Cerca del 30% corresponden al segmento de hasta 50 CV

En Europa se matricularon el año pasado algo menos de 180.000 tractores nuevos, según la estimación efectuada por la Asociación de Fabricantes (CEMA), a partir de los datos facilitados por cada país.

CEMA realiza su cálculo tomando como referencia los datos de todos los países de la Unión Europea y algunos otros que no pertenecen a ella. Menos del 30% fueron unidades de menos de 50 CV de potencia.

Si a los poco menos de 180.000 tractores agrícolas se suman otros vehículos que a veces se clasifican también como tractores -como quads, manipuladores telescópicos u otros- el total se eleva hasta los 230.000. Esta cifra supone un aumento de alrededor de un 17% en comparación con 2020, año muy afectado por la pandemia, particularmente en el segundo trimestre.

CEMA recuerda que el número de tractores registrados fue el más alto en datos comparables que se remontan a más de una década. Estos sólidos resultados se lograron a pesar de interrupción generalizada de las cadenas de suministro de fabricación mundial y escasez de personal debido a las altas tasas de infección por COVID-19.

Los fabricantes de maquinaria agrícola subrayan que las interrupciones en el buen funcionamiento de sus actividades productivas se han multiplicado en los últimos meses. En general, la situación ha ido empeorando desde el verano de 2021. Incluso antes de la crisis en Ucrania, el Barómetro CEMA 2022 correspondiente a febrero reflejaba que el 51% de los fabricantes que respondieron dijeron que esperaban algún paradas de producción debido a la escasez de suministros.

El problema es más acuciante entre los fabricantes de tractores y equipos de recolección. El 64% y 71% de los encuestados, respectivamente, reportaron que esperaban paradas de producción, algo que se ha agravado con la guerra en Ucrania.

Aunque el mercado de tractores se vio frenado por los retrasos en la producción, la demanda fue elevada en 2021 debido a varios factores, si bien el aumento de los precios de los productos agrícolas fue quizás el más importante, según recoge CEMA en su comunidado.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura Organización (ONU FAO) los precios de los alimentos en 2021 promediaron un 28% más que en 2020 y mostraron su nivel más alto desde 2011. Esto derivó en mayores ingresos agrícolas, aunque se vieron afectados por el rápido aumento de los costes de los insumos, en particular de los combustibles y los fertilizantes.