Castilla y León participa en un proyecto europeo para valorizar el suero
Redacción oviespana.com19/05/2011
Nueve empresas queseras, industrias farmacéuticas y centros de investigación de cinco países europeos (España, Italia, Reino Unido, Austria y Rumanía) trabajan desde hace dos años en el proyecto del VII Programa Marco Whetlac, que tiene como fin último el desarrollo de nuevas técnicas para la obtención del ácido láctico procedente del suero y su uso como aditivo en fármacos o en materiales poliméricos biocompatibles, según publica la agencia de noticias Dicyt.
En el proceso de fabricación del queso, cerca del 85% de la leche que se emplea es desechada en forma de suero. Tradicionalmente, el suero se ha tratado como un residuo cuyo tratamiento supone costes adicionales para las empresas queseras, ya que su vertido en grandes cantidades puede acarrear problemas medioambientales. No obstante, este líquido acumula el 20% de las proteínas de la leche y es rico en sales y lactosa, por lo que se ha empezado a plantear su valorización como subproducto.
Los tres participantes españoles proceden de Castilla y León. La Fundación Cartif coordina el proyecto, en el que colaboran también la empresa quesera zamorana Hijos de Salvador Rodríguez y la farmacéutica Ragactives, ubicada en el Parque Tecnológico de Boecillo. En total, el proyecto cuenta con un presupuesto de 1’26 millones de euros, de los que cerca de un millón procede de la Comisión Europea.
Los investigadores del Área Químico-Alimentaria de Cartif Mónica Ruiz y Francisco Javier Gutiérrez explican que la lactosa que se obtiene del suero puede refinarse y utilizarse en campos como la industria farmacéutica, la cosmética o como aditivo alimentario. Sin embargo, se producen demasiados litros al cabo del año “y llega un momento en que no se acepta tanta cantidad, tanto por el valor de la lactosa como por las necesidades del mercado”. Así, el proyecto plantea una vía de valorización alternativa, la posibilidad de obtener ácido láctico de este suero, un ácido que altamente purificado se convierte en un producto de gran valor añadido.
“El ácido láctico es una molécula muy importante en el mundo de los biopolímeros y de los nuevos materiales, es un químico base que tiene muchísimas aplicaciones”, aseguran los investigadores. La idea del proyecto Whetlac es, por un lado, transformar la lactosa en ácido láctico y, por otro, purificarlo lo más posible, dos retos técnicos que los científicos del proyecto han alcanzado.
En cuanto a la transformación de la lactosa en ácido láctico, Mónica Ruiz detalla que el primer paso consiste en retirar las proteínas presentes en el suero mediante ultrafiltración tangencial para darles otro uso y trabajar solo con la corriente de lactosa. Tras realizar la selección de cepas en el laboratorio y comprobar el rendimiento de las inmovilizadas frente a las no inmovilizadas, se ha desarrollado una segunda parte con un fermentador totalmente monitorizado de unos cinco litros. “En ese momento lo que tenemos es un líquido que puede tener entre un 10% y un 20% de ácido láctico y es necesario purificarlo hasta llegar a un 80% o 90% para que sea comercializable y pueda ser utilizado en la industria”, subraya.