Licensing y diferencias de género II
Los roles sociales que se muestran en la televisión inciden en la percepción de los más pequeños, por ello es importante que el negocio del licensing actúe con consciencia y ética.
En la década de los 70, la escritora sueca Astrid Lindgren daba a conocer el personaje de Pippi Långstrump a medio mundo. En 1979, comenzó en nuestro país la emisión periódica de los episodios protagonizados por la niña más rebelde de la televisión y, así, llegaba a las pantallas españolas un personaje que rompía con los estereotipos de género hasta el momento consolidados y difundidos por series y películas.
Entretener en igualdad
En relación a las diferencias de género, éstas deben tratarse con sensibilidad y consciencia cuando se trata de contenidos que van a consumir los más pequeños; pues al igual que pueden enseñarles valores, pueden reforzar estereotipos que no son beneficiosos para su desarrollo social y personal.
En este sentido, María Costa, directora del departamento de Consumidor Infantil y Ocio de AIJU señala que “si queremos una sociedad más igualitaria, que respete y valore a las personas por igual sin importar su sexo, no podemos bombardear a los niños con anuncios y productos que les trasmiten constantemente estereotipos y diferencias de género. Por supuesto, no hay nada malo en que una niña juegue a ser princesa y un niño quiera ser un pirata. Lo malo es que se incida siempre en las mismas diferencias estereotipadas desde diferentes ámbitos (publicidad, modelos familiares, contenidos, juguetes) y que acabe consolidándose la idea de que por ser niñas pueden actuar y hacer unas cosas y, por ser niños, otras totalmente distintas”.
El Test de Bechdel
Por otra parte, de acuerdo con Imma Marín, fundadora y directora de Marinva, el Test de Bechdel podría ser una posible inspiración para los profesionales del negocio del licencing: “se trata de una forma simple pero efectiva de evaluar si el guión de una película, serie de televisión, cómic o cuento infantil evita o agranda la brecha de género”.
En este sentido, basta con hacerse tres preguntas. Si la respuesta de éstas es positiva, el guión del contenido está evitando la brecha de género:
- ¿En el guión aparecen al menos 2 personajes femeninos?
- ¿Estos personajes hablan entre sí en algún momento?
- ¿Dicha conversación trata de algo que no sea referente a un hombre (pareja, padre, hermano, amigo, etc.)?