Las cooperativas andaluzas piden una campaña de promoción para la carne de cordero y cabrito
La directiva de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (FAECA) analizó cómo está afectando la crisis actual al sector agrario y a la industria agroalimentaria en la comunidad. En el punto de mira de esta difícil situación, FAECA sitúa '”al fracaso de la PAC en los últimos años, que no sólo ha desprotegido nuestros mercados, sino también nuestras producciones, restándoles competitividad frente a las de terceros países'”. Para salir de la crisis, la Federación apuesta por la integración cooperativa, más allá '”de los personalismos y los localismos'”. En este camino se han dado algunos pasos, aunque a una velocidad inferior a la deseada.
Pese a señalarse el sector agrario como el menos perjudicado por la crisis económica, la realidad es que los agricultores y ganaderos se hallan en una situación crítica, según la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias, FAECA. En esto incide de manera notable las fuertes caídas de precios, que sitúan a muchas explotaciones por debajo del umbral de la rentabilidad, lo que, según la organización, traerá consigo una caída del volumen de producción superior a la de 2008, cifrada en el 3,4% a nivel nacional.
La cúpula directiva de FAECA puso el acento en el sector ganadero como uno de los más perjudicados, con un fuerte endeudamiento. Respecto al ovino-caprino, exige a la Consejería de Agricultura una campaña para la promoción del consumo de estas carnes, ya que en Andalucía se ha pasado de comer 800 gramos por habitante y año en 2007 a la '”irrisoria cifra de 680 gramos por habitante en 2008'”, declaró el director gerente de la Federación, Rafael Sánchez de Puerta. En este sentido, consideró fundamental el desacoplamiento total de las ayudas que se va a aplicar tras el chequeo médico, '”lo que contribuirá a profesionalizar el sector'”, añadió. La gravedad respecto a la producción láctea de caprino radica en que la industria está sustituyendo la oferta nacional por grandes marcas blancas traídas de Holanda y Francia, lo cual está forzando a los productores españoles a bajar sus precios.
