial, que juegan un papel primordial para la consecución de los objetivos del centro. Mientras el Área Estratégica gestiona y cataliza la presentación de solicitudes de subvención a las distintas convocatorias de proyectos de investigación. El Área de Transferencia de Tecnología promueve por un lado la colaboración activa con la industria y, por otro lado, detecta oportunidades de protección industrial de los resultados generados en el centro, esencial para la posterior cesión de los derechos de explotación a una empresa interesada.

La estructura organizativa del ICIQ permite una capacidad de respuesta rápida ante las necesidades de la industria. Además, el instituto se caracteriza por la flexibilidad en sus planteamientos y estructura, lo que permite abordar rápidamente nuevas iniciativas y proyectos de investigación. A pesar de su juventud, el ICIQ ya ha logrado poner en marcha varios contratos de investigación con el sector privado. Además, las primeras solicitudes de patente fruto de la investigación en ICIQ serán presentadas en breve.

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Transferencia de tecnología

vías principales de acción, por un lado, el instituto posee sus líneas de investigación, concretadas en proyectos propios o en la participación en proyectos cooperativos. Estos proyectos generan resultados susceptibles de ser transferidos a la industria que, tras la correspondiente protección por patente, el ICIQ ofrece a las empresas de su entorno para su explotación mediante licencia.

Por otro lado, el ICIQ es sensible a las necesidades investigadoras del sector industrial de su entorno. Recibida una demanda de investigación e identificado un equipo investigador idóneo para la solución del problema planteado, se redacta un contrato de investigación en el que se establecen todos los términos de la investigación a realizar y se regulan los aspectos relativos a los derechos de propiedad industrial generados a partir de este tipo de contratos de investigación.

El ICIQ orienta su investigación hacia problemas químicos relevantes desde el punto de vista científico e industrial. La utilización combinada de métodos experimentales y teóricos junto con un enfoque multidisciplinar son las principales garantías de éxito de sus proyectos, dado que los grandes avances científicos suelen provenir de la frontera entre disciplinas. A esto se suma la utilización de métodos paralelos y combinatorios, que permiten progresar más rápidamente en la investigación y controlar estrictamente los parámetros de reacción, facilitando la transferencia de tecnología a la industria.

Una de las plataformas principales en las que se centra la investigación del ICIQ es la catálisis de procesos químicos y su contribución al establecimiento de una química sostenible. Más del 80 por ciento de los procesos de la industria química (inclusive farmacéutica), de un valor aproximado de 1.500 billones de euros, dependen de las tecnologías catalíticas. Los procesos catalíticos requieren en general un menor capital y menores costes operativos y son procesos sostenibles por excelencia, ya que se basan en el reciclaje, disminuyen la generación de residuos, rinden productos de gran pureza y disminuyen el impacto al medio ambiente. En ICIQ se contempla tanto la catálisis homogénea como la catálisis heterogénea y se parte del diseño racional de catalizadores. Una de las líneas que ICIQ pone al servicio de las empresas es el diseño modular de catalizadores para catálisis asimétrica, una estrategia basada en el “know-how “de nuestros investigadores y que permite diseñar catalizadores a medida para cada proceso y substrato, evitando el uso de catalizadores propietarios y el correspondiente pago de royalties derivado del mismo.

En el marco de la catálisis, en ICIQ se trabaja también en el desarrollo de nuevas estrategias sintéticas que permitan activar enlaces carbono-hidrógeno y carbono-carbono, considerados previamente inertes, de manera que se abra el abanico de materiales de partida y de posibilidades sintéticas al alcance de los químicos. En este sentido, otra de las capacidades destacables del ICIQ es el diseño de rutas sintéticas para obtener con éxito prácticamente cualquier molécula objetivo, en particular productos naturales de estructura compleja.

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El centro dispone de 15 laboratorios de investigación, 4 laboratorios de soporte a la investigación y dos laboratorios tecnológicos
La segunda área principal de investigación del ICIQ es la química supramolecular, o el diseño de complejos sistemas de moléculas que interaccionan entre sí de forma específica, dando lugar a nuevas propiedades colectivas. Este tipo de sistemas pueden generar funciones diversas y contemplan desde sensores hasta motores moleculares y microcircuitos. El campo de la química supramolecular supone evidentes ventajas de cara al desarrollo sostenible de nuestra sociedad y por otro lado representa una contribución a la nanotecnología molecular. La nanotecnología se considera la tecnología clave interdisciplinaria del siglo XXI y se basa en la creación de nuevos materiales funcionales en la escala de los nanómetros, escala en la que se encuentran, por ejemplo, el ADN y los nanotubos de carbono. La característica revolucionaria de la nanotecnología es que permite diseñar las propiedades del nuevo material a nivel molecular.

Dentro del campo de la química supramolecular, ICIQ tiene varias líneas de investigación de gran interés para el entorno empresarial: el diseño de sensores y sondas específicos capaces de detectar cualquier tipo de molécula objetivo (especialmente aquellas moléculas con importancia biológica, clínica o ambiental); el diseño de inhibidores o estabilizadores de moléculas objetivo con importancia para la salud o el diseño de vectores para el transporte de fármacos a través de las membranas celulares. Por ejemplo, se ha diseñado y patentado recientemente un sensor específico para la detección de cantidades ínfimas de mercurio y se está trabajando en la estabilización de la proteína p53 como estrategia contra el cáncer.

El centro alberga 9 grupos de investigación multidisciplinares
Dado el carácter multidisciplinar del centro, a veces resulta difícil catalogar los proyectos que están en marcha en un área concreta, ya que se enmarcarían mejor en la frontera entre disciplinas. Algunos ejemplos son la catálisis supramolecular y la utilización de nanopartículas metálicas en catálisis.

Aparte de los proyectos de colaboración en I+D, el ICIQ está poniendo en marcha un laboratorio, único en España, para la investigación sistemática del fenómeno del polimorfismo cristalino. La capacidad de una sustancia de adoptar diferentes formas cristalinas tiene implicaciones no sólo terapéuticas, sino también en el ámbito de la propiedad industrial. La larga experiencia de los responsables del laboratorio en la resolución de problemas industriales originados en el polimorfismo ha despertado un inusitado interés entre las empresas químico-farmacéuticas del entorno del instituto.

A la hora de concluir esta descripción del Institut Català d’Investigació Química, merece la pena señalar su posición de cara al futuro. El ICIQ trabaja en algunos de los retos químicos más importantes de este siglo y espera poder contribuir con sus esfuerzos al fortalecimiento de la base tecnológica de la red empresarial española.

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